Fundado en 1910
Dos cónyuges se dan las manos

Dos cónyuges se dan las manosUnsplash

San Valentín  Los cuatro tipos de amor que diferencian a los matrimonios más fuertes y duraderos

Seis son los estilos del amor que identificó el psicólogo John Alan Lee en los años 70 del siglo pasado en su teoría del círculo del afecto. Este psicólogo vinculó los colores primarios y sus distintas combinaciones con los sentimientos que surgen en una relación. Así, hay tres tipos de afectos primarios que al mezclarse entre ellos dan lugar a otros tres.

Su estudio sobre los colores del amor establece que el amor verdadero y auténtico es de color azul, rojo y amarillo, que equivalen a la compañía, la pasión y el respeto, respectivamente. De la mezcla entre estas tres facultades del afecto van surgiendo otras dimensiones que el sociólogo canadiense bautizó como: Eros, Ludus, Storge, Pragma, Mania y Agape. De todos estos, cuatro han sido probados por un estudio de la Universidad de Florencia publicado en la Revista Abierta de Ciencias Sociales como afianzadores de la estabilidad, la alegría y la longevidad en las relaciones.

Según explica el psicólogo Mark Travers en un artículo publicado en Psychology Today estos contribuyen a matrimonios fuertes. Así, el primero de estos amores es el estilo Eros, que no es otro que el amor romántico. De nuevo según este el psicólogo estadounidense, este está centrado en la atracción apasionada y una profunda conexión emocional. La citada investigación sugiere que este tipo de afecto se relaciona con altos niveles de satisfacción marital y con un tipo de apego seguro, que genera confianza y estabilidad.

Eros implica desde las mariposas en el estómago y un fuerte deseo de cercanía, hasta el apoyo mutuo y un intenso sentido de asociación. El estilo amoroso nombrado como el análogo griego de Cupido también necesita límites, pues apunta el psicólogo que la pasión también ha de permanecer equilibrada, ya que «cuando se vuelve excesivo, puede generar preocupación en la pareja». Por otro lado, con el paso del tiempo puede disminuir de forma natural, lo que no significa que tenga que desaparecer. «Puede evolucionar hacia una forma de amor más sostenible», indica Travers.

El amor altruista, ágape, aunque tiene menos que ver con la pasión, pero todo con dar y cuidar a la otra persona sin esperar nada a cambio. Las personas que lo practican están profundamente comprometidas con el bienestar de su pareja y cuando es mutuo deriva en una relación estable, solidaria, afectuosa y respetuosa. Así lo concluyó otro análisis publicado en 2021, cuando uno percibe que su pareja es atenta, receptiva, cariñosa y validadora, la calidad de la relación mejora. El ágape se ha relacionado igualmente con una capacidad más saludable para resolver conflictos y puede llegar a ser especialmente poderoso en los momentos en que uno de los miembros del matrimonio está lidiando con dificultades personales y tiene más estrés.

De la pasión a la práctica

En tercer lugar, llega Storge, el amor basado en la amistad, el compañerismo y la cercanía personal. Este fomenta los vínculos estables y va creciendo a medida que aumenta la intimidad en la pareja. Este estilo afectivo provoca que las parejas sean menos propensas a comportamientos impulsivos o destructivos para con su relación. Apunta el psicólogo que incluso cuando la chispa inicial de Eros se desvanezca, Storge permanece para fortalecer la relación con el paso de los años.

El amor pragmático —bautizado como Pragma— sería este último tipo que hace que un matrimonio sea duradero. Implica que las personas se hayan elegido en función de su compatibilidad, valores y objetivos vitales compartidos. Pragma no es un amor espontáneo, y aunque puede parecer menos romántico, es la base para una relación sólida cimentada en la compatibilidad práctica.

comentarios
tracking