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05 de mayo de 2024

José Manuel Trigo

José Manuel TrigoCedida

Entrevista con José Trigo, presidente de la Federación Española de Familias Numerosas

El presidente de las Familias Numerosas: «La ley de familias es tan injusta que hasta el PSOE nos ha reconocido que debería cambiarla»

La nueva ley de familias hace desaparecer a los más de cinco millones de ciudadanos que componen las familias numerosas, y elimina las ayudas a aquellas que tienen tres hijos si no están en situación de pobreza. «Una injusticia por motivos ideológicos que luchamos por cambiar», como explica el presidente de la FEFN

En España hay más de 800.000 familias numerosas. Cada uno de estos hogares está formado, en un 90 % de los casos, por dos cónyuges, con una media de entre 3 y 4 hijos. Hablamos, por tanto, de un grupo social que aglutina, como mínimo, entorno a cinco millones de personas. Cinco millones de personas que serán «invisibles» para las administraciones, por culpa de la nueva ley de familias aprobada este martes por el Consejo de Ministros.
La llamada ley Belarra recoge 16 nuevos tipos de familia, pero suprime tanto el Título como el concepto de Familia Numerosa, excluye de cualquier bonificación a las de tres hijos que no estén en riesgo de exclusión social, y equipara a los grandes hogares con otras realidades como las familias monoparentales o las encabezadas por una víctima de violencia de género. Algo que ha puesto en pie de guerra a la Federación Española de Familias Numerosas, como explica su Presidente, José Trigo, en esta entrevista para El Debate.
–En España hay al menos cinco millones de personas que forman parte de una familia numerosa. ¿Por qué, entonces, el Gobierno las ha eliminado de la nueva ley de familias?
–No nos cabe ninguna duda de que este cambio se debe sólo a motivos ideológicos. No existe ningún otro argumento razonable para borrar de las leyes a las familias numerosas. Se elimina el Título y se nos engloba en una nueva categoría de «familias con altas necesidades de apoyo a la crianza», junto a otros colectivos que deben ser ayudados y reconocidos, pero cuya realidad no tiene nada que ver con la nuestra. Todo, por motivos ideológicos.
–Y esos motivos ideológicos, ¿qué finalidad persiguen?
–El trasfondo que vemos es múltiple. Por un lado, los ministros del área de Podemos, durante la legislatura pasada, se hartaron a decir que las familias numerosas éramos «una clase privilegiada». Cada vez que tenían que decir algo sobre los costes de la luz, becas, etc., nos acusaban de ser privilegiados. Esto no solo no es cierto, sino que a la mayoría de familias numerosas nos cuesta llegar a final de mes. Pero ahora, nos meten dentro de un mismo saco con colectivos muy diferentes, algunos de los cuales pertenecen a grupos muy vulnerables. Así que lo que pretenden es poder equiparar en un mismo gráfico a las familias numerosas con, por ejemplo, otras en riesgo de exclusión, para decir: ¿Veis como estos tienen un nivel de renta más alto? ¿Veis como son privilegiados que no necesitan ayudas? Es decir, que pretenden reforzar la imagen falsa de que las familias numerosas somos privilegiados que no merecemos ni necesitamos ayudas. Además, nos borran como interlocutores sociales ante las administraciones, y presentan públicamente el tener más de dos hijos como algo no deseable.
–Durante la elaboración de la ley, ¿contaron con ustedes para conocer sus necesidades?
–El año pasado y el anterior sólo tuvimos reuniones en el Ministerio con los Secretarios de Estado y con la Directora General de Familia, porque la ministra Belarra no nos recibió. En esos encuentros le hicimos ver lo que solicitábamos, pero en ningún momento nos consultaron el anteproyecto de ley. Por lo general, cuando se crean leyes que afectan a distintos agentes sociales, se acostumbra a trabajar previamente el anteproyecto, para que haya tiempo de discutir, ver las necesidades de la sociedad, etc. Pero en este caso no ha sido así. Fíjese: en 2022, durante el Congreso de la Federación de Familias Numerosas invitamos a la Directora General de Familia, Patricia Bezunartea, que nos anunció la ley, sin darnos detalles. Y justo una semana después, el Gobierno la presentó… y nos enteramos de la desaparición del Título.
–No obstante, desde la FEFN sí que valoran positivamente algunos aspectos de la ley. ¿Cuáles?
–Dos, principalmente. El primero es algo que llevamos muchos años reivindicando: dado que la natalidad sigue bajando, es necesario rebajar la categoría de «Familia Numerosa Especial» de 5 a 4 hijos. La nueva ley contempla esto, aunque lo hace metiendo a las familias de cuatro hijos en una categoría «Especial», sólo junto a las de tres que hayan tenido un parto múltiple o si tienen bajos ingresos. Otro aspecto que nos preocupaba muchísimo era que, en el caso de las custodias compartidas, no se permitía expedir dos títulos diferentes, uno para cada cónyuge. Hoy, por desgracia, hay más divorcios, y la solución que daban las Comunidades Autónomas era conceder el título, un año a la madre y al año siguiente al padre. Eso generaba situaciones ridículas, que limitaban las pocas ayudas que recibimos. Ahora, la Ley prevé que, en caso de divorcio, ambos progenitores tendrán su título… de «familia con altas necesidades de apoyo a la crianza».
–Dice usted que, lejos de ser privilegiados, las familias numerosas no llegan a final de mes…
