Fundado en 1910

29 de marzo de 2024

El lugar en el que hacían el reconocimiento a las menores que denuncian al entrenador de fútbol

El lugar en el que hacían el reconocimiento a las menores que denuncian al entrenador de fútbol

Denuncia de agresión sexual en Huelva

La brutal denuncia de una menor contra su entrenador de fútbol

Según su testimonio la amenazó con no jugar si no accedía a que, tras una lesión, le diese masajes terapeúticos. Más jóvenes le han denunciado después

En los primeros días de este mes de enero una joven de 16 años denunció a su entrenador, de 61 años, por agresión sexual. Su denuncia ha sido la chispa que ha animado a otras jóvenes a acudir a comisaría por hechos similares. Su relato comienza así: «En el mes de noviembre de 2022 entré a formar parte del equipo de fútbol femenino. Desde el primer momento comencé a ver gestos por parte del entrenador que me llamaron la atención ya que propinaba cachetadas en el culo a todas las jugadoras, incluida a mí. También había tocamientos en los pechos durante los entrenamientos, así como en los vestuarios, pero dado que ninguna jugadora se había quejado entendí que se trataba de algo habitual y llegué a normalizar dichos tocamientos. He notado que el entrenador me dedicaba una especial atención, como que tenía una obsesión hacia mí. Me mandaba muchos mensajes para quedar a tomar algo. También notas de voz. Lo rechacé siempre».
La joven tuvo una lesión y, según denuncia, esa fue la excusa para acercarse a ella: «El entrenador comenzó a decirme que debía darme mansajes él mismo y que de lo contario no sería convocada para jugar partidos y que incluso me acabaría expulsando del equipo. Ante el temor de que cumpliese sus amenazas, acepté recibir sus masajes. Acudí el 4 de enero de 2023 a las seis de la tarde a las instalaciones deportivas. Iba acompañada de una compañera, pero cuando fuimos a entrar, él ordenó que ella se quedara fuera, así que tuve que entrar sola».
El entrenador comenzó «a masajear mi pierna y después, por encima de la ropa interior, me echó crema en las zonas íntimas y me pellizco. El quería que me quitase la ropa interior y le dije que no. Al terminar me fui y me vestí, sin querer darle mucha importancia».

La encerró en una enfermería

Pero el hombre insistió en que no estaba recuperada y necesitaba seguir tratando la lesión. Al día siguiente la citó en el campus universitario del Carmen. «Me llevó a una estancia que parecía una enfermería y al entrar cerró la puerta y echó la llave», relató la adolescente a los investigadores. «Me pidió que me tumbara en la camilla y que me quitase el pantalón. Lo hice. Luego, con la excusa de que estaba acostumbrada a ver chicas desnudas, me dijo que me quitara las bragas. Me negué y él me las quitó. Me quedé paralizada».
Así comienza la agresión sexual. El no paraba de decirme: «Eres muy guapa, un monumento de niña. De mayor vas a tener un cuerpazo, me encanta tu cuerpo. Te voy a poner frente a un espejo desnuda para que te veas. Si quieres te puedo depilar entera». La niña se negó en rotundo, pero a él su rechazo no pareció importarle. «Me pidió que me quitase la parte superior. Me negué. Le dije que no era necesario. Pero a pesar de la negativa él lo hizo y hasta me quitó el sujetador. Me quedé paralizada, sin saber qué hacer. Comenzó a tocarme…».
En un momento dado el hombre salió de la habitación y dejó a la menor tumbada. «Me dijo que esperase, que volvía enseguida y me encerró con llave desde fuera. No podía salir. Pasados quince minutos regresó con un tanga y una sudadera. Me puso el tanga él mismo. Salimos de allí y fuimos a otra planta y en un momento dado colgó mis bragas, que se había traído desde la enfermería en una taquilla. Me fijé que había más bragas, unas de color rosa fucsia».

Se lo contó a su madre y denunciaron

Cuando regresó a casa su madre empezó a percibir que la menor estaba extraña y esquiva. Quería estar sola y no paraba de ducharse una y otra vez. Al día siguiente explotó y le contó a su madre todo. «El entrenador, Francisco es una persona bastante conocida en el ámbito deportivo y tanto mi madre como yo hemos sabido que han ocurrido hechos similares con otras chicas deportistas, aunque nunca se ha sabido de forma pública», quiso añadir la menor a su denuncia. «Es más, el equipo de las jugadoras senior, redactaron un escrito hace un año en el que decían que no querían que Francisco entrase en los vestuarios femeninos porque él estaba mirando cuando se duchaban y que tampoco querían que les entrenase».
Las madres de las víctimas que han denunciado creen que hay decenas de víctimas y que sus hijas solo son la punta del iceberg. Piden que las jóvenes que hayan sido víctimas se animen a contarlo y denunciar. La idea es unirse todas para hacer un frente común y conseguir una condena elevada que lo saque de las calles durante muchos años.
Comentarios
tracking