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La gesta de Álvarez, el maestro zamorano que instruyó a media España

Grandes gestas españolas

La gesta de Álvarez, el maestro zamorano que instruyó a media España

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En 1921, en una familia de seis hermanos de un pequeño pueblo zamorano, nacía Antonio Álvarez Pérez y probablemente un nombre tan corriente no dirá nada. Los apenas 50 habitantes del lugar estaban dedicados a las tareas agrícolas y solo unos pocos habían podido estudiar, pero Antonio, que tenía una vocación marcada desde niño, pudo cumplir su sueño: realizar estudios de magisterio.

Antonio Álvarez Pérez

Antonio Álvarez Pérez

Cuando solo tenía diecinueve años ya era maestro en Asturias y pronto ejercía en su provincia natal, Zamora donde se volcó con tesón en su trabajo. Pero había algo que le impedía desarrollar su tarea docente como a él le hubiera gustado. Los libros escolares de entonces le parecían demasiado farragosos. Echaba de menos un buen manual que recogiera de forma ordenada y sistemática lo que contenía el plan de estudios vigente: la Ley de Enseñanza Primaria de 1945, impuesta poco después de la guerra.

Lo que en principio fue una necesidad se convirtió en una pasión, e iba atesorando con meticulosidad todos los textos que pensaba le pudieran ser útiles y clasificándolos por materias. Poco a poco fue incorporando a su archivo imágenes o dibujos que él mismo realizaba. Y cada contenido que elaboraba lo completaba con estas ilustraciones pero también con resúmenes y ejercicios prácticos.

Los alumnos atienden a las explicaciones del profesor

Los alumnos atienden a las explicaciones del profesor

Su material era especialmente claro y vistoso y sus compañeros maestros comenzaron a solicitárselo de forma recurrente. No existían fotocopias y pasaba de mano en mano hasta que a alguno se le ocurrió que por qué no los publicaba. Así podrían usarlos todos.

Álvarez se animó mucho con la idea y se decidió a componer una obra que recopilara todo de forma metódica. Asumió la tarea con ansia hasta llegar a 17 horas de trabajo diario: tenía que concentrar todas los nociones elementales que los estudiantes debían conocer antes de iniciar el Bachillerato. Cuando la concluyó como la obra había sido una creación exclusiva y personal, no podía tener otro nombre que Enciclopedia Álvarez.

Antonio Álvarez y su enciclopedia

Antonio Álvarez y su enciclopedia

De la elaboración a la edición

Una vez todo organizado, acometió el segundo paso: buscar un editor, pero fue rechazado no una vez, ni dos, sino cinco. Viajaba a Madrid desde Zamora en el tren nocturno con una maleta y carpetas bajo el brazo en un auténtico «peregrinaje editorial» acumulando negativas. Le decían que ya había enciclopedias que servían para lo mismo. Sin embargo, no se amilanó, porque estaba muy seguro de la eficacia de su método. Y tras muchos noes consiguió que un modesto impresor de Zamora, Eduardo López, propietario de la Editorial ELMA, aceptara publicarla. Tras presentarla a la censura política y la eclesiástica pertinente y una vez obtenido el « Puede imprimirse», del arzobispo de Valladolid, salía a la luz la primera edición de su Enciclopedia. Era el año 1952. Y un año después, lo hacía la editorial Miñón. Su subtítulo era más que una declaración de intenciones: era una compilación «intutitiva, sintética y práctica»

¿Qué ofrecía la Enciclopedia Álvarez?

La Enciclopedia Álvarez pretendía agrupar en un solo libro todas las materias que cursaba la infancia española en la escuela. En un principio, solo editó el primer grado destinado a los niños más pequeños de entre 6 y 8 años por lo que servía para dos cursos, el 1º y 2º grado de enseñanza elemental.

Álvarez estaba lejos de las esferas del Ministerio de Educación Nacional, quien promovía los libros que se difundían en las escuelas, pero su eficacia era tal que el «boca a boca» entre maestros sería su mejor promoción. El autor pensaba que como mucho vendería unos miles de ejemplares, pero dado el éxito sucedió algo inédito. Las escuelas castellanas comenzaban a hacer cola a la puerta de la editorial para llevárselas antes de que se agotaran.