–Por supuesto. Tenemos infinidad de estudios y encuestas que muestran cómo nos suele ser dificultoso llegar a final de mes. Cualquiera puede entender que, con varios hijos a tu cargo, cuando no es por una cosa, es por otra: libros, ropa, dentistas, compra, imprevistos... Además, si calculas cuánto son dos salarios mínimos interprofesionales y lo divides entre un matrimonio con tres o más hijos, te das cuenta de que muchos niños están por debajo del umbral de la pobreza sólo por tener más de dos hermanos. En un contexto de despoblación constante, en lugar de apoyar a las familias, nos llaman «privilegiados» y nos niegan unas ayudas que son de justicia por la aportación social que hacemos en capital humano. El Estado nunca se ha preocupado de verdad por nosotros. Eso sí, después se da un bono cultural gratuito a toda la población de 18 años, aunque viva en hogares con una renta de 100.000 euros.
–Esta desaparición está promovida por los mismos que defienden incluir todas las siglas necesarias en el colectivo LGTBQI+ para «visibilizar» a las minorías, o que defendieron que una unión civil entre dos personas del mismo sexo debía llamarse «matrimonio». ¿Importa tanto que desaparezca de la ley la expresión «familia numerosa»?
–Por supuesto. La forma de llamar a la realidad es muy importante, sobre todo en las leyes. La denominación «familia numerosa» es tremendamente clara, y viene dada porque tenemos muchos hijos, o más hijos que la media. Esto hace que, quienes estamos en la misma situación, podamos asociarnos para ser interlocutores ante las administraciones de una realidad específica. No nos unen las ideas políticas, sino el hecho común de tener más de tres hijos. Por eso somos apolíticos. Pero al desaparecer la catalogación de familias numerosas, tratan de evitar nuestra capilaridad asociativa, que en España es cada vez más fuerte. Y luego hay un segundo aspecto.
–¿Cuál?
–El de reconocer socialmente el valor que tiene una familia que tiene hijos, y el esfuerzo que hacen esos padres por aportar capital humano a la sociedad. No podemos olvidar que sufrimos una crisis demográfica enorme, y para mantener el estado de bienestar necesitaremos personas que trabajen y paguen impuestos. Y resulta que las familias numerosas estamos aportando lo más necesario que precisamos ahora mismo: capital humano. Algo que la nueva ley no valora en absoluto. Muchas de las ayudas van a desaparecer, así que la gente preferirá tener un perro o un gato, que tener un hijo.
–¿Les han dado alguna explicación desde el Gobierno?
–Nos han dicho que el cambio es para que no haya distinciones entre familias, para que seamos todas iguales. Sin embargo, sí han sacado un título de familia monoparental, y nos han clasificado en 16 modelos diferentes. Esto es incongruente. Primero, porque las familias somos diferentes y tenemos necesidades distintas. Pero es que, además, las asociaciones de familias numerosas ya podíamos aglutinar a cualquiera de esos 16 modelos, siempre que tuvieran tres o más hijos. Y lo hacíamos sin etiquetas. Por mucho que diga que nos quiere homogeneizar, el Gobierno hace un señalamiento, está marcando a las personas con etiquetas. No tiene sentido que diga que quiere amparar a todos los colectivos dentro de la ley, pero solo elimina nuestro nombre.
–La federación está hablando con los diferentes grupos parlamentarios. ¿Están encontrando respaldo de los diferentes partidos para modificar la ley?
–Hay que dejar claro que la FEFN es una entidad apolítica, porque lo único que nos une es que somos familias con más hijos que las demás. En todo lo demás, como en las opiniones políticas, somos muy diferentes. Por eso, excepto Podemos, todos los grupos parlamentarios, hasta el grupo parlamentario del PSOE, nos han reconocido que esto no tiene sentido y que es tan injusto que convendría cambiarlo. Esto nos hace albergar esperanzas de que, si la tramitación parlamentaria sigue su curso normal, pueda corregirse la situación. Pero ya sabemos que toda la legislatura pasada el Gobierno aprobó casi todas las leyes con carácter de urgencia, saltándose pasos que en este proceso serían imprescindibles. Si hacen lo mismo esta vez, se acabará aprobando la ley sin haber cambiado lo suficiente.
–Si no se modifica la ley, ¿prevén movilizaciones?
–El Gobierno juega la baza de que el de las familias numerosas es un colectivo difícil de movilizar, por nuestras propias circunstancias familiares y logísticas. No podemos acampar en una plaza con nuestros hijos, como cualquiera puede entender. Pero aunque es una situación muy compleja, no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Tenemos cerca de 80 oficinas de Familias Numerosas por toda España, hay centenares de asociaciones y nuestro tejido asociativo es muy fuerte. Por ahora, hemos recogido más de 82.000 firmas para pedir que no se elimine el Título. Además, todas nuestras asociaciones, que siempre han tenido un carácter muy local, se han alineado para hacer esta reivindicación conjuntamente, en un plano nacional. Y además, animamos a que las familias se expresen a través de redes sociales, entrevistas, videos virales… La dinámica está empezando a cambiar. Y, por supuesto, no descartamos otro tipo de movilizaciones, aunque el principal objetivo es cambiar la ley cuanto antes.
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