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19 de abril de 2024

Dolores Delgado y Alvaro García Ortiz

Dolores Delgado y Álvaro García Ortiz

Álvaro García Ortiz

La versión del sucesor de Delgado sobre el caso Stampa que no convenció al Consejo Fiscal

La Asociación mayoritaria de Fiscales (AF) ha sido muy crítica con el nuevo fiscal jefe del Estado en la gestión de la investigación interna que se abrió contra el exfiscal de Tándem

Los fiscales no disimulan su absoluta «sorpresa» tras conocer «el anuncio» de que el nuevo Fiscal General del Estado va a ser el, hasta ahora, secretario técnico y persona de la máxima confianza de Dolores Delgado, Álvaro García Ortiz. «El ahora candidato a FGE ha sido corresponsable en todo aquello que ha merecido la crítica a la Institución, y, por tanto, participa sin matices del fracaso y desprestigio de la gestión de Dolores Delgado, por lo que su elección solo se explica desde la indiferencia al daño causado a la institución y a la Justicia española», afirman sin tapujos desde la Asociación Profesional Independiente de Fiscales (APIF), en una breve nota.
No en vano, García Ortiz se ha visto directamente salpicado por el conocido como caso Stampa en el que, presuntamente, desde la Fiscalía se prolongó artificialmente una investigación interna contra el exfiscal de Tándem, Ignacio Stampa –señalado por una supuesta filtración de información confidencial a la abogada de Podemos, Marta Flor– para bloquear su acceso a una plaza fija en Anticorrupción. Pese a las explicaciones ofrecidas por la propia Delgado y por su mano derecha, ahora ascendido a fiscal general, ante el Consejo Fiscal no hay convicción alguna para la Asociación mayoritaria de Fiscales (AF) de que Delgado, a través de su segundo, Álvaro García, no maniobrase para perjudicar a Stampa.

Dos correos internos y un Consejo extra

En el foco de la polémica, dos correos internos del Ministerio Público en los que el fiscal jefe de Madrid Jesús Caballero Klink solicitó, hasta en tres ocasiones, el archivo de las Diligencias Previas abiertas sobre Stampa y las «sugerencias» del entonces secretario técnico, hoy nuevo fiscal jefe, fueron siempre las mismas: continuar investigando. Ante la gravedad de la supuesta actuación, Delgado se veía obligada a convocar un Consejo Fiscal, el pasado 24 de noviembre, para dar explicaciones a los miembros de la Carrera a través de sus representantes electos. Lejos de despejar las incógnitas de fondo, desde la AF denunciaban que se les había hurtado información relevante de lo ocurrido, bajo el pretexto de que se trataba de «materia reservada».
García Ortiz compareció en aquel Pleno extraordinario para defender la actuación de la Secretaría Técnica y, por extensión de la fiscal general, en la gestión de unas pesquisas sobre Stampa en las que –según el acta recogida a la que ha tenido acceso el Debate, en primicia– aseguró que tanto él como el fiscal superior de Madrid habían estado «alineados desde el inicio del caso». Una afirmación que, más tarde, quedó desacreditada y que no convenció a los fiscales.
García Ortiz aseguró ante los miembros del Consejo que «se limitó», como hizo «en infinitas ocasiones» a ser «órgano de recepción y traslado de denuncias a la fiscalía inicialmente competente» para la investigación. Sin embargo, tal y como se desprende del propio acta, él mismo reconocía «envió un oficio al fiscal superior de Madrid en el que se sugería la oportunidad de practicar dos diligencias testificales» más. En ningún caso fueron una «orden encubierta» sino «un trabajo natural y ordinario» propio de su cargo ante la «reveladora de la falta de rigor» de su compañero instructor «en la llevanza de las investigaciones», argumentó el entonces número dos de la fiscal general.
Así las cosas, cinco vocales recurrieron ante la Justicia la decisión con la que Delgado les negó el acceso a parte de la información del expediente instruido contra Stampa que, finalmente, no llegó a nada, pero en el que, supuestamente, se retocó el informe resultante para dar una imagen desfavorable del investigado, Ignacio Stampa.
Álvaro García Ortiz no ocultó su malestar con el hecho de que «la irregular e indebida notificación de este escrito por parte del fiscal instructor al Sr. Stampa provoca» la apertura de «un incidente para conocer qué es lo que ha pasado» con las comunicaciones que, a partir de las nuevas pruebas propuestas desde su Secretaría Técnica, eran remitidas «al mismo tiempo al investigado». No en vano, las supuestas filtraciones complicaban la credibilidad de Delgado, y la suya propia, sobre la versión oficial de los hechos que, hasta entonces, ambos habían mantenido desde la Fiscalía General del Estado.

Que abandone el sectarismo

Desde la APIF han lamentado cómo por todos estos hechos, y algunas polémicas adicionales, la Fiscalía se halla inmersa en una «penosa situación global en estos momentos».

En poco tiempo veremos la deriva que toma el designado, Álvaro García OrtizAPIF

Y, por ello, han instado al nuevo responsable del Ministerio Público a abandonar «el sectarismo en los nombramientos» –entre los que se baraja que pueda darse el de la propia Delgado como nueva fiscal de Sala de Memoria Democrática– abrazar «la defensa de la ley y no de política criminal alguna», abrir «la Institución a toda la ciudadanía, asumiendo el papel constitucional y democrático del Ministerio Fiscal y su independencia del Gobierno y de cualquier partido político, exigiendo un presupuesto para el Ministerio Fisca», y luchar «por solucionar los graves problemas que padecen fiscales y Fiscalías en toda España y que muchas veces afecta al servicio».
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