Morante de la Puebla, en la intimidad: dos matrimonios, un hijo futbolista y su trastorno de la personalidad

En el mundo del toro, mucho se ha hablado estos días de lo ocurrido en El Puerto el 9 de agosto. La plaza vivió una tarde completa: arte, emoción y tres salidas a hombros —Morante de la Puebla, Roca Rey y Daniel Crespo—. Pero no toda la faena estuvo en el ruedo. La chispa saltó en el callejón cuando un quite de Roca Rey no convenció a Morante. El sevillano, fiel a su clasicismo, le dijo: «Eso se hace después del segundo puyazo, no del cuarto. Aquí no es reglamentario». El peruano, con media sonrisa, replicó: «Maestro, fúmate un purito despacito». Un cruce de frases, miradas y gestos que encendió el pique entre el maestro consagrado y la figura emergente.

Morante llegó tocado a Pontevedra y sufrió una tremenda cornada, en plena Feria de la Peregrina, tras arriesgar mucho. El torero, de 45 años, resultó herido durante la faena con el primer toro de la tarde, un astado de Garcigrande que le alcanzó en el muslo derecho. La cogida le obligó a interrumpir la lidia y a pasar por la enfermería de la plaza, donde fue atendido de urgencia antes de ser trasladado al hospital Quirónsalud Miguel Domínguez de Pontevedra. El maestro ya ha recibido el alta.

A su lado, permanece su esposa, Elisabeth Garrido, sevillana de carácter discreto y, como él, originaria de La Puebla del Río. Se conocen desde la infancia y, en 2010, sellaron su historia de amor en una ceremonia íntima en la Hacienda Los Ángeles, en Alcalá de Guadaíra, con 150 invitados. La novia llegó en un elegante Rolls Royce junto a su padre y padrino, luciendo un diseño de Rosa Clará con cuerpo drapeado de corte imperio, velo de encaje y un moño muy andaluz.

Juntos son padres de María y Lola y permanece al lado de Morante en sus momentos más difíciles, como la grave cornada sufrida recientemente en Pontevedra. La pareja reside en su pueblo, en la finca Huerta de San Antonio, junto al Guadalquivir, un enclave con tentadero, campo de fútbol y pista de pádel. En 2019, un incendio dañó parte de la propiedad, aunque no su esencia acogedora. Amiga de Rosario Domecq —esposa de Julián López El Juli—, Eli, como la llaman sus allegados, encarna la elegancia natural: exquisitamente educada, nunca busca llamar la atención. Aun así, en alguna ocasión ha compartido pequeños detalles de su vida familiar, como que en los cumpleaños no hacen grandes celebraciones, aunque siempre soplan las velas con los niños. «Mi hija pequeña, Lola, tiene once años y le encanta la repostería. Siempre prepara la tarta, con o sin fondant, pero con su propio toque de decoración», contó en una entrevista.

Antes, el torero estuvo casado con Cynthia Antúnez, madre de su hijo mayor, José Antonio, que es futbolista profesional. Es canterano del Real Betis Balompié y ha llegado a jugar con la Selección Española de fútbol Sub-18. La pareja se divorció en 2008. Hoy, junto a Elisabeth, comparte vida y proyectos, como La Capilla, su bar de copas en la entrada del pueblo.

Morante de la Puebla ha dado visibilidad a los problemas de salud mental que le han obligado a retirarse profesionalmente durante algunos periodos de tiempo. Él mismo ha reconocido que padece trastorno de la personalidad y bipolaridad. También habló de que llegó a plantearse el suicidio como alivio a su enfermedad.