
El magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de España, Ricardo de Prada
Viraje de criterio sobre un condenado por tentativa de asesinato
El juez De Prada concede un permiso a un etarra sin que pida perdón por su tentativa de asesinato
El magistrado rompe el baremo de la Sala de lo Penal y concluye que la petición de perdón no es un requisito obligatorio
El magistrado José Ricardo de Prada, recientemente incorporado a la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, ha dictado un auto en el que otorga un permiso penitenciario al preso de ETA, Gorka Loran Lafourcade, interno en segundo grado en la cárcel de Álava.
El magistrado reflexiona en su auto que la petición de perdón a las víctimas no supone un «requisito indispensable» para acceder a este beneficio. Rompe, así, con el criterio de la Audiencia Nacional.

Gorka Loran durante el juicio por colocar dos maletas bomba en el intercity Irún-Madrid
El auto que ha redactado De Prada señala que «la circunstancia expresada de que no consta escrito de interno manifestando su arrepentimiento y petición de perdón a las víctimas no es en absoluto un requisito legal para la obtención de permisos penitenciarios y su única posible valoración admisible en este momento es a título puramente indicativo, no como obligación, de una buena evolución penitenciaria, lo que también es deducible de otros elementos».
El supuesto eximente que aduce De Prada apunta a que «no aparecen víctimas concretas» de la actividad terrorista de Gorka Loran. El etarra no fue condenado por ninguna muerte ni lesión, pero no porque no lo intentara, sino por la colocación de un artefacto explosivo que no llegó a estallar. En su sentencia fue condenado por tentativa de asesinato.El auto reproduce un manuscrito del etarra en el que, sin nunca mostrar arrepentimiento ni pedir perdón, medita que «durante estos años he reflexionado y he madurado, y, como es normal, no pienso igual que como pensaba cuando cometí aquellos delitos. Mi vida, mi forma de pensar, ha evolucionado», expone el convicto. Su sentencia de 20 años de prisión termina en 2023.