Una persona sujeta una pancarta durante una acción contra la ley del aborto
Defensa de la vida
Los nueve bulos más difundidos sobre el aborto, desmontados uno por uno por los ginecólogos
La Asociación Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos provida ha publicado el informe Mito vs. Hecho: corrección de la información errónea sobre la atención médica materna
En el mundo que ha dejado la caída de la protección constitucional del aborto tras la decisión de la Corte Suprema de revocar el fallo Roe vs. Wade las posturas se han radicalizado. Desde el 24 de junio se han sucedido las manifestaciones a favor y en contra de la decisión de los jueces del supremo, que han dejado en manos de los Estados el poder legislar en defensa de la vida, algo que ya han hecho más de una docena de ellos.
Grupos como Jane´s Revenge se han dedicado desde entonces a vandalizar y atentar contra los centros que e dedican a ayudar a las madres que se quedan embarazadas y no tienen recursos y también iglesias y parroquias por todo el país. En cuanto los primeros gobernadores estatales comenzaron a legislar en defensa de la vida, voces a gritos se alzaron por todo el país a favor del aborto. Su argumentario es el mismo que quien lo defiende al otro lado del charco, pero donde la oleada ha ido en sentido contrario con un Macron que pide incluir el aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE o una ley de salud sexual y reproductiva aprobada en España que permite que menores de edad acaben con la vida de sus hijos sin consentimiento paterno.
En toda esta vorágine, la Asociación Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos provida ha elaborado y publicado recientemente un informe con el que se han propuesto desmontar los nueve mitos más difundidos sobre el aborto, que han titulado Mito vs. Hecho: corrección de la información errónea sobre la atención médica materna.
1. El aborto es un servicio esencial de salud
El American College of Obstetrician and Gynecologists (ACOG) defiende que apoyan «la salud, seguridad y bienestar de nuestros pacientes al brindar atención médica integral». Algo que implica «garantizar que todos los pacientes puedan acceder a la gama completa de opciones de atención de la salud materna, sexual y reproductiva, incluido el aborto», continúan.
Esta postura de la institución es denunciada por la asociación provida, que argumenta que el ACOG tiene una «visión extrema» sobre el aborto si se compara con «la gran mayoría de los obstetras y ginecólogos del país». Lo que la organización de ginecólogos provida defiende es que el colegio de este colectivo sanitario se opone a los médicos que no se muestran en la línea con sus «posiciones radicales».
El colegio de ginecólogos, se detalla en el informe, no apoya la realización de ecografías a las pacientes, «que son fundamentales para brindar un consentimiento informado a una paciente».
2. Relación médico-paciente
Se ha venido afirmando que la decisión del supremo de tumbar el blindaje constitucional del aborto y las restricciones estatales a favor de la vida que ha desencadenado suponen una intrusión en la relación médico-paciente. Así lo afirmó el presidente de la Asociación Médica Americana (AMA), Jack Resneck, en un comunicado difundido a través de su página web.
Por su parte, los ginecólogos provida explican que antes del aborto, no existe una relación entre el médico abortista y la paciente embarazada, y que después «tienden a dejar la atención médica a otros doctores que sí tienen una relación previa o que trabajan en urgencias». Y lo que es más, afirman rotundamente que no es una intrusión en la relación el hecho de que el médico proteja la vida de ambos de sus pacientes, la mujer y su hijo.
3. Salvar la vida de la madre
La organización médica provida denuncia que algunos medios –cita a NPR y Reuters– difunden que médicamente el aborto es necesario para salvar la vida de la mujer embarazada. No obstante, destacan frente a este mito que el 93 % de los obstetras y ginecólogos practicantes no practican abortos por elección, pero han ofrecido siempre tratamientos que pueden salvar la vida de la madre y «continuarán haciéndolo independientemente de las leyes estatales del aborto».
Cuando es necesario tratar una amenaza para la vida, explica el informe, «los médicos pueden poner fin a un embarazo de manera que se respete la vida de ambos pacientes», como un parto prematuro, que a diferencia de un aborto, no pretende de manera intencionada acabar con la vida de un ser humano.
