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20 de abril de 2024

Colón en la corte de Fernando el Católico. Xilografía según un óleo de Wenzel Von Brozik. Siglo XIX

Colón en la corte de Fernando el Católico. Xilografía según un óleo de Wenzel Von Brozik. Siglo XIX

El atentado contra Fernando el Católico que estuvo a punto de impedir el descubrimiento de América

Cuando el 7 de diciembre de 1492 Fernando el Católico fue herido por Juan de Canyamás se trasladó a un monasterio para restablecerse de sus heridas. Mientras se recuperaba se supo que Colón había llegado al puerto de Palos

El Rey Fernando el Católico estuvo a punto de no recibir a Cristóbal Colón y conocer lo que había descubierto en su viaje a las conocidas como Indias. ¿Qué ocurrió? Estamos en una época en la cual, en 1486, se había cerrado el capítulo remensa, que provocó dos guerras civiles en Cataluña. La Sentencia Arbitral de Guadalupe quiso acabar con los malos usos contra los campesinos y darles cierta dignidad. El problema es que no todos los remensas estuvieron de acuerdo con la Sentencia y aun consideraban a Fernando el Católico un traidor al considerar que les había engañado. ¿Por qué?
Si bien se ponía fin a los malos usos contra los payeses de la Corona de Aragón, no había desaparecido la causa remensa. Si bien es cierto que la Sentencia redimió a algunos payeses, muchos fueron castigados severamente, si no con la muerte, con la expropiación de sus tierras o con la esterilización de estas. Si bien el historiador Rovira i Virgili escribió que «la redención de los remensas es uno de los hechos más trascendentales de la historia de Cataluña, que influyó en su prosperidad posterior. Cataluña fue el único país de la Península que tuvo una clase rural con arraigo en la gleba, un payesia rica, libre y culta», la realidad es que una parte de los remensas no lo vieron así y la crispación aun reinaba entre la payesia catalana. Bajo este prisma ocurrió lo que contaremos a continuación.

Atentado contra el Rey

7 de diciembre de 1492. Esta es una fecha clave en la historia de España. Aquel día se podía haber escrito con un trazo diferente. Aquel día los Reyes Católicos habían oído misa en la capilla de Santa Ágata. Se disponían a bajar las escaleras del Palacio Real Mayor. Su destino lo desconocemos. Una multitud de barceloneses que agolpaba en la Plaza del Rey para saludar a los monarcas. Entre la muchedumbre había un hombre llamado Juan de Canyamás. Natural de La Roca del Valles, era propietario de la masía Can Sant Joan. Se trasladó a Barcelona para vengar a los remensas ultrajados.
Se abrieron las puertas del Palacio Real Mayor. Después del séquito real aparecieron los Reyes Católicos. El bullicio y los vivas se mezclaban en el ambiente. De repente Juan de Canyamás se acercó a Fernando el Católico. Sacó un puñal y con él le asestó una herida entre la cabeza y el cuello. Canyamás fue detenido inmediatamente por el séquito real. El Rey, malherido, fue asistido por el médico real.

Juan de Canyamás nunca confesó si actuó solo o era un complot contra Fernando el Católico

A Juan de Canyamás lo juzgaron pocas horas después y sentenciado a muerte. Aquel mismo día lo ataron a un palo situado encima de un carro y lo pasearon desnudo por Barcelona. En la Plaza del Rey le seccionaron una mano y un trozo del brazo. El carro continuó su viaje. Minutos después le seccionaron el otro brazo. A medida que el carro avanzaba por las calles de Barcelona el cuerpo de Canyamás iba siendo desmembrado. Cuando todas las extremidades fueron seccionadas le sacaron el cerebro y el corazón por la espalda. El carro se detuvo en el Portal dels Orbs –actual Plaza de Cataluña–. Allí lo lapidaron y quemaron.
Juan de Canyamás nunca confesó si actuó solo o era un complot contra Fernando el Católico. Algunos historiadores lo han tildado de loco. Tal vez lo era. Sin embargo, la causa remensa estuvo a punto de acabar con la vida de Fernando II de Aragón.

El Monasterio de San Jerónimo de Murtra

Una vez curado el Rey y su séquito se trasladaron al Monasterio de San Jerónimo de Murtra. Este Monasterio, también conocido como del Valle de Belén está situado en el término de Badalona, en la confluencia de los valles de Poià y Belén, en la parte alta del actual barrio de Montigalá. Fue construido en el año 1416 por el mercader barcelonés Bertrán Nicolau. Allí se trasladó una comunidad de monjes jerónimos establecidos en Sant Pere de Ribes. El nombre de Murtra proviene de una antigua masía que se derribó para construir el monasterio.

Allí (en el monasterio) negociaron con Cristóbal Colón las condiciones del viaje al Nuevo Mundo

A mediados del siglo XV la vida comunitaria ya estaba consolidada y había culto público. El monasterio es de estilo gótico tardío y se estructura alrededor del claustro. Este es de tres galerías en dos pisos. El interior tiene arcos apuntados con figuras esculpidas con retratos de personajes conocidos de la época como los Reyes Católicos, Cristóbal Colón, Carlos I o Ramón Llull. La iglesia tiene una sola nave dividida en tres tramos. No se conserva el ábside ni algunas de las capillas. También se conservan varias estancias utilizadas por los Reyes y el refectorio.
Durante los siglos XV y XVI se edificaron las partes más importantes y la biblioteca. En 1835, con la desamortización de Mendizábal, fue exclausurado, asaltado e incendiado. En 1974 fue declarado monumento histórico-artístico de interés nacional.
El monasterio tuvo una gran importancia en la época de los Reyes Católicos. Éstos, cuando pasaban temporadas en Barcelona, residían en él o en el Palacio Real Mayor, situado en la actual Plaza del Rey. Éstos pagaron una parte de las obras del claustro y del refectorio. Allí negociaron con Cristóbal Colón las condiciones del viaje al Nuevo Mundo que quedaron plasmadas en las capitulaciones de Santa Fe.
Cuando el 7 de diciembre de 1492 Fernando el Católico fue herido por Juan de Canyamás se trasladó allí para restablecerse de sus heridas. Mientras se recuperaba se supo que Colón había llegado al puerto de Palos. Y en él, el 30 de marzo de 1493, los Reyes Católicos escribieron «Don Cristóbal Colón, nuestro Almirante del Mar Océano, e Visorey y Gobernador de las islas que se han descubierto en las Indias», dicen las crónicas que la Reina Isabel, cuando recibió la noticia, «apenas había recuperado los ánimos habiendo visto a don Fernando luchar con la muerte a consecuencia del atentado del que había sido víctima». Y es en San Jerónimo de Murtra donde los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón en abril de 1493.
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