Pedro Sánchez y Pere Aragonès en las escalinatas de La Moncloa
Cataluña
Sánchez llama a «celebrar» la Diada con un mensaje en catalán
La Generalitat se ha negado a cumplir la sentencia judicial que le obliga a impartir el 25% de las asignaturas, de la educación reglada, en español
«Hoy es un día para celebrar y para seguir trabajando por el reencuentro y el progreso de todos los catalanes y catalanas. La pluralidad social y cultural de Cataluña es una riqueza para el conjunto de España. Bona Diada!», ha sido el mensaje publicado por Pedro Sánchez, en catalán y en español, en su cuenta oficial de Tuiter. En pleno desafío separatista contra la sentencia firme del Supremo, ejecutiva por decisión el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que obliga a la Generalitat a cumplir con el mandato de impatir un 25% de las asignaturas de la educación reglada en español, el presidente del Gobierno no ha dudado en apostar por un guiño con la Administración autonómica, en manos de Pere Aragonés, que se niega a cumplirla.
No en vano, el resultado más visible de la tercera reunión mantenida, el pasado mes de julio, en la mesa de diálogo del Gobierno central y el Govern fue la reivindicación del catalán y las iniciativas en defensa de la que ha sido la política lingüística del Ejecutivo autonómico. Sánchez se comprometió, entonces, a plantear una petición formal ante el Parlamento Europeo que permitiese el uso de catalán como lengua oficial. En paralelo, reforzaba su compromiso para promover una reforma del reglamento del Senado y ampliar el uso de las lenguas cooficiales.
El Ejecutivo, además, matiene vigente su apoyo a la recién impulsada ley catalana sobre los idiomas en la enseñanza, aprobada por el Parlament con el respaldo de los socialistas catalanes; y, con la que Aragonés y los suyos frenaron el mandato recogido en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), confirmada por el Supremo, que fija un 25% de las clases en castellano.
A Sánchez poco parece importar que dicha norma se encuentre actualmente recurrida, por inconstitucional, ante el Tribunal de Garantías que tendrá que decidir, este lunes, sobre la admisión de la causa. El líder del Ejecutivo, molesto con el freno del Poder Judicial a sus planes para tomar el control del órgano con una nueva mayoría progresista, continúa instalado en sus gestos hacia los separatistas. Ni la amenaza de un nuevo referéndum de independencia «más pronto o más tarde» lanzada este domingo desde las filas institucionales de ERC, en boca del propio Aragonés, han afectado a las posiciones del Gobierno central.
Pedro Sánchez ha asegurado en numerosas ocasiones que «el mayor acto de responsabilidad para resolver la cuestión en Cataluña es poner encima de la mesa soluciones. Y la propuesta del PSOE es legal, es coherente con nuestro ordenamiento constitucional y también es posible, y es la reforma de la Constitución y culminar el estado autonómico hacia la estructura de estado federal».
«Queremos dejar atrás el inmovilismo y el rupturismo, pero con la misma convicción con la que decimos sí a las soluciones, sí a la reforma constitucional, decimos también no también a la quiebra de la legalidad democrática y del ordenamiento constitucional», afirmó Sánchez, quien remarcó que «ningún político y ningún gobierno puede situarse por encima de la ley». Eso sí, sin perder de vista el anuncio que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, hacía tras la última reunión a dos bandas entre el Gobierno y sus socios catalanes, sobre la voluntad de ambas partes de «desjudicializar» el conflicto independentista.