Victoria de Marichalar cumple 25 años: el importante título que posee

Nació como Excelentísima Señora Doña Victoria Federica de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, pero para sus amigos es simplemente Vic. La hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar cumple 25 años, este martes como, una joven introvertida que se ha hecho un hueco en el mundo de los influencers gracias a sus ilustres raíces. Con cerca de 400.000 seguidores, es una de las creadoras de contenido más influyentes de España. Su estilo, su pasión por la moda y esa mezcla de cercanía y exclusividad le han valido la nominación a los Premios Forbes 2025 en la categoría de Mejores Creadores de Contenido. Pero detrás de cada fotografía hay disciplina. Ella misma lo admite: soñar no basta, «hay que trabajar duro para cumplirlos». Ha sabido transformar su apellido y su herencia en un futuro propio.

Forma parte de la familia del Rey, aunque no de la Casa Real, lo que significa que no desempeña funciones oficiales. Su infancia transcurrió con discreción y su adolescencia también. Sin embargo, todo dio un giro el 29 de octubre de 2021, cuando, con 21 años, abrió al público su perfil de Instagram.

Si echamos la vista atrás, descubrimos que su historia no se entiende solo desde Zarzuela. También está ligada a una tradición nobiliaria que se transmite por vía paterna. Su padre, Jaime de Marichalar, pertenece a una de las familias más antiguas de la aristocracia española, aunque su nombre no se hizo conocido hasta su matrimonio con la Infanta Elena.

Jaime es el cuarto hijo de Amalio de Marichalar y Bruguera, VIII conde de Ripalda, y de Concepción Sáenz de Tejada y Fernández de Bobadilla. Su abuelo ostentó aquel título nobiliario y su bisabuelo, Luis de Marichalar y Monreal, fue un político influyente en la España de Alfonso XIII. En ese marco familiar se entiende que la joven cuente con una distinción poco conocida, pero de gran valor histórico: la de Dama Divisera Hijadalgo del Antiguo e Ilustre Solar de Tejada.

Para comprender qué significa este título hay que retroceder más de un milenio. En la sierra de Cameros, en La Rioja, la tradición sitúa el origen del Solar de Tejada en el siglo IX. Según se cuenta, un caballero llamado Sancho Fernández de Tejada luchó junto al rey Ramiro I en la batalla de Clavijo. El monarca, agradecido por su valentía, le concedió a él y a todos sus descendientes la hidalguía perpetua. Generación tras generación, esa condición se mantuvo, con privilegios tan singulares como el uso de escudo propio o la vigilancia de tramos del recién creado Camino de Santiago.

Es precisamente en este punto donde se entiende la dualidad de Victoria Federica. Por un lado, es heredera de una tradición medieval que habla de batallas, linajes y privilegios confirmados por reyes. Por otro, es una joven del siglo XXI que se ha abierto camino en el universo digital con naturalidad y disciplina. Su figura es, en cierto modo, un puente entre dos mundos: el de la nobleza histórica y el de la influencia moderna.