Fundado en 1910
Barrio tokiota de Marunouchi tras el terremoto

Barrio tokiota de Marunouchi tras el terremoto

Hace 100 años en El Debate

6 de septiembre de 1923: el devastador terremoto que desató el caos y la violencia en Japón

El terror del primer seísmo fue acompañado de cientos de réplicas, un tsunami con olas de hasta 10 metros y un tifón que propagó las llamas en Tokio

japón comenzaba el mes de septiembre con un devastador terremoto que azotó la llanura de Kantō en Honshu, la principal isla del archipiélago. Se produjo a las 11:58 del primero de septiembre de 1923 con una magnitud de 8,2 en la escala sismológica de Richter y con epicentro en Izu Oshima. Destruyó la ciudad portuaria de Yokohama así como las prefecturas vecinas de Chiba, Kanagawa, Shizuoka y Tokio.

Durante una semana, el terror del primer seísmo fue acompañado de cientos de réplicas, un tsunami con olas de hasta 10 metros y un tifón que propagó las llamas en Tokio agravando desmesuradamente la tragedia. Se desencadenaron hasta 88 incendios en la región y los japoneses vivieron una lucha encarnizada contra el fuego que terminó con decenas de miles de muertos.

Vista de Yokohama destruida tras el terremoto

Vista de Yokohama destruida tras el terremoto

El Debate fue informando de cómo evolucionaba la situación: «Comunican desde Pekín que no solamente la isla Bonin, sino todo el archipiélago» que conformaban las islas Ogasawara, indicaba el periódico.

También detalló que tanto el ministro como todo el personal de la Embajada española en Japón se encontraban a salvo: «En un principio se creyó lo contrario, porque se hablaba de que el barrio europeo en el que tienen su residencia las representaciones diplomáticas estaba totalmente destruido –recogía la noticia–, pero esto ha sido en Tokio, y nuestra Legación tiene su residencia en el barrio europeo de Yokohama, que ha sido la única parte de la ciudad que se ha librado de la catástrofe», aclaraba El Debate.

La gran catástrofe de la región de Kantō terminó con al menos 105.385 personas muertas, 37.000 desaparecidos y alrededor de 570.000 hogares fueron destruidos. El caos y el pánico que provocó esta tragedia levantó rumores de que los coreanos que residían en Japón de sacar partido de esta catástrofe para realizar pillajes, robar, envenenar el agua de los pozos y producir incendios. Como consecuencia, cientos de coreanos fueron asesinados por milicias civiles japonesas: más de 2.500 personas, entre coreanos y habitantes de Okinawa, perdieron la vida en esta oleada de furia incontenida.

comentarios
tracking