Muy animado, continuó con otros niveles; las enciclopedias para 2º (7-12 años) y 3º grado (12-15 años). Todos, aunque lógicamente con distinto grado de complejidad, incluían lecciones de Historia Sagrada, Evangelios, Lengua Española, Aritmética, Geometría, Geografía, Historia de España, Ciencias de la Naturaleza, Formación Político-Social (Niños), Lecciones Conmemorativas, Formación Familiar y Social, Higiene, Formación Política (Niñas), hasta nociones de Circulación. El índice figuraba al final. La lección constaba de lectura, nociones, ejercicios y el cuestionario «comprueba lo que sabes», unas actividades que afianzaban el aprendizaje.

La enciclopedia de Antonio Álvarez

La enciclopedia de Antonio Álvarez para segundo grado

En 1958, Álvarez para dedicarse en pleno a la tarea editorial tuvo que pedir la excedencia de la enseñanza. No podía compaginarlas, aunque como no quería despegarse de la realidad de las aulas consiguió que le nombraran director honorario de un colegio. Y allí iba a probar las innovaciones y a escuchar sugerencias de los maestros.

Algo a su favor fue el bajo precio de las enciclopedias. Solo pastas duras, un papel poco refinado pero fuerte y todo en blanco y negro a excepción de la atractiva portada. Que fueran tan baratas facilitó las necesidades educativas en aquellos años de economía difícil. Para el entorno urbano, y sobre todo para el rural, contar con un texto de estas características fue especialmente relevante.

Posteriormente, fue editando cuadernos de ejercicios, las cartillas Álvarez para aprender a leer, a escribir o a dibujar, Libros del maestro , El Parvulito o la Enciclopedia de Iniciación Profesional. Las primeras ediciones fueron siempre en blanco y negro y de su mano, para después ser mejoradas por los dibujantes de la Editorial y al final pasar al color. La Enciclopedia Álvarez y estos materiales llegaron a copar el 80% del mercado del momento.

Ejemplares de Álvarez

Ejemplares de Álvarez

La clave del éxito

La clave del éxito fue su método y atinada pedagogía. Incorporaba textos y lecturas de fácil comprensión, y muy esenciales, para que el alumno obtuviera la información necesaria en cada lección, que reforzaba lo impartido por el maestro. Los libros anteriores incorporaban lecturas, pero densas y prolijas, lo que provocaba que el niño se perdiera; Con el método de Álvarez, los textos eran sencillos y había resúmenes para que el niño «se quedara con lo importante»

Para hacer más ameno el aprendizaje la enciclopedia incorporaba gráficos y dibujos. Muchas veces se pedía al alumno que los copiase en su cuaderno. Así «descansaba» en cada lección. También solía incluir pequeñas narraciones legendarias, que ensalzaban la grandeza de España o de historia sagrada que además de formar religiosamente, al niño avivaban su fantasía. Por su parte, el Estado español proporcionaba a las escuelas atlas, álbumes históricos, fotos, postales, estampas que completaban el material.

Un alumno

El fin de los manuales escolares

Desde las ediciones de los 50 hasta las últimas de los 60 hubo cambios en los contenidos y en la calidad de los libros, con mejores dibujos y pasando del blanco y negro al color. Pero las reformas educativas de 1964 y 1965, harían que de forma progresiva las enciclopedias comenzaran a dejar de utilizarse. La Ley General de Educación de 1970, que imponía un libro por asignatura, daba la puntilla final a la gran Enciclopedia Álvarez.

Décadas después Álvarez criticaría los libros que le siguieron; ”Son cada vez más grandes y más caros, demasiado densos, y los niños se pierden. Se pretende que elabore sus conocimientos y esto no es propio de la primaria. Los libros deberían desandar el camino, hacerse más sencillos y eficaces, con menos palabras. Afirmaciones que suscribirían hoy padres y maestros.

Tres alumnos con sus ejemplares

Tres alumnos con sus ejemplares

Las críticas

El presentismo histórico, el no querer reconocer ningún aspecto positivo del franquismo y la ignorancia ha llevado a criticar a investigadores actuales estos exitosos manuales. Los acusan de que a través de la asignatura de historia, se introducían valores políticos y patrióticos. Conceptos como el «ser español», gestas heroicas, la tradición histórica del imperio. Y que buscaban la identificación de la juventud con la historia y a través de ella con la patria. Y que los maestros debían actuar «como maestros y como españoles para dar a la juventud una conciencia histórica nacional y fe en su destino»:

Junto a ello, también se ha criticado la presencia del catolicismo como uno de los pilares de la constitución de la patria española o el sexismo de la educación diferencial. Como ejemplos «denigrantes» en varios trabajos de investigación aportan estas definiciones de Álvarez:

La escuela: «La escuela es el yunque donde se forjan los hombres del mañana. Trabajando en ella te preparas para el servicio de la Patria».

