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29 de marzo de 2024

Aprender jugando

Aprender jugandoPexels

Educación

Aprender jugando, jugar aprendiendo y todos sus beneficios para los más pequeños

Enseñar de manera lúdica motiva y estimula a los alumnos

La gamificación o convertirlo todo en un juego es un método de aprendizaje en el que impera la intención lúdica para conseguir unos mejores resultados en la transmisión y asimilación del conocimiento.
Un estudio elaborado por expertos de Macmillan Education en colaboración con la experta en enseñanza de inglés y el uso de la tecnología Deborah Healey ha demostrado que estas técnicas educativas motivan y estimulan a los alumnos, y mejora el proceso de aprendizaje haciéndoles estar más implicados.
Estas dinámicas, como también avala otro informe elaborado por los investigadores Deterding, Dixon, Khaled & Nacke, mejoran la eficacia en la asimilación de los conocimientos y la estimulación del pensamiento computacional.
Aparte de romper con el sistema tradicional, la gamificación es una palanca de activación del interés y del compromiso de los estudiantes, ya que les pone en el centro su propio aprendizaje y genera una doble motivación, intrínseca y extrínseca. El no tener la sensación de estar aprendiendo, sino jugando hace que aumente el interés y el compromiso de los más pequeños y les ayuda a interiorizar los contenidos de manera más efectiva y de una forma práctica.
Del análisis de Macmillan se desprende que el aspecto fundamental para activar su motivación recae en la forma en que el diseño del juego se incorpora a una lección en clase. «, Encontrar nuevas formas de aplicar la gamificación al aprendizaje que no se limiten a logros e insignias es importante para aumentar su aplicación», explica Nadya Merghani, directora de marketing e investigación en Macmillan Education.
No existe un modelo único de gamificación, ya que su efectividad depende de las características generales del grupo al que se aplica. Según constató Chris Jones en No es tanto el programa como lo que haces con él, el simple hecho de añadir al proceso de enseñanza ciertas dinámicas lúdicas no asegura una mejora en el aprendizaje. Debido a esto, los profesores deben utilizar los conocimientos sobre sus alumnos y su contexto, además de los conocimientos de la psicología, la investigación y los diseñadores de juegos, para crear un entorno de aprendizaje gamificado significativo y eficaz.
Según se destaca Healey, la clave para la obtención de los resultados óptimos recae en el diseño y la aplicación de dichos ejercicios lúdicos, ya que deben diseñarse de forma selectiva, teniendo en cuenta la composición individual de los usuarios finales o incluso diseñarse de forma flexible e inclusiva, permitiendo la personalización y la adaptación, para moldearse a los usuarios individuales y a los formatos físicos o digitales.
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