4. Embarazos ectópicos y abortos espontáneos
Un temor que se difundió tras la decisión de la corte suprema fue que aquellas mujeres que perdieran al bebé de forma natural o cuando el óvulo fecundado se implanta y crece fuera del útero no serían tratadas porque la ley lo impediría u obstruiría los procedimientos. No obstante, esta asociación de ginecólogos deja claro que estos casos son completamente diferentes que poner fin al embarazo de manera intencionada: «en el caso de un aborto espontáneo, el bebé ya ha fallecido y por tanto cualquier tratamiento no sería considerado un aborto» y se podría practicar a la luz de la ley.
Por el otro lado, el tratamiento de un embarazo ectópico consiste en extraer el óvulo que se ha implantado fuera de la cavidad principal del óvulo, donde no tiene expectativas de supervivencia, pero pone en riesgo la vida de la madre. «Este tratamiento que salva vidas no está impedido por ninguna ley actual que restrinja o prohíba el aborto», explican los autores del estudio.
5. Mortalidad materna
El mismo colegio de ginecólogos que defiende que el aborto es un servicio sanitario esencial, defiende también que restringir el acceso a poner fin al embarazo hará que aumente el número de madres que mueren. Se expone en el informe que Estados Unidos tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas, a pesar de que la doctrina Roe vs Wade llevaba casi 50 años vigente.
Señalan estos profesionales de la salud provida que «estudios de una amplia gama de países –sugieren que el aborto en realidad está asociado con tasas más altas de mortalidad materna y las restricciones pueden conducir a una mejor salud de las madres». Según sus datos, por ejemplo en Finlandia, la interrupción del embarazo se ha asociado con 49,5 muertes de madres por cada 100.000 mujeres en comparación con la tasa de tan solo 8,1 por cada 100.000 de todas las causas de fallecimiento tras el parto.
6. Perjuicio para el cuidado de la mujer
Fue el presidente Joe Biden quien afirmó que la salud de las mujeres estaba en riesgo después de la decisión de la corte suprema. No es solo que no se vaya a tratar a mujeres que sufren abortos espontáneos, sino que toda embarazada vería amenazado su acceso a la sanidad y a los cuidados médicos. No obstante, los ginecólogos destacan que requerimientos clínicos defendidos por los provida, como los ultrasonidos, los privilegios hospitalarios para las embarazadas y los periodos de reflexión que protegen a la mujer, «que merece un cuidado exhaustivo y de calidad».
7. El aborto no afecta a la salud a largo plazo
La multinacional abortista Planned Parenthood afirma en su página web que el acceso al aborto no tiene ninguna consecuencia en la salud reproductiva en el futuro. En cambio, como se señala en el estudio, «el Instituto de Medicina enumera el aborto quirúrgico como un factor de riesgo inmutable para el parto prematuro». Después de un aborto provocado aumenta en un 35 % el riesgo de tener un parto prematuro, y tras una segunda intervención, esta probabilidad sube al 90 %.
8. El aborto químico es seguro
Tras la revocación de Roe vs Wade ha aumentado la dispensación de píldoras abortivas e incluso han comenzado a repartirse de manera gratuita y a enviarse a domicilio. Debido a que no requieren que una visita a la consulta, los médicos «no pueden determinar cómo de avanzado está el embarazo o descartar un embarazo ectópico peligroso», se detalla en el informe. Sea o no de manera controlada por un médico, hay estudios que advierten de las graves consecuencias del aborto en casa mediante medicamentos.
9. Salud mental de las mujeres
Desde 1993 hasta 2018, al menos 75 estudios diferentes examinaron la relación entre el aborto y la salud mental. Dos tercios de ellos mostraron una correlación entre esta violenta intervención y adversas consecuencias sobre el bienestar psicológico de las mujeres.
A diferencia del mito extendido de que restringir el acceso al aborto tendría un efecto negativo sobre la salud mental, estas investigaciones demuestran que someterse a estas intervenciones hace aumentar exponencialmente el riesgo de sufrir depresión, ansiedad, abuso de sustancias y comportamientos suicidas, en comparación con mujeres con embarazos imprevistos con los que decidieron continuar.
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