Las dos caras de la Princesa Leonor
Detrás de la heredera, que ha mostrado un impecable sentido del deber en sus últimos actos oficiales, se encuentra una joven afable y divertida que vibra con Rosalía y Harry Styles
La Princesa Leonor, en Asturias
Desde que vino al mundo está destinada a convertirse a Reina, pero sus padres se esforzaron en proteger su infancia y medir al milímetro su proyección pública. A diferencia de otras Casas Reales, que han dado buena cuenta de los movimientos de sus herederos desde pequeños, en España las apariciones de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía han sido escasas, limitadas a los primeros días de colegio o posados veraniegos. Apenas se facilitaban datos sobre ellas y permanecían lejos del foco. Incluso se puso sobre la mesa si tanta protección alejaría a la Monarquía de la calle, porque para crear lazos de afecto hay que dejarse ver y conocer. El Rey ya lo dejó claro: «Ya tendrán tiempo». Y el tiempo ha llegado.
La Princesa Leonor ha adquirido máximo protagonismo en la vida oficial en los últimos meses, desde que ingresó en la Academia de Zaragoza. Su papel ha sido impecable tanto en el desfile del 12 de octubre como en los premios Princesa de Asturias. Este miércoles, las cuatro principales revistas del corazón coincidían en la portada con la misma foto de la Heredera. Incluso ¡Hola! se atrevía con una encuesta sobre la Familia Real y la Princesa, que no ha sido bien entendida porque la institución no necesita ese plebiscito.
En esa línea de aperturismo, Casa Real distribuía a principios de esta semana una serie de imágenes inéditas de su infancia para celebrar su próximo 18 años. Igual que vemos la creciente presencia de la Princesa en la escena pública, coincidiendo con su mayoría de edad, no se va a permitir que la prensa se inmiscuya en su vida privada. Será un equilibrio complicado porque quizá esa faceta suscita igual o mayor interés.
La Princesa Leonor, con su padre
La presa comenzará a asignarle un novio un día sí y otro también. Casa Real nunca saldrá a desmentir o confirmar, y solo el tiempo servirá para saber cuánto hay de verdad. Su padre vivió cómo la presión mediática acabó por hacer fracasar algunas de sus relaciones.
Con su mayoría de edad, la Princesa Leonor abandona definitivamente el cascarón y comienza a prepararse públicamente para el papel que tenía asignado antes de nacer.
