
Antonio Caño
Entrevista al periodista y exdirector de 'El País'
Antonio Caño: «Nuestra democracia ha perdido calidad y se ha devaluado»
El periodista presenta su nuevo libro 'El monstruo español' (Esfera de libros), que narra la espeluznante dictadura de Francisco Macás Nguema en Guinea Ecuatorial
El periodista Antonio Caño presenta su libro El monstruo español (Esfera de libros), que narra la espeluznante historia de la subida al poder de Francisco Macías Nguema, uno de los dictadores más violentos de África y que surgió en pleno régimen franquista.
Macías Nguema fue hijo de un reputado brujo fang del clan de los Esangui. Se inició en su carrera como funcionario de la administración que tenía España en Guinea Ecuatorial y llegó a liderar el proceso de independencia del país contra el régimen franquista, con ayuda del abogado Antonio García-Trevijano. A pesar de ello, no escondió su admiración el dictador Francisco Franco y resistió a las afrentas políticas y personales a las que fue sometido por los blancos. Cuando ostentó el poder se convirtió en uno de los dirigentes más aterradores y sanguinarios del continente africano, llegando a ejecutar bajo su mandato a más de 40.000 personas y mandar a 100.000 personas al exilio. Todo ello en la única región del continente donde se hablaba español.
Antonio Caño presenció la detención de Francisco Macías Nguema como corresponsal de EFE en Guinea Ecuatorial. También fue testigo de su juicio y de su posterior ejecución. Su última obra narra la desidia del régimen franquista en sus últimos años y el proceso de independencia de Guinea Ecuatorial, con todas las complicaciones que conllevó.
Nacido el 26 de marzo de 1957 en Martos (Jaén), Antonio Caño cuenta con una amplia trayectoria en el periodismo. Comenzó su carrera como reportero de EFE en África, América y Oriente Próximo, narrando guerras como la del Líbano o las Malvinas.En 1982 siguió con su carrera trabajando en el diario El País, siendo corresponsal en México, Centroamérica y Estados Unidos, informando sobre las presidencias de Bill Clinton, George Bush y Barack Obama. Antonio Caño ascendió hasta ser redactor jefe, subdirector de Internacional hasta convertirse en el director del periódico entre 2014 y 2018.
–¿Qué le llevó a inspirarse en la figura de Francisco Macías Nguema para poder plasmarlo luego todo en un libro?
–Llevo cuarenta y tantos años escribiendo de la actualidad, analizando la actualidad y contando la actualidad. Y yo creo que muchas veces las mejores historias no están exactamente en la actualidad. A veces las mejores historias están allí donde nadie está mirando en ese momento. Y me di cuenta que yo había cubierto hace muchos años una historia que me parece muy interesante pero que nadie conocía en España. Me sorprendía que después de solo 40 años, que no es mucho, pues se hubiera olvidado por completo en España una historia tan relevante como es la de Francisco Macías. Y me pareció que era interesante conocerla. Me sorprende que teniendo España una responsabilidad como país como la que tuvimos en Guinea Ecuatorial pues los españoles no lo conociéramos. Y entonces me propuse investigar sobre eso y y escribir un libro al respecto. Y estoy seguro que la mayoría de los que lean el libro les va a sorprender los acontecimientos que ahí se cuentan y las responsabilidades de España.

'El monstruo español', el nuevo libro de Antonio Cano
–¿Ha vuelto a visitar Guinea Ecuatorial?
–No. Durante la investigación para este libro no me dieron permiso. Guinea Ecuatorial sigue siendo hoy una dictadura similar a la que existía durante la época de Macías, aunque con otro fachada, con otro aspecto exterior, pero igual de brutal, igual de sangrienta. Y no son muy amigos de recibir a periodistas. No, no tuve permiso para ir.
–Relatas a Macías como un modesto funcionario colonial a jefe de Estado, dictador, despiadado y monstruo, como lo titulas en el libro, ¿cómo se llega a ese paso?
–Bueno, en parte es como es consecuencia de la actuación colonial de los países europeos. El caso de Macías no es excepcional. En cierta manera, el colonialismo español engendró ese monstruo. Él fue un criado de una familia española, fue educado por frailes españoles y durante toda la mayor parte de su vida estuvo al servicio como funcionario de la administración española central, haciendo de traductor con otras funciones diferentes en la administración y llegó a ser alcalde de su pueblo (Mongomo), puesto por la autoridad colonial española. Y esa fue su trayectoria y en el en algún momento, seguramente aconsejado por una persona célebre en aquella época en España e influyente en la historia de Guinea, Antonio García Trevijano, pues él hizo un giro nacionalista africano que sorprendió a los propios españoles. Y en esa condición acudió y ganó unas elecciones para convertirse en presidente de Guinea.
