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11 de mayo de 2024

Alumnos durante una clase en un instituto de Extremadura

Alumnos durante una clase en un instituto de ExtremaduraEuropa Press

Abandono escolar

De aquellos polvos, estos lodos: ¿causó la jornada intensiva el adiós temprano a las aulas?

La OCDE cree que España debe abrir los colegios más tiempo por las tardes, desterrando la estrategia de abrazar la jornada continua, ahora mayoritaria

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha recomendado a España volver a mirar hacia la jornada partida, es decir, un horario escolar donde los colegios estén más tiempo abiertos para lograr reducir el abandono escolar temprano, ya que es uno de los más altos de la UE, donde solo nos supera Rumanía.
El organismo internacional ha concluido que la prevalencia de centros donde solo se funciona con un horario intensivo y de mañanas ha obligado a la casi la mitad de los hogares españoles –en concreto, un 47 %–, «a pagar clases extraescolares para sus hijos, de las cuales más de la mitad se corresponden con clases de apoyo sobre materias curriculares en el caso de las familias con ingresos bajos», según se lee en el documento Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España.
La OCDE sugiere seguir los ejemplos de Dinamarca y Portugal, que han adoptado sistemas flexibles de jornada completa, con un aumento de la prestación de comedores escolares y actividades extraescolares. «Se ha demostrado que pasar más tiempo en el centro educativo permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje y otros indicadores sociales y conductuales», añade el trabajo.

Demanda de los sindicatos docentes

La jornada intensiva y continua suele ser el modelo predominante en la educación pública, mientras que los centros de titularidad privada o concertada suelen decantarse por esa jornada escolar partida que recomienda la OCDE.
De hecho, según datos de las comunidades autónomas, más del 70 % de los centros privados apuestan por este tipo de jornada. En los de titularidad pública, suelen ser las autonomías quienes ceden la decisión a los centros para elegir qué tipo de jornada. Si prevalece la intensiva es porque los sindicatos educativos y docentes presionan para ello.
La decisión de escogerla suele recaer en el consejo escolar o en los claustros. Hay padres de estudiantes que lamentan estar en minoría dentro del consejo ya que el número de votos de los portavoces de los profesores suele ser mayor.
Según publicó recientemente Maldita.es, el 80 % de los centros escolares de financiación pública de educación infantil y primaria han impuesto esa jornada continua de la que ahora reniega la OCDE a la vista de los datos.
En este modelo, las clases suelen comenzar a las 9:00 horas y se alargan hasta las 14:00, momento en el que los alumnos ya no tienen necesidad de volver al colegio después del parón para comer. Los sindicatos de los profesores reniegan de la partida, donde tras el descanso para el almuerzo, se retoman las clases hacia las 14:30 o 15:00 horas para finalizarla en torno a las 16:00 o 17:00, según el centro.

Luchas entre padres y profesores

Al consultar la mayoría de centros que sea mediante participación electoral la manera de elegir qué jornada es la elegida, tienen lugar en estos comicios una especie de luchas de poder entre los sindicatos educativos (que desean que los profesores y el resto de personal del centro tengan un horario continuado e intensivo) y la mayoría de las familias, que necesitan el centro más tiempo abierto y a los que la opción de las extraescolares (pagadas por ellos) no les valen.
Lo cierto es que la jornada continua, que concentra las clases por la mañana, ha ido ganando terreno en los últimos años a pesar de que ya entonces había estudios que la desaconsejaban por el impacto en la salud de los niños y la conciliación laboral y familiar. Estos trabajos, en la línea de la OCDE, inciden que la jornada partida aporta más tiempo de patio, así como una mayor pausa para comer, que divide las dos sesiones del día, mañana y tarde.
Las votaciones han traído consigo una confrontación en el seno de la comunidad educativa, sobre todo cuando la victoria recae curso tras otro del mismo lado.
Tras varios años de debate enconado, las posturas en dichos consejos parecen irreconciliables no solo entre los dos bandos que conforman familias por un lado y profesorado por otro, ya que entre los propios padres los hay quienes prefieren la intensiva y también en el caso de algunos profesores que desearían la partida.

El profesorado opina

El sindicato independiente ANPE, que se declara al servicio del profesorado de la enseñanza pública, asegura, a llamada de este periódico, que más que estar a favor de la jornada continua, ellos apuestan «por respetar la autonomía de los centros y los consejos escolares, que son los que de verdad conocen y comprenden las necesidades reales de los alumnos».

La vicepresidenta nacional de ANPE, Sonia García, opinaba lo siguiente para El Debate: «En el informe de la OCDE observamos algunas contradicciones. Por ejemplo, concluyen que lo mejor aquí es la jornada partida, pero el ejemplo de Cataluña nos demuestra que, siendo de las comunidades que más apuestan por ella, luego aparece como la región con las mayores tasas de abandono temprano junto a Murcia», apostilla.

«Para nosotros, la receta para luchar contra el abandono escolar pasa por la prevención, y la única manera de prevenir es la disminución de ratios, así como la mayor formación y mejora de las condiciones del profesorado», concluye.
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