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19 de abril de 2024

François de Neufville de Villeroy

François de Neufville de Villeroy

Picotazos de historia

El mariscal que alcanzó la fama por las pechugas

François de Neufville, segundo duque de Villeroy, pasaría a la historia por dos notables contribuciones de su cocinero

François de Neufville de Villeroy fue hijo de Nicolás de Neufville, marqués y luego duque de Villeroy, mariscal de Francia. Ingresó en la carrera militar a la que se dedicó con más entusiasmo que efectividad. Su valor personal nunca fue puesto en duda.
En 1693, sin haber ejercido cargo de responsabilidad y sin haber demostrado verdaderas aptitudes, excepto el contar con la amistad del rey Luis XIV, fue nombrado Mariscal de Francia. En 1695 se le puso al mando del ejercito de Flandes que combatía contra Guillermo III de Orange, quien encontró el cambio de mando «mucho más agradable que el anterior».
Durante la Guerra de Sucesión de la Corona Española lo pusieron al frente de los ejércitos en Italia, enfrentándose con el príncipe Eugenio de Saboya: el mejor general de su tiempo. Encargado de la defensa de la ciudad de Cremona cayó prisionero, lo que indudablemente ayudó a la exitosa defensa de esta plaza por las tropas francesas, quienes, con muy mala leche, cantaban por la ciudad:
–«Por un favor de Bellona / y fortuna sin igual. / Defendimos Cremona / y perdimos a nuestro general».
De vuelta en los Países Bajos le tocó enfrentarse contra otra primera espada, esta vez era el duque de Marlborough, que le derrotó contundentemente en la batalla de Ramillies.
De vuelta en Versalles, Luis XIV que tenían debilidad por este compañero de la infancia y que no soportaba a nadie que pudiera eclipsar su propia grandeza –al príncipe de Condé lo odiaba–, lo recibió con amabilidad: «A vuestra edad, uno ya no tiene suerte». Y cuando lo encontraba en palacio, inclinado por el peso de sus achaques, le animaba con un «andáis vacilante por el peso de vuestros laureles».
Pero el pobre François de Neufville, segundo duque de Villeroy, pasaría a la historia por dos notables contribuciones de su cocinero: las pechugas a la Villeroy y la salsa del mismo nombre.
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