Por cierto, unas elecciones democráticas, organizadas de forma escrupulosamente legal y democrática, por lo que entonces era una dictadura en España, por el régimen de Franco, que fue capaz, paradójicamente, de organizar unas elecciones democráticas y dejar una Constitución democrática en Guinea Ecuatorial, aunque todo eso estaba prohibido y perseguido en territorio español, porque aquello también era territorio español.
–¿Crees que habría una mínima posibilidad de que en España surgiera algo parecido a una dictadura como la de Francisco Macías o en cualquier otra expresión?
–Una dictadura de esa magnitud en el mundo han quedado prácticamente descartadas. Estamos hablando de unos niveles de crueldad que si el que tenga ocasión de leer el libro, verá escenas de una crueldad que que en el mundo actual son inconcebibles. Pero no solamente eso. Yo no creo que exista un riesgo de dictadura en España. Nuestra democracia se enfrenta a amenazas como todas las democracias occidentales y se ha devaluado, nuestra democracia ha perdido calidad como la de muchos otros países occidentales, pero eso no equivale a que exista un riesgo de dictadura en España.
–Francisco Macías ganó unas elecciones en 1968 siendo el más anti español de todos los candidatos, defendiendo discurso como 'tenéis que enseñar a vuestros hijos a odiar a los españoles', un argumentario parecido al que fomentan el separatismo catalán o vasco. Entonces, ¿Se puede ser un candidato antiespañol y tener éxito en unas elecciones aquí en España, al tener Francisco Macías un discurso parecido al que fomentan los independentistas en nuestro país?
–El antiespañolismo es una de las manifestaciones más obvias del españolismo. Una prueba de que de que alguien es español es que hace profesión procesión pública de odiar a España. A mí eso no me no me sorprende. Hasta en eso Macías era completamente español. Toda su educación había sido con España y todas las referencias que él tenía era con España. Su admiración por Franco era sincera porque Franco reunía cualidades que eran las adecuadas para un líder y con el tiempo trató de parecerse a Franco. Lo que ocurre es que los acontecimientos le obligaron a situarse en contra de Franco, pero estoy seguro de que eso fue desgarrador para él.
–¿Por qué cree usted que el franquismo permitió que surgiera un candidato como él? ¿Por qué no logró la dictadura imponer a un candidato afín?
–Cualquiera de los otros dos rivales de Macías en esas elecciones hubieran sido más próximo a los intereses de España que el propio Macías. Sí, y esa es una buena pregunta. ¿Por qué España se sintió obligada a respetar el resultado? África era una dictadura y podía haber hecho un fraude electoral y la prensa simplemente podría haber impedido que se publicara. Y la respuesta no la sé bien. ¿Por qué España no hizo un fraude electoral para que ganara su candidato? No tengo una respuesta definitiva. Una de las razones es porque el régimen en España estaba en ese momento muy preocupado con su imagen internacional, sobre todo en Naciones Unidas. Y un fraude electoral hubiera significado un desprestigio mayor para la imagen de España, y probablemente hubiese habido una sanción y España no quería sufrir un revés diplomático en Naciones Unidas. No quería sufrir esos errores y prefirió hacer las cosas correctamente de acuerdo a a los códigos democráticos.
Yo creo que el régimen pensó que si España accedía a la independencia de Guinea Ecuatorial y lo hacía de una manera pulcra desde el punto de vista del derecho internacional y de las leyes internacionales y de las normas democráticas, pues hubiese tenido más posibilidades de recuperar Gibraltar, o de presionar en Naciones Unidas para recuperar Gibraltar. Eso desde luego no sirvió para nada. En cuanto a Gibraltar, tampoco es que la imagen del régimen de Franco variara ostensiblemente de cara a la opinión pública internacional. Pero bueno, ese fue el cálculo que se hizo en Madrid en ese momento.
–¿Por qué cae del poder de Guinea Franco Macías Nguema?
