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17 de junio de 2024

Expulsión de los judíos de España (año 1492), según Emilio Sala (1889)

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Mitos en torno a la Santa Inquisición

¿Fue Tomás de Torquemada el gran torturador inquisitorial de la historia?

La figura de Torquemada comenzó a tergiversarse en el último tramo del siglo XVIII, a partir de una corriente de escritores que bebieron de los escritos de Juan Antonio Llorente quién –a sueldo del erario francés– pretende rematar a la Monarquía Católica

La sombra de fray Tomás de Torquemada (1420-1498) es tan alargada que sigue pululando, por nuestras mentes, hasta la más rabiosa actualidad. De esta manera, hay que preguntarse, ¿fue Torquemada un gran torturador? Antes de responder esa pregunta se hace necesario comentar algunos datos biográficos que apuntan que Torquemada podría haberse criado en Valladolid o en Palencia, siendo el sobrino del cardenal y catedrático, Juan de Torquemada, que tuvo el cargo de consejero real de Juan II de Castilla. Una vez ordenado como fraile dominico, Tomás de Torquemada, fue nombrado deán de la catedral de Segovia llegando a tener una gran influencia en los Reyes Católicos.

Pese a que Tomás de Torquemada sólo obtuvo el grado de bachiller, en Teología, por la Universidad de Salamanca, parece que no quiso –al estilo del cardenal Cisneros–, obtener cargo alguno, aunque al final consiguió ser nombrado con altos cargos de la Corona de Castilla como confesor real o Inquisidor General.

El gran inquisidor español, Fray Tomás de Torquemada (1420-1498), entre los reyes católicos Fernando II e Isabel I de Castilla, 1478. Grabado de Baude sobre una pintura de Jean-Paul Laurens (Jean Paul) (1838-1921). de Laurens, Jean Paul (1838-1921) (después); Colección particular; (add.info.: El gran inquisidor español, Fray Tomás de Torquemada (1420-1498), entre los reyes católicos Fernando II e Isabel I de Castilla, 1478. Grabado de Baude sobre una pintura de Jean-Paul Laurens (Jean Paul) (1838-1921).); Stefano Bianchetti.

El gran inquisidor español, fray Tomás de Torquemada (1420-1498), junto a los Reyes Católicos. Grabado de Baude sobre una pintura de Jean-Paul LaurensGTRES

Al pertenecer a una familia de «alto copete», Tomás de Torquemada amasó una gran fortuna con la adquisición de un gran número de bienes confiscados a los herejes. El nombramiento de Inquisidor General no viene, en estos momentos, de manera fortuita sino que, durante este periodo, había acumulado cierto poder y Torquemada podría ser de las pocas personas que conseguiría configurar un tribunal religioso para combatir las herejías como se había hecho en Francia o Aragón.

Durante unos diez años que estuvo como Inquisidor general de Castilla y Aragón, Valencia o Barcelona, fray Tomás de Torquemada, mandó ejecutar a un número bajo de ejecuciones, cifra inferior, en cuanto al cómputo general, desde el 28 de agosto hasta el 1 de octubre (en un mes y tres días) momento en el que se ejecutan el mismo número de hugonotes, en la villa de París, y unas 10.000 personas en toda Francia o las 30.000 brujas ejecutadas en Alemania.

Retornando a la figura histórica del primer inquisidor general de Castilla, huelga aclarar que se granjeó numerosas enemistades y, con el transcurso del tiempo, perdió el fervor real y las quejas de Torquemada llegaron a los oídos del Papa Alejandro VI, quien destituyó al inquisidor general y nombró a cuatro miembros con unas competencias similares a las que tuvo fray Tomás Torquemada.

En 1496, se retiró al convento de Santo Tomás de Ávila muriendo al poco tiempo, siendo considerado a lo largo de la Historia, sin pruebas fehacientes, como un personaje intolerante y torturador. Pero, ¿en realidad Torquemada mató a infinidad de personas y fue tan cruel? Aparentemente, según nos han contado algunas fuentes tergiversadas, fue un personaje oscuro, cruel y fanático.

Una visión distorsionada del inquisidor

Pese a todo lo que nos ha llegado e incluso que podía pertenecer a una familia judaizante, se ha distorsionado la figura del inquisidor, pues el Tribunal de la Inquisición fue un tribunal con elevadas garantías, racional y que buscaba la reinserción o el arrepentimiento de los reos. Pese a las calificaciones negativas hay algo de luz sobre las calificaciones tergiversadas al personaje histórico, en la primera mitad del siglo XVI, momento en el que un consejero real, Hernando del Castillo, escribió la Historia general de la Orden de Predicadores (1584), que retrata a Tomás de Torquemada como un clérigo austero.

En la misma época, el padre jesuita Juan de Mariana lo calificó de una persona prudente y docta, y que tenía mucha cabida con los reyes, por ser su confesor, y prior del monasterio de su orden de Segovia. Es decir, fray Tomás de Torquemada fue, ante todo, un cristiano ortodoxo que no consumía carne y vivía con un modo de vida frugal así como vestía sin grandes lujos.

Por otro lado, la figura de Torquemada comenzó a tergiversarse en el último tramo del siglo XVIII, a partir de una corriente de escritores que bebieron de los escritos de Juan Antonio Llorente, canónico de Calahorra (La Rioja) y secretario de la Santa Inquisición entre 1789 y 1791, quién –a sueldo del erario francés– pretende rematar a la Monarquía Católica.

Este sacerdote afrancesado, en su Historia crítica de la Inquisición de España –escrita en el exilio francés– apuntó unas cifras claramente desorbitadas; unas 31.912 personas quemadas vivas y 17.659 in effigie (en forma de muñeco o retrato). Para contrarrestar estas barbaridades algunos expertos, como H. Kamen, apuntan que fueron unas 3.000 ejecuciones (no llegando al 4% de las muertes) en tres siglos y medio, siendo el XVI el más sangriento, momento en el que fray Tomás de Torquemada había fallecido. Como diría Gil de Hontañón, «los hechos son tozudos».

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