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Santos Cerdán y Adriana Lastra, en una imagen de archivo en el Congreso

Santos Cerdán y Adriana Lastra, en una imagen de archivo en el CongresoEFE

El deshollinador de la investidura

El calculado silencio de Adriana Lastra, la gran enemiga de Santos Cerdán

La que fuera pieza clave de la investidura en 2020, hoy retirada en su cuartel del PSOE asturiano, asiste impávida al ascenso como negociador en jefe del culpable de su caída

En todas las imágenes de las reuniones que ha mantenido el PSOE para cerrar la investidura de Pedro Sánchez hay una ausencia: la de Adriana Lastra. La hoy diputada rasa por Asturias jugó un papel principal en las negociaciones de la anterior legislatura, como portavoz del PSOE en el Congreso y vicesecretaria general del PSOE que era.

Sin embargo, hoy asiste impávida a la consagración como negociador en jefe del PSOE de su gran enemigo y secretario de Organización de los socialistas, Santos Cerdán. El hombre a quien Sánchez encomendó la tarea de volver de Bruselas con un acuerdo con Carles Puigdemont cerrado, y lo ha hecho.

Sorprende el sepulcral y calculado silencio de Lastra al respecto, que incluso se ha borrado de la red X –antes Twitter– recientemente. La que fuera número dos del PSOE está volcada en la Federación Socialista Asturiana, de la que es vicesecretaria general de Acción Política Institucional por designación de su gran amigo, el presidente Adrián Barbón.

Las últimas declaraciones de Lastra han sido todas en el ámbito autonómico. Bien para cargar contra el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, que llamó a Barbón «traidor a tu tierra»; bien para participar en unas jornadas de las Juventudes Socialistas de Asturias.

El deshollinador

Cerdán, hoy convertido en el deshollinador de la investidura, fue en buena medida el culpable de la caída en desgracia y defenestración de Lastra. Porque Sánchez acabó hartándose de las peleas entre ambos y se puso de parte de él, a costa de abandonar a quien había sido uno de sus principales apoyos en las primarias contra Susana Díaz.

Primero relevó a Lastra como portavoz del PSOE en el Congreso, en septiembre de 2021, y eligió en su lugar al canario Héctor Gómez, hoy ministro de Industria, Comercio y Turismo. A partir de entonces fue sufriendo un progresivo arrinconamiento y, en julio de 2022, decidió dimitir como vicesecretaria general del PSOE antes de darle a Cerdán la satisfacción de ver cómo Sánchez la cesaba. El varapalo del PSOE en las elecciones andaluzas –mayoría absoluta de Juanma Moreno– había sido demasiado grande como para que ambos, Lastra y Cerdán, salieran indemnes.

Ella adujo entonces «motivos personales», un embarazo de riesgo, pero nadie creyó la versión oficial. Y menos cuando todos en el partido habían sido testigos de sus enfrentamientos con Cerdán. Éste escribió en Twitter al enterarse: «Gracias Adriana Lastra por tu trabajo y compromiso socialista. Te deseo todo lo mejor siempre».

El desencuentro entre Lastra y Cerdán empeoró a partir del verano de 2021. José Luis Ábalos, que entonces era el secretario de Organización del PSOE, abandonó el cargo dos días después de ser cesado como ministro de Transportes. Sánchez designó en su lugar al hoy interlocutor ante Puigdemont, que entonces era el pupilo de Ábalos y secretario de Coordinación Territorial del partido. Las tensiones fueron de mal en peor.

Éstas ni siquiera acabaron cuando Lastra dejó la Vicesecretaria General del PSOE, en julio de 2022. En octubre de ese año, Barbón blindó a su amiga al anunciar por sorpresa que ella volvería a ser la número uno al Congreso por Asturias. La reacción de Cerdán fue furibunda: afirmó que le parecía «extemporáneo» anunciar los candidatos a las generales cuando faltaban –supuestamente– 14 meses para las elecciones y cuando ni siquiera estaban designados los candidatos a las municipales y autonómicas.

En marzo de este año, el presidente del Gobierno le ofreció ser ministra de Sanidad, queriendo saldar una deuda con ella. El puesto iba a quedar vacante por la marcha de Carolina Darias a Las Palmas de Gran Canaria, como candidata al Ayuntamiento. Lastra lo rechazó y respondió que no iba a volver a la primera línea. Retirada a su cuartel asturiano, no opina sobre Cerdán.

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