–Su dictadura llega a su fin porque él mismo se había ido aislando en una mezcla de locura personal y, como pasa en todos estos regímenes tiránicos, el tirano se hace imposible incluso para sus propios seguidores. En los últimos dos o tres años Macías estuvo muy aislado, ya casi ni siquiera viajaba a la capital, quedaba ya refugiado en su pueblo, en su residencia presidencial y empezó a sentir miedo de todos los que le rodeaban y desconfiaba de todos. Y era un hombre mayor, desconfiado, enfermo con delirios paranoicos y era imposible que siguiera en el cargo. Pero aún así no era fácil derrocarlo porque sus seguidores y sus colaboradores le tenían pánico, entre otras cosas porque conocían la suerte que habían tenido otros colaboradores suyos y era muy difícil darle un golpe. Tuvo que ser un sobrino suyo, una persona muy cercana y alguien de su propia familia, de su propio clan, quien se atreviera finalmente a echarlo del poder. Porque todo el mundo le tenía mucho miedo, Macías había matado prácticamente a todos sus colaboradores y a todos sus colaboradores, además de acabar con sus contrincantes en las elecciones. Todos sabía cómo se las gastaba y era muy difícil hacerle sombra.
–¿Fue Guinea Ecuatorial una oportunidad perdida para España, teniendo en cuenta el petróleo y el gas que tiene el país y las posibilidades de turismo?
–Sin duda, claro, sin duda. Y tú mencionas dos riquezas importantísima que son el gas y el petróleo. España fue quien descubrió la existencia de gas en Guinea, aunque ahora lo explota Estados Unidos. Y otro sector en el que España es muy fuerte y la industria española podría haber obtenido grandes rentabilidades es el turismo, que Guinea ofrece muchísimas posibilidades si España hubiese sido capaz de o bien en un momento determinado tener un régimen amigo o un gobierno amigo, hubiera sido capaz de desarrollar relaciones amistosas o de ejercer influencia con un gobierno en ese país, pero nunca lo consiguió.
Guinea fue siempre una historia de fracaso para España, y fue una colonia que acabó en fracaso para España y que hoy sigue siendo un fracaso y que se ha querido ocultar en el olvido. Como España fracasó en Guinea, fracasó la dictadura y después también fracasó la democracia, la solución a ese fracaso fue esconder el asunto, olvidar el asunto, Echar sobre Guinea una cortina de olvido. Eso es lo que ha ocurrido y es la razón por la que hoy los españoles no saben nada de su aventura en un país africano donde hoy se sigue hablando español.

Antonio Caño, en su épica de director de 'El País'
–Quiero pararme ahora en su larga trayectoria dentro de El País, donde fue director también desde el año 2014 hasta 2018. Prisa renunció finalmente a hacer el canal de televisión que le iba a otorgar Sánchez. ¿Cómo puede afectar al diario El País o a la empresa en general este hecho en su relación con el Ejecutivo de Sánchez?
–Yo no sé qué consecuencias puede tener, ni siquiera si esa televisión saldrá, aunque no sea bajo el paraguas de Prisa, la televisión puede igual salir, pero que no sea una televisión de Prisa, sino de otro grupo o con otros accionistas, eso no se puede descartar. Yo, hasta donde sé, es que el presidente de Prisa ha tomado una decisión pensando en los intereses económicos de la compañía que preside, pensando en los accionistas o los intereses de los accionistas, y creo que era incompatible velar por la salud económica de prisa y por los intereses de los accionistas de Prisa y tener una televisión que supone un gasto enorme, sin perspectivas reales o convincentes de negocio. Yo creo que el presidente de Prisa ha tomado una decisión de acuerdo a a los intereses de la propia compañía, sin tener en cuenta intereses políticos o de otro tipo.

Diálogo con Bieito Rubido, Ramón Pérez-Maura y Luis Ventoso
Antonio Caño: «En 'El País' sabíamos que Sánchez era peligroso para la izquierda, para el PSOE y para España»
–El País se ha caracterizado en los últimos años por ser afín al Gobierno del PSOE y a sus políticas, especialmente tras la llegada de Pepa Bueno como directora en 2021. ¿Cree que la actual redacción estará de acuerdo con las cesiones al separatismo como la amnistía o la cesión de competencia de las políticas de inmigración a Cataluña?
–Para serte sincero, desde que yo dejé El País la redacción ha cambiado bastante. Yo no tengo información sobre el interior de la redacción como para responderte a eso, francamente. Desde que dejé El País he procurado no hablar mucho de asuntos internos del periódico. Y no lo he hecho por respeto al periódico en el que trabajé 40 años. Y tampoco lo he hecho por falta de conocimiento sobre la actividad interna del periódico. Pero como lector del periódico, no como director, sí que te puedo decir que muchas veces me siento decepcionado con los contenidos, y los encuentro muy alejados de la línea de independencia y de la posición crítica que ha tenido El País en otros tiempos. Es todo lo que puedo decirte como lector. Ese es mi sentimiento y mi impresión. Sobre otros aspectos de la vida interna del periódico ya te digo que no suelo comentar por las razones que te he dicho, por respeto a los años que he estado dedicándome a ese periódico y por desconocimiento sobre su actividad interna.