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29 de marzo de 2024

Una madre y un hijo en un campo de refugiados en la frontera entre Ucrania y Rumanía

Una madre y su hija en un campo de refugiados en la frontera entre Ucrania y RumaníaAFP

Quiero acoger un niño ucraniano: ¿cómo lo hago?

Las asociaciones de acogimiento están saturadas ante la avalancha la solidaridad de las familias

Los refugiados que ya han salido de Ucrania superan los dos millones y medio de personas, de los que, según indicó Yvla Johansson, comisaria europea de Interior, la mitad de ellos pueden ser niños«. La mayoría de ellos cruzan la frontera con Polonia, pero otros muchos van a Rumanía y otros países vecinos. Johansson quiso alertar también de la posibilidad de que los menores refugiados, sobre todo los que no van acompañados, puedan caer en manos de mafia de trata de personas. »Hay criminales que están sacando a los huérfanos de Ucrania, cruzan fronteras diciendo que son sus parientes y luego los utilizan para la trata de seres humanos", exclamó la comisaria en una rueda de prensa el pasado martes.
Ante esta situación, muchos países han abierto sus fronteras y los ciudadanos, las puertas de sus casas. En concreto, en España se han acogido ya más de 1.000 ucranianos que han huido de la guerra. Este pasado viernes, se ha inaugurado en Pozuelo de Alarcón, Madrid, el primer centro de acogida de los tres que se han activado –los otros dos se encuentran en Barcelona y Alicante–. En este municipio de la capital se recibieron en la tarde este viernes a 30 niños enfermos de cáncer y a sus familias.
Otros muchos niños, como defendía la comisaria europea, no tienen padres y no pueden estar solos. Ante este drama, la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (ASEAF) ha puesto a disposición del Gobierno y de las comunidades autónomas las 7.000 familias de toda España, que ya están acreditadas y pueden acoger de forma inmediata a menores que lleguen de Ucrania.
Las presidenta de las familias acogedoras, María Arauz, ha animado a los ciudadanos que se ofrecen para acoger a niños ucranianos a que acudan a la Consejería de Familia o Servicios Sociales de su comunidad a inscribirse como familia de acogida. Esta es la manera más efectiva de poder abrir las puertas del hogar a un niño que haya huido de la guerra, porque, según informan desde la ONG Aldeas Infantiles, este asunto compete directamente al Gobierno y «dependerá de las políticas estatales que se definan en los próximos días o semanas».
Hasta entonces, las asociaciones que se dedican a la recepción de menores, como ACNUR –el brazo de la ONU para los refugiados–, Cruz Roja, Aldeas Infantiles, o algunas más pequeñas, se están encargando de la evacuación de los menores y su transporte a terceros países con la intención de alejarlos de los horrores de la guerra.

Una avalancha de solidaridad

Distintas organizaciones sin ánimo de lucro españolas, que se dedican desde hace años a la recepción de niños ucranianos en periodos de larga estancia –tres meses en verano y uno en Navidad–, están haciendo ahora todo lo posible para sacar a sus niños y familiares y traerlos a sus hogares de acogida.
Una de ellas es Infancia de Nad, cuyos miembros y familias acogedoras están organizando distintos convoyes para ir a Polonia en busca de los menores y sus acompañantes. Ante la avalancha de solicitudes que recibieron cuando las primas bombas comenzaron a caer, han tenido que cerrar el registro para nuevas familias. Sin embargo, han puesto a disposición de todo aquel que quiera ayudar un número de cuenta para enviar ayuda humanitaria y para costear la evacuación de estos pequeños. (ES86 2100 2808 5501 0068 4718).
Por su parte, la organización Niños de Ucrania y Andalucía, cuya acción se centra en orfanatos, está teniendo más problemas para conseguir sustraer a los menores, dado que uno de los centros de los que acogen menores se encuentra a 150km de Kiev y otro en Lugansk, a 15 kilómetros de la frontera con Rusia. Sin embargo, no cesan en su empeño y también han enviado varios autobuses para recoger a todos aquellos que puedan. Igual que Infancia de Nad, han hecho pública también su cuenta corriente: ES26 0049 4604 8023 1611 2016. Lo recaudado se empleará en comprar a cada familia un saco de harina, de azúcar y otro de arroz.
«En estos días hemos recibido muchísimas solicitudes de acogimiento, que agradecemos enormemente, y ya tenemos familias suficientes para la acogida indefinida de niños y familias en este momento de emergencia que asola Ucrania». Así lo ha expresado, a través de su página web, la ONG Ven con nosotros, que desde 1994 se ha encargado de más de 900 acogidas. Ahora, lo que más necesitan son donaciones económicas para poder gestionar la salida de los niños y sus familias, y ayudar a los que se han quedado allí. (ES95 2100 4412 4602 0020 2166).

El papel de las autonomías

El Estado y las autonomías se coordinarán para dar una respuesta a las consecuencias de la guerra, como la acogida de refugiados, la energía y la ciberseguridad, según se ha confirmado este viernes 11 de marzo. De momento, ya el pasado miércoles, el secretario de Estado de Migraciones, Jesús Perea, anunció que los más de mil refugiados están acogidos dentro del sistema estatal, que cuenta de momento con más de 12.000 plazas disponibles.
«Hemos hecho un gran esfuerzo por redimensionar el sistema de acogida. En este momento, hay más de mil personas en nuestro país acogidas dentro del sistema y estamos preparados para acoger muchas más en la medida en que se pueda producir ese flujo. No hay una cifra exacta ni de capacidades ni de ofrecimientos, pero tenemos la máxima disponibilidad y flexibilidad para hacer crecer la capacidad del sistema», afirmó Perea en un acto en la sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
En el caso de los menores no acompañados, el sistema de acogimiento familiar se deriva a la Consejería de Familia o Servicios Sociales de cada comunidad autónoma, que son quienes ponen los requisitos para poder convertirse en hogar de recepción de estos menores. Por ejemplo, en el caso de la Comunidad de Madrid algunas condiciones son las siguientes, que serán valoradas por un conjunto de profesionales en las entrevistas del proceso de aceptación.
  • Tener medios de vida estables y suficientes.
  • Disfrutar de un estado de salud, física y psíquica, que no dificulte el normal cuidado del menor.
  • Flexibilidad de actitudes y adaptabilidad a situaciones nuevas y existencia de una vida familiar estable y activa.
  • Que exista un entorno relacional amplio y favorable a la integración del menor.
  • Respeto a la historia personal del menor y adaptación de las relaciones con la familia de origen del menor, en su caso.
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