Presentación del Informe Foessa en Barcelona, este miércoles

Presentación del Informe Foessa en Barcelona, este miércolesCáritas Diocesana de Barcelona

Informe Foessa

Cáritas Barcelona desmiente el triunfalismo económico: «La sociedad está en la cuerda floja»

La entidad católica advierte de que una de cada cuatro personas en la diócesis sufre dificultades relacionadas con la vivienda

«Se consolida un modelo de sociedad en la cuerda floja». Con esta contundencia constata Cáritas Diocesana de Barcelona la situación a pie de calle en la principal área metropolitana de Cataluña, una situación que han detallado este miércoles en la presentación del primer adelanto de los datos específicos para la diócesis del reciente Informe Foessa.

A la espera de publicar el informe local completo –será el próximo 25 de febrero, han dicho– y coincidiendo con el lanzamiento de la campaña de Navidad, la entidad advierte de que el 16,8% de la población sufre exclusión social moderada o severa, y que el 37,7% está en una situación de integración precaria: «Son hogares al límite de caer en la exclusión», ha señalado Amèlia de Juan, jefa del área social, de análisis e incidencia de Cáritas Barcelona.

En comparación con el resto de España, en la diócesis de Barcelona hay un 2,2% más de personas en esta situación de integración precaria –y un 2,8% menos de personas en situación de exclusión severa–, mientras que, comparando los datos locales de este estudio, recogidos en 2024, con los del realizado en 2018 se puede apreciar un crecimiento del 4% en la integración precaria, y una disminución de las situaciones de exclusión.

Vivienda, trabajo e inmigración

Pese al ligero optimismo al que invita este último dato, en su conjunto el Informe Foessa desmiente el triunfalismo económico en Barcelona: constata que «la recuperación económica no llega a todo el mundo» y que una de cada cuatro personas de la diócesis –un territorio que abarca ciudades como Barcelona, L’Hospitalet o Badalona, entre otras– sufre dificultades relacionadas con la vivienda. En concreto, se trata de unos 225.000 hogares y más de 730.000 personas.

Desde la ONG eclesial también advierten de que el alquiler «se ha convertido en una trampa de pobreza», porque el 22,3% de las personas que viven en alquiler están en riesgo de caer en esta situación. El director de Cáritas Barcelona, Eduard Sala, ha explicado que una tipología común en estos casos son familias donde, una vez pagado el alquiler, lo que resta no es suficiente para llevar una vida digna.

Según los datos del Informe Foessa, el trabajo «ha perdido su capacidad protectora», porque más de la mitad de personas en situación de exclusión social –en concreto, el 57,5% – viven en hogares encabezados por alguien que trabaja. Además, señalan que la población extranjera tiene tasas de exclusión 2,4 veces superiores que la no extranjera, y que uno de cada cuatro menores de edad vive en exclusión social, entre otros datos.

Falla «el sistema», no las personas

Pese a todo, Eduard Sala ha querido lanzar un mensaje «de esperanza» y ha asegurado que lo que falla no son «las personas, ni la mayoría de la sociedad», sino «el sistema», y ha reclamado la colaboración entre las instituciones públicas y las diversas entidades para hallar soluciones. Entre ellas, ha pedido avanzar en la proposición de ley catalana de sinhogarismo, actualmente encallada.

El director de Cáritas Barcelona ha pedido «contrarrestar el miedo al pobre, al diferente, al que llega», y ha lamentado que las personas migradas y refugiadas se hayan convertido en «nuestro enemigo común externo e interno». También ha cargado contra aquellos «despistados» que «piensan que el Evangelio habla de otra cosa», y ha asegurado que «todos los partidos políticos» podrían «copiar» la primera exhortación apostólica del Papa León XIV, Dilexi Te, como programa.

En un tono más ácido, y en referencia al desalojo del Instituto B9 de Badalona, Sala ha dicho que «si ahora viniesen José y María [a la diócesis de Barcelona], en algunos ayuntamientos no les empadronarían y en otros ya les habrían desalojado… y nos justificarían que es un lugar indigno».

Por último, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, ha asegurado que el Informe Foessa presenta una visión «tridimensional» de la realidad, frente a la visión de túnel, y ha pedido no caer en la insolidaridad: citando al Papa Francisco, ha lamentado la «globalización de la indiferencia» y ha pedido ver en el inmigrante y el refugiado «no sólo un problema que debe ser afrontado sino un hermano que debe ser acogido y respetado».

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