YouTube
YouTube cumple 20 años y resurge como fuente de ingresos estable
Sus vídeos han vuelto a atraer el interés de marcas e influencers que buscan comunidades más fieles
En 2025, YouTube celebra dos décadas desde que se coló en nuestras casas como un simple vehículo para compartir vídeos caseros. Aquellos experimentos domésticos le han convertido en una de las plataformas más sólidas en términos de rentabilidad y engagement del actual ecosistema digital. Su vigésimo aniversario llega en un momento particularmente dulce, tras un periodo en barbecho por el protagonismo de Instagram– y, más recientemente, TikTok–.
La diferencia entre el YouTube de ayer y el de hoy es abismal y la calidad de su contenido ha ascendido varios niveles. Sus vídeos han vuelto a atraer el interés de marcas e influencers que buscan ingresos más estables y comunidades más fieles. En 2024, la compañía alcanzó una cifra récord de 50.000 millones de dólares en ingresos, de los cuales 36.147 millones (el 72,3 %) procedieron de la publicidad, según datos de la propia empresa.
Cada vez más creadores apuestan por el canal californiano para construir una marca personal sólida, mientras que los usuarios más jóvenes —especialmente la Generación Z— muestran signos de fatiga ante el scroll infinito y se inclinan hacia contenidos más orgánicos, extensos y reflexivos. «Es una vuelta a la profesionalización del contenido. Menos volumen, más valor», puntualiza el director de posgrado en la facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y de la Comunicación de la Universidad Europea, Francisco José Pradana.
«Es una vuelta a la profesionalización del contenido. Menos volumen, más valor»
El entorno sigue siendo multiplataforma. No se abandona el resto de redes sociales, pero se usan más como canales de captación que derivan tráfico hacia contenidos más pausados y rentables, aunque estos exijan mayor esfuerzo de producción y planificación editorial.
El algoritmo de YouTube es, precisamente, uno de sus principales atractivos. A diferencia de otras plataformas, ofrece una mayor estabilidad y previsibilidad sobre lo que se factura. Su modelo de monetización —basado en suscripciones, anuncios segmentados y membresías— permite generar ingresos recurrentes sin depender de la viralidad efímera. Frente al sistema de pago por visualización que domina Instagram, YouTube propone una lógica empresarial que facilita a los creadores gestionar su actividad como un negocio sostenible. «La publicidad en Youtube se integra de forma narrativa dentro de los contenidos, lo que la hace menos intrusiva y más honesta», explica el experto, «dos cualidades muy valoradas por el consumidor actual, que busca autenticidad y coherencia en los mensajes publicitarios».
114 millones de canales activos
Pero su resurgir no responde solo a cuestiones económicas. También entra en juego el capital mediático. entendido como el prestigio simbólico y la legitimidad social que acumula quien domina un espacio comunicativo. Publicar en YouTube sitúa al creador en una posición de autoridad dentro de su ámbito de especialización. «Posiciona al creador como un referente, especialmente cuando produce contenido educativo o divulgativo que demuestra experiencia y profundidad en el tema», añade el profesor.
Así, el fenómeno ha conseguido alcanzar una dimensión industrial. El gigante audiovisual cuenta ya con más de 114 millones de canales activos y más de 10 millones de creadores monetizan sus contenidos de forma regular. El número de canales que superan los 100.000 suscriptores crece un 15 % anual, prueba de un ecosistema cada vez más maduro cuyas métricas se perciben más fiables. En total, la llamada creator economy mueve más de 250.000 millones de dólares al año y podría alcanzar los 480.000 millones en 2027.