El Cid: «Venció a los moros y por su lealtad y grandes virtudes es considerado como modelo de caballero cristiano».

Felipe II: «Fue un rey muy prudente, católico y poderoso. Para castigar las ofensas que los ingleses hacían a España, Felipe II organizó la escuadra invencible, pero esta fue derrotada por los temporales. Ante el peligro que los turcos representaban para la cristiandad, Felipe II, el Papa y Venecia formaron una escuadra y los derrotaron en la batalla de Lepanto».

América: «A nuestra patria estaba reservado el destino más glorioso de todos: descubrir el Nuevo Mundo y hacerle partícipe de nuestra cristiana civilización».

Leyenda Negra: Ninguna nación del mundo puede presentar una hoja de servicios tan limpia como la que España puede exhibir, referente a la conquista, civilización y evangelización de América. A pesar de ello, nuestros tradicionales e implacables enemigos nos acusan de crueles y de no haber hecho en el Nuevo Mundo nada que merezca la pena de ser recordado.

Los que tanto critican estas premisas como un tal Sopeña autor de « El Florido Pensil» hablan de «la estulticia del franquismo» o incluso que los manuales Álvarez son una «aberración ideológica».

Una clase de colegio

Mal saben esto, o están mal documentados, ya que este tipo de consignas o valores que se exhiben el texto eran propios entonces de todas las naciones de Europa. Muchas de ellas de valores democráticos consolidados. Por no hablar del tema ideológico. La enciclopedia Álvarez en absoluto era un texto político o de adoctrinamiento. Si, escorada hacia el régimen, pero comparado con otros textos de dictaduras coetáneas completamente «librepensadora». Incluso hoy en día, los valores patrióticos que se critican siguen apareciendo en los libros de texto de casi todas las naciones.., menos en España que la Patria parece ser un tema tabú.

Durante años muchos nostálgicos bucearon en librerías de viejo para buscar estos volúmenes con los que aprendieron de niños, incluso maestros para usarlos de tapadillo. Por ello, la editorial Edaf decidió contactar con Álvarez para reeditarlos. Aunque Álvarez se resistía, a la tercera petición fue la vencida. En 1997 se lanzaban 20.000 facsímiles numerados. Desbordaron las expectativas y en un mes se agotó la edición y ampliaron hasta llegar a cien mil ejemplares. Hay que señalar en la línea de las críticas antes citadas que EDAF se curaba en salud con esta frase «El objetivo es saciar una añoranza generacional. En absoluto se pretende utilizar como herramienta didáctica».

Un ejemplar de la enciclopedia para tercer grado

Un ejemplar de la enciclopedia para tercer grado

Sucedió en otro tiempo y otro régimen, pero Álvarez batió records absolutos con su revolucionario método. Sin incluir los últimos miles de facsímiles había vendido cerca de 35 millones de ejemplares.

Ello no conllevó que fueran estos los millones de estudiantes que lo usaron. Se pasaban entre hermanos, se compraban de segunda mano, haciendo exponencial este número, hasta casi acabar destrozados por el desgaste continuo.

Vistos a día de hoy, y comparados con los de las nuevas leyes de Educación que amparan el mínimo esfuerzo y martirizan a los maestros con tareas burocráticas que nada aportan a la enseñanza, los contenidos impartidos en la modesta Enciclopedia Álvarez, exhiben niveles casi estratosféricos.

Un retrato de Antonio Álvarez

Un retrato de Antonio Álvarez

Por ello, fue mucho más que un recuerdo imborrable del imaginario escolar de aquella España de posguerra. El maestro zamorano y el sistema escolar de entonces, ayudaron a que cientos de miles de niños de varias generaciones fueran las más preparadas de los últimos siglos y que forjaran en sus páginas los saberes básicos que les permitirían construir el futuro de la España próspera que estaba por venir.

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