El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, en el centro, con su hasta ahora equipo directivo. A su izquierda, el despedido Carlos Núñez.
Blindado Oughourlian por Vivendi, Moncloa aparca Prisa y va a por Movistar Plus
El Gobierno quiere aumentar su influencia a través de la nueva televisión y de la plataforma de Telefónica, y ya está dando pasos para conseguirlo
Bombazo en Prisa: Oughourlian despide a Contreras, el hombre de Moncloa en la compañía, y al presidente de Prisa Media, Carlos Núñez
El presidente y principal accionista del Grupo Prisa, el francés de origen armenio Joseph Oughourlian, ha dejado claro esta semana que no se va a dejar amedrentar por el Gobierno, y mucho menos va a permitir que le quiten de en medio sin poner un euro después de haber puesto él alrededor de 500 millones en la compañía.
Tras hartarse de las presiones para que Prisa comprara la nueva televisión que quiere poner en marcha el Gobierno (La Séptima), negarse a ello y despedir al hombre de Moncloa en Prisa (el director de Contenidos, José Miguel Contreras) y al presidente y consejero delegado de Prisa Media (Carlos Núñez), que no le avisó de su entrevista en El País, el francés sigue dando pasos para fortalecer el control que le corresponde como principal accionista.
El primero y más importante ha sido asegurarse el respaldo de Vivendi, el segundo principal accionista de la compañía con el 11,7 % (Oughourlian y su grupo inversor, Amber Capital, tienen el 29,7 %).
Se intentó tender una trampa a Vivendi amenazándole con retirarle el contrato de Telefónica con su agencia Havas
Como bien contaba en este artículo José María Ballester, Oughourlian tiene una gran relación con Vincent Bolloré, propietario del grupo francés, que blinda su posición en el grupo.
Según algunas fuentes conocedoras, recientemente se intentó tender una trampa a Vivendi amenazándole con cancelar el contrato de 80 millones de euros que su agencia Havas tiene con Telefónica, pero la cifra es una anécdota en el entorno de 15.000 millones de euros que factura el conglomerado de medios franceses. Bolloré, que entre otras cosas apoya a Marine Le Pen, parece tener claro de qué lado está.
A pesar de ello, como señalábamos en este artículo, el Gobierno pensaba hasta hace unos días que puede hacerse con el 51 % de Prisa, algo que podrá comprobarse en la junta de accionistas de junio, que sin duda será una fecha clave.
Mientras maneja sus hilos, viendo la dificultad de tomar el control en Prisa, parece cada vez más claro el desembarco del Gobierno en la gestión de Movistar Plus. El ejecutivo de Sánchez controla el 10 % de Telefónica, propietaria de esta plataforma televisiva, a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales).
El director de La Sexta Noticias desde 2006, César González Antón, podría llegar pronto a Movistar Plus
Algunas fuentes aseguran que los actuales gestores de Movistar Plus (Sergio Oslé y Cristina Burzako) tienen los días contados, y que no sería extraño que cualquiera de estos días aparezca José Miguel Contreras y se una a los ex profesionales de La Sexta que ya están por allí para coger las riendas. Entre los que puede estar por llegar se encuentra César González Antón, director de La Sexta Noticias desde el año 2006 e hijo del periodista Fernando González Urbaneja.
Movistar Plus tiene un tirón basado fundamentalmente en el fútbol y en la ficción. Ha cerrado el año con 3,521 millones de clientes, medio millón menos de los que tenía en el pico de 2020. Desde que alcanzó su mínimo en el segundo trimestre de 2023 (3,417 millones), le cuesta crecer con fuerza en número de abonados: en el tercer trimestre de 2024 creció en 49.000 y en el cuarto en 17.000. La necesidad de diversificar para crecer añadiendo otro tipo de contenido sería la excusa para quitar a los gestores actuales y subir al equipo del Gobierno.
Por otra parte, Moncloa buscaría a través de Movistar Plus darle más visibilidad a La Séptima. Se ubicaría en el número 7 del mando, una cifra de un único dígito, algo a lo que los expertos en televisión como Contreras dan importancia para facilitar el acceso al canal.
Con ello el Gobierno tendría la pista libre de Movistar Plus y daría más visibilidad a La Séptima, a la espera de lo que pase en Prisa de aquí a junio.
Hasta entonces, cada parte moverá sus bazas. Al parecer Oughourlian está en la idea de reducir el número de miembros del consejo de administración de 15 a 11 y subir el nivel de participación en las acciones para poder estar en él. Al hacerlo se libraría de Global Alconaba, en donde está Andrés Varela Entrecanales, el productor del documental sobre Pedro Sánchez (tiene el 7,1 % de las acciones de Prisa), y de Adolfo Utor, el dueño de Balearia y ex concejal con los socialistas valencianos (posee el 5,4 %), claramente en línea con el Gobierno.
Fuentes del mercado especulan también con que en último caso podría establecerse un pacto para que Oughourlian y sus afines se quedaran con Santillana, aún hoy la gran generadora de caja de la compañía, y los cercanos al Gobierno controlaran los medios de comunicación. Santillana supone la mitad de la facturación de Prisa (467 millones sobre unos ingresos del grupo de 920 millones en 2024) y el 67 % del beneficio operativo (124,8 millones sobre 185 del grupo). Sería una operación difícil, teniendo en cuenta la compleja rentabilidad de los medios de comunicación, y habría que ver cómo se reparte la deuda de 850 millones de la compañía.
De momento, la acción de Prisa está subiendo, una señal de que el mercado aprueba la decisión de Oughourlian. El miércoles 26 de febrero, día del anuncio de las destituciones de Contreras y Carlos Núñez, cerró escalando un 4,2 %. El jueves lo hizo un 1,7 % y el viernes un 6,8 %.
Aun así, su precio está en unos pírricos 0,37 euros. En septiembre de 2000 estaba en 439 euros. En 2015, cuando Oughourlian compró sus acciones, se movió entre el entorno de los 4 euros y los 2,70 en los que cerró el año. El francés está perdiendo mucho dinero.
Sería complicado para todas las partes explicar un canje en las acciones: quienes las tienen ahora difícilmente querrán vender por las minusvalías tan fuertes que arrastran (intentarán recuperar algo más), y quienes pueden comprar (Telefónica, por ejemplo) tendrán arduo justificar a sus accionistas apostar por una empresa que arrastra en Bolsa una trayectoria muy negativa. En el caso de Telefónica, la posición de los principales accionistas como CriteriaCaixa sería especialmente apurada, teniendo en cuenta que en algunos frentes se le ha criticado por el modo en que José María Álvarez-Pallete ha salido de la presidencia de la teleco. Probablemente no querrán que otra operación de este estilo dañe su imagen.