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Varias alumnas musulmanas en un colegio de Toulouse

Varias alumnas musulmanas en un colegio de ToulouseAFP

Retrato de los colegios franceses tomados por el islam: «Tienen un grifo exclusivo para los alumnos musulmanes»

Aunque en España todavía no se han sufrido las consecuencias de la imposición islámica en las aulas, en Francia se trata de un problema ya asentado en la educación

En España el debate social en torno al uso del velo islámico o hiyab en las aulas está cada día más en boga. Mientras el feminismo más radical aboga por permitirlo en los colegios en aras de la libertad religiosa, otro sector de la sociedad apuesta por su prohibición en los centros educativos, ya que sostienen que se trata de una vestimenta contraria a los derechos y las libertades de las mujeres.

Aunque en España todavía no se han sufrido las consecuencias de la imposición islámica en las aulas, en Francia se trata de un problema ya asentado en la educación. Según un informe confidencial publicado en abril de 2024 por medios franceses, «algunos niños se niegan a dibujar figuras humanas (una prohibición religiosa formal para muchos musulmanes). Otros se tapan los oídos cuando suena música en clase, y los niños pequeños se niegan a estrechar la mano de las niñas», explica.

Asimismo, este memorándum revela que los niños practican el Ramadán a una edad cada vez más temprana, lo que puede plantear problemas en la organización de las clases. Un ejemplo de ello es que en Troyes, algunos alumnos de 6º curso se negaron a ir a la piscina con su clase por miedo a «beber la copa y romper el ayuno». Respecto a las comidas, en Bouches-du-Rhône, algunos alumnos se niegan a almorzar junto a los que comen cerdo, mientras que en un instituto de Saint-Denis se produjo un incidente durante una excursión escolar cuando se iba a servir pollo con patatas fritas con la comida al no ser halal.

Varios niños musulmanes en un colegio de Toulouse

Varios niños musulmanes en un colegio de ToulouseAFP

Uno de los casos más impactantes que relata el informe es que en Mulhouse, un alumno de Primaria regresó de una clase de Educación Física en estado de deshidratación, y aunque se encontraba al borde del desmayo, se negó a beber agua. A pesar de la urgencia, el padre del alumno se negó a que la directora diera agua a su hijo sin consultar al imán.

Por otro lado, en el distrito de Lille Sud, algunas madres de alumnos fueron sorprendidas distribuyendo folletos frente a las escuelas primarias en los que se pedía la separación de niños y niñas en la escuela «en nombre del Corán».

Episodios de violencia

Uno de los casos más sonados de los últimos años fue el asesinato del profesor Samuel Paty a manos de un terrorista islámico en el año 2020. Según concluyó el Senado francés, la escuela de la República está «en peligro», con un aumento generalizado del «cuestionamiento de sus valores», denunciaron François-Noël Buffet y Laurent Lafon, dos de los senadores encargados del documento.

Una imagen del profesor Samuel Paty durante el juicio por su asesinato

Una imagen del profesor Samuel Paty durante el juicio por su asesinatoFrancois Lo Presti / AFP

«Ante un aumento de la violencia, los profesores suelen adoptar una estrategia de autocensura. En materias sensibles, como Ciencias Naturales o Historia, no abordan las materias que causan problemas para no ser reprendidos o cuestionados por los estudiantes o los padres sobre el contenido que enseñan», explicaron.

Además, el curso pasado, Samara Radjoul, una adolescente de 14 años, fue hospitalizada de urgencia y permaneció en coma durante un día completo tras sufrir una brutal agresión por parte de tres jóvenes de origen musulmán de entre 14 y 15 años. El ataque incluyó golpes y violencia física, motivados por su apariencia, ya que llevaba maquillaje y vestía sin seguir los códigos tradicionales islámicos, como el uso del velo. Durante el asalto, fue insultada con términos como «puta» o «impía».

Un informe que avisó

A principios de la década del 2010, el exministro de Educación francés François Fillon recibió un informe detallado por parte de la Inspección General de la Educación Nacional de Francia en el que se retrataba la situación que se vivía con los alumnos islámicos en los colegios del país.

«Las tensiones con los padres son en frecuentes. La mayoría se producen por la vestimenta 'religiosa' de las madres. El conflicto llega en casos cada vez más frecuentes, en los que la persona que lleva el velo no puede ser identificada. Una escuela ha tenido que organizar un «sas» sin ventana donde la directora puede dos veces al día reconocer a las madres antes de entregarles a sus hijos. Los padres van poco a las escuelas pero cuando esto ocurre puede provocar otro tipo de incidentes como el rechazo de estrechar la mano a las mujeres o incluso de dirigirles la palabra», explica el documento.

Además, señalan que en una escuela de Educación Primaria, el alumnado había establecido la utilización exclusiva de dos grifos de lavabo, uno reservado a los «musulmanes» y otro a los «franceses».

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