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25 de abril de 2024

John Bauer

John Bauer

Picotazos de historia

La tragedia de John Bauer, el pintor de gnomos

En 1918 John Bauer era un artista consagrado e internacionalmente aclamado por su creación de una estética relacionada con los cuentos populares y que se consideraba el summun del vanguardismo nórdico

John Bauer (1882 – 1918) fue un dibujante, pintor e ilustrador sueco del que estoy seguro que no han oído hablar en su vida, sin embargo, si les enseñara alguna muestra de su arte tendrán la sensación de haberlo visto anteriormente, de algo ya conocido. Bauer inició su carrera poco antes del comienzo de la corriente modernista, bebiendo en la idealizada visión romántica que ensalzó todo lo relacionado con los antiguos nórdicos. En su obra también se encuentran influencias del Quattrocento italiano, de los maestros de los talleres de tapices flamencos del siglo XV y XVI y de los prerrafaelitas ingleses. Especial fama adquirieron sus trabajos para ilustrar cuentos sobre gnomos, trolls (tipo de monstruos de la mitología nórdica. Hoy, en Internet, son otro tipo de monstruos y demasiado abundantes) y personajes del folclore escandinavo.
La princesa y los trolls (Una noche de verano se adentraron con Bianca Maria en el bosque)

La princesa y los trolls (Una noche de verano se adentraron con Bianca Maria en el bosque)Wikimedia Commons

Viaje a Estocolmo

Bauer se casó a los 24 años con la artista sueca Ruth «Ester» Elisabet Ellqvist. En 1909, el joven matrimonio hizo un viaje por Italia para estudiar el arte y a los grandes maestros italianos. El idílico viaje de aprendizaje terminó antes de lo calculado debido a que, en la casa donde se alojaban, se cometió un sangriento asesinato. Los jóvenes no tenían nada que ver con el asunto pero les convenció de hacer las maletas antes de lo previsto.
En 1918 John Bauer era un artista consagrado e internacionalmente aclamado por su creación de una estética relacionada con los cuentos populares y que se consideraba el summun del vanguardismo nórdico. El matrimonio tuvo un hijo –Bengt, a quien llamaban Putte, deformación de la palabra italiana Putti que significa angelote o niño con alas (la forma del singular «Putto» se suele evitar en español por motivos que no hace falta explicar)– que apenas contaba con tres años de edad. Bauer había adquirido una casa en Estocolmo, donde pensaba trasladarse la familia por ser más del agrado de su esposa.
Poco antes de la fecha de partida se produjo un terrible accidente ferroviario en la ciudad de Geta –el 1 de octubre de 1918– que dejó un sangriento saldo de 42 muertos y 41 heridos. La tragedia fue ampliamente publicitada por los periódicos de entonces y John Bauer –que debía ser bastante aprensivo– leyendo el suceso decidió que a Estocolmo «viajaría en tren Rita la Cantaora»: él y su familia viajarían en barco.
El SS Per Brahe en Estocolmo tras el salvamento

El SS Per Brahe en Estocolmo tras el salvamento

El desastre del vapor Per Brahe

El 19 de noviembre de ese año, John, su esposa Ester y el pequeño Putte embarcaron, junto con todas sus posesiones, en el vapor Per Brahe que unía la ciudad de Granna con Estocolmo, atravesando el lago Vatten. Iban a iniciar una nueva vida.
El vapor, además del pasaje, transportaba una carga de estufas de hierro, arados y máquinas de coser. Como no había espacio suficiente en las bodegas, el sobrecargo –oficial a bordo encargado de la correcta estiba de la carga– decidió amontonarla sobre la cubierta, lo que probaría ser fatal. Durante la travesía, por la noche, se desató una tormenta. Las olas, el viento, junto con una mala fijación de la carga provocó el corrimiento de esta y que el barco zozobrara y se fuera a pique. Todos murieron: dieciséis miembros de la tripulación y ocho pasajeros. No hubo supervivientes.
El pecio se localizó el 22 de noviembre a 32 metros de profundidad, procediéndose al rescate de los cuerpos y de la carga. Esta operación degeneró en una macabra feria del peor gusto, donde se podían adquirir trozos de ropas de los ahogados, restos de sus pertenencias o piezas de la carga y del barco. Incluso se organizaron viajes de excursión con el aliciente de la adquisición de dichos trofeos. Se calcula que unas treinta mil personas pasaron por la zona de rescate.
Míralos, dijo la madre Troll. ¡Mirad a mis hijos! No encontrarás trolls más hermosos en este lado de la luna, 1915, acuarela

Los trolls de Bauer

Durante mucho tiempo circuló la historia de que las criaturas del bosque no habían permitido que John les abandonara. Desde luego su visión sobre ellos ha quedado con nosotros gracias a su arte. Una obra asombrosa, atemporal y cautivadora. Búsquenla y déjense llevar por la imaginación.
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