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Análisis económicoJosé Ramón Riera

La manipulación de los datos del INE debería costarle a Calviño su puesto en el BEI

La Comisión Europea y el Consejo de Administración del BEI, formado 28 personas, deben proceder a la destitución inmediata de Nadia Calviño por haber cruzado todas las líneas rojas de la ética y haber obligado a la manipulación de los datos del PIB y del IPC del Estado español

La verdad es que no sé qué hacer, si regalarle un jamón estas Navidades a Nadia Calviño, o simplemente mandar un tarjetón muy grande que diga: GRACIAS por decir al menos una vez la verdad en tu vida.

Llevo demasiados artículos diciendo que el INE había dejado de ser un organismo independiente para convertirse en un organismo dependiente de las decisiones del Ministro de Economía de turno, que en definitiva es estar al servicio de las necesidades del presidente del Gobierno.

Todavía recuerdo con asombro el día en que leí la reseña publicada por Antonio Maqueda en el diario El País. Decía que Juan Manuel Rodriguez Poo había presentado su renuncia después de qué, y cito textualmente, «el Gobierno haya criticado con dureza al organismo estadístico por sus cálculos del Producto Interior Bruto y del Índice de Precios al Consumo».

Calviño prometió que el crecimiento del PIB después de la pandemia iba a ser en V, y al año siguiente ya se vio que iba a ser imposible

Nadia Calviño había prometido que después de la mayor caída del PIB en la historia moderna de nuestro país, exactamente un 11,3 %, y de habernos convertido en el peor país de la Unión Europea y de la OCDE, nuestra recuperación sería en V, y, desde luego, con el resultado de un crecimiento del 5,1 % en 2021, era ya completamente imposible.

Con lo cual, la máquina del fango se puso en movimiento, y como siempre, se inició la búsqueda implacable del culpable, que no era otro que un organismo que hasta esa fecha era impecable, y sin duda uno de los mejores de la Unión Europea. Se le exigió que España tenía que crecer más y bajar más la inflación, y como el presidente del INE se negó, se le enseñó dónde estaba la puerta de salida, cosa que, como un caballero que es, decidió coger.

Aquí aparece mi amiga Elena Manzanera, que decidió ser obediente a los mandatos de la ministra de Economía y recibió un curso avanzado de José Félix Tezanos de cómo cocinar la información. Desde el 1 de agosto de 2022, el INE, gracias a su nueva presidente, dejó de ser lo que era, y pasó a ser un organismo que, digan lo que digan desde las altas instancias de este Gobierno, se ha convertido en esclavo de los deseos del ministro de Economía y de La Moncloa.

Nadia Calviño empezó a exigir que los datos fuesen mejor, y en septiembre el INE tezanizó los resultados. Desde entonces ha sido una carrera de Fórmula 1 para ir subiendo los resultados. Así, el -11,3 % de caída brutal del PIB en 2020 lo hemos dejado en un 10,9 %. El 2021, que fue el primer dato publicado de una subida del 5,1 %, pasó al 5,5 % para quedar definitivamente en el 6,7 %. El 2022, que empezó con un crecimiento del PIB del 5,5 %, ya ha conseguido llegar al 6,2 %, y veremos cómo termina porque todavía hay posibilidades de mejora.

El 2021, que fue el primer dato publicado de una subida del 5,1 %, pasó al 5,5 % para quedar definitivamente en el 6,7 %

La última y más divertida fue que en julio de este año, que se publicaron los datos del crecimiento del PIB del segundo trimestre y en solo 26 días, porque considero que agosto fue de vacaciones, el INE se rectifica a sí mismo, sube la Formación Bruta de Capital en 4.081 millones y baja el Consumo Privado en 3.097 millones. El INE en una semana hace dos modificaciones al alza del PIB que suman 5.700 millones más de riqueza.

La fiel escudera Manzanera, además, para arreglar el tema del IPC, decidió en enero del 2023 cambiar la ponderación de la alimentación y el modelo de cálculo de la energía, que tuvo como efecto que la subida de precios al menos fuese un 2,8 % menor, tal como explico en mi Carta abierta a la presidente del INE, doña Elena Manzanera.

Y ahora resulta que Nadia Calviño en su libro Dos mil días en el Gobierno anuncia que «ayudó» al INE a calcular un crecimiento mayor de la economía española, y que maniobró para hacer que el INE impulsara las cifras del PIB: Calviño reconoce que maniobró para inflar las cifras de crecimiento económico del INE, algo ilegal en la UE.

Dicho esto, y dejando por escrito que hizo algo que es completamente ilegal, estamos ante una situación que demuestra que, efectivamente, desde la llegada de Manzanera al INE, este organismo, al menos su cúpula, ha perdido su independencia, y Eurostat tiene la obligación de intervenir inmediatamente, y lo digo en sentido literal de la palabra. Deben desembarcar en el Instituto tantas personas como se necesiten y tomar las riendas del INE, auditar los datos, explicar qué ha pasado y recalcular todo aquello que sea necesario, con la ayuda de los empleados públicos dispuestos a colaborar.

Elena Manzanera debe ser sustituida por un estadístico de carrera con suficiente conocimiento y experiencia y sacar al Instituto de la dependencia del Ministerio de Economía y temporalmente pasar a depender de Eurostat.

La Comisión Europea y el Consejo de Administración del BEI, formado 28 personas, uno por cada uno de los países miembros de la UE y un representante de la Comisión Europea, deben proceder a la destitución inmediata de Nadia Calviño, por haber cruzado todas las líneas rojas de la ética y haber obligado a la manipulación de los datos del PIB y del IPC del Estado español.

No hay otra solución que estas. Cualquier otra cosa es mirar para otro lado y convertirse en cómplices de que España se mantenga en una de las historias más negras de la economía europea, que no es otra que la manipulación de las estadísticas económicas.

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