
Luis Enrique y su hija Xana, durante la celebración de un título con el FC Barcelona
Luis Enrique y Xana: cómo aprender a vivir después de la muerte de un hijo
La pérdida de un hijo es una herida que nunca desaparece, pero existen caminos para aprender a vivir con ella. La experiencia de Luis Enrique, entrenador del PSG y reciente ganador de la Champions, da pistas sobre cómo afrontar el duelo
Perder a un hijo es una de las experiencias más devastadoras que puede vivir una persona. Un trance tan doloroso y contra natura que no hay palabra para definirlo, al contrario de lo que ocurre con otros duelos propios del ciclo natural de la vida, como la pérdida de un padre (huérfano) o incluso la de un cónyuge (viudo).
Y, sin embargo, antes de que el dolor consuma a los padres en una espiral de angustia o sinsentido, los profesionales recuerdan que aunque nada pueda restaurar por completo esa herida, sí hay claves para atravesar el duelo desde la resiliencia, la capacidad de superación y la gratitud.
Y buena prueba de ellos es el ejemplo del ex entrenador de la selección nacional y actual campeón de la Champions, Luis Enrique.
«Siempre está conmigo»
El pasado 31 de mayo, el técnico asturiano, actual entrenador del Paris Saint-Germain, celebró la histórica victoria de su equipo en la Champions League con un emotivo homenaje a su hija Xana. La pequeña falleció en 2019 con sólo nueve años, debido a un osteosarcoma.
Luis Enrique, con la camiseta dedicada a su hija Xana, antes de recibir la copa de la Champions
Durante las celebraciones a pie de campo, Luis Enrique lució una camiseta con una ilustración de él y su hija ondeando una bandera del PSG, réplica de una icónica imagen que la pequeña y su padre protagonizaron en 2015, cuando entrenaba al FC Barcelona.
También los hinchas del equipo parisino desplegaron un enorme tifo al final del partido, con una estampa similar. «Aunque no está físicamente, Xana está siempre conmigo, y hoy estaría corriendo por aquí», expresó el técnico, visiblemente emocionado a pesar de su carácter serio.
Sólo unos meses antes, en un documental grabado por Movistar+, había ahondado en su experiencia: «No hay nada que te prepare para perder a un hijo, pero hay algo en el amor que te transforma ese dolor en un impulso».
Una experiencia única y compleja
La entereza del gijonés no es tan frecuente como a muchos padres les gustaría en un trance como ese.
Según un estudio publicado en el repositorio médico internacional PubMed, y llevado a cabo por un equipo de nueve expertos en duelo parental, los padres que se enfrentan a la pérdida de un hijo pequeño atraviesan una serie de desafíos emocionales y psicológicos únicos, durante el proceso de duelo, que pueden incluir sentimientos intensos de culpa, ira y desesperanza.
No es infrecuente que uno de los progenitores —o los dos— caigan en depresión, incluso de forma crónica, así como que la propia unión conyugal se resienta tanto que llegue a romper el matrimonio a través de la separación o el divorcio. Y en buena medida, esa crisis agravada se debe a un profundo sentimiento de incomprensión familiar o social, que nace de una carencia real de apoyo y orientación. De hecho, el estudio constataba que «los profesionales sanitarios tienen dificultades para comprender las respuestas parentales ante la pérdida».
Cada duelo es diferente
La Fundación Menudos Corazones, en sus tres guías sobre el duelo para padres que han perdido un hijo, enfatiza que cada persona vive el duelo de manera diferente y que no existe un «camino correcto» para afrontarlo.
Lo importante, sin embargo, es permitirse que las emociones surjan y se desarrollen, establecer una conexión emocional o espiritual sana con el hijo que ya no está, tratar de blindar la pareja, y buscar apoyo cuando sea necesario. «Revivimos ese maravilloso pasado en este presente nuestro, a veces difícil, a veces dolorido, pero siempre con ellos a nuestro lado. Les recordamos para volver a vivir, porque ellos siguen construyendo en nosotros», afirman los padres autores de una de las guías de Menudos Corazones.
Estrategias para afrontar el duelo
Y aunque cada familia es diferente, y las diversas circunstancias en que se produjo la pérdida pueden hacer necesarios pasos distintos, los expertos recomiendan cinco estrategias básicas para afrontar el duelo:
1. Aceptar las emociones: Para lograr superarlas, es fundamental reconocer y aceptar todas las emociones que surgen durante el duelo, sin juzgarse por sentirlas... y sin juzgar al otro progenitor por no experimentar lo mismo.
2. Buscar apoyo: La mayoría de las veces es necesario buscar de forma temprana ayuda profesional, terapia y apoyo psico-emocional. Algo en lo que son expertos los grupos de duelo que organiza el Centro de Escucha San Camilo, una referencia en España en el área del duelo.
3. Cuidar la salud física y mental: Mantener una rutina de sueño, alimentación equilibrada e incluso cierto ejercicio pueden ayudar a manejar el estrés y la ansiedad, y a sortear la parálisis vital asociada a la depresión, propias del duelo.
4. Conexión espiritual: «Xana está viva. En el plano físico no está, pero en el plano espiritual está. Y cada día hablamos de ella, y nos reímos… Y pienso que cada día nos ve», decía Luis Enrique en su documental. Crear ese vínculo espiritual —que es real, no metafórico— ayuda a los padres a descubrir una nueva forma de vivir su paternidad y relacionarse con su hijo fallecido.
5. Honrar la memoria del hijo: Crear rituales familiares o actividades que «celebren» la vida del hijo puede proporcionar consuelo y un sentido de conexión continua.
La muerte de un hijo es una pérdida irreparable, pero, como demuestra la experiencia de Luis Enrique, es posible encontrar formas de seguir adelante, manteniendo viva no sólo la memoria sino la relación —espiritual— con el hijo, y reconstruyendo la vida con y desde el amor.