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29 de abril de 2024

El presidente de Francia Emmanuel Macron, visita un centro de refugiados ucranianos en el oeste del país, el 15 de marzo

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, visita un centro de refugiados ucranianos en el oeste del país, el 15 de marzoGTRES

Elecciones en Francia

Macron enfila el camino a la reelección sin obstáculos, pero con menos ventaja que en 2017

El actual presidente francés se enfrentará con toda probabilidad a un candidato de extremos en la segunda vuelta, lo que le confiere una mayor capacidad para concitar apoyos

El pronóstico es claro, unánime y prácticamente indiscutido: salvo hecatombe, Emmanuel Macron seguirá pernoctando otros cinco años en el Palacio del Elíseo. Aunque las encuestas de las últimas semanas auguran una victoria más ajustada que la de 2017, el mandatario francés saldrá, con toda probabilidad, reelegido en los comicios presidenciales a dos vueltas que comenzarán el próximo domingo.
El gobernante, que hace un lustro batió a su rival Marine Le Pen por una ventaja de más de 30 puntos, se enfrentará en esta ocasión, según los sondeos, a dos posibles candidatos en la segunda ronda: Le Pen, de nuevo, o el izquierdista Jean-Luc Melénchon. En ambos casos, según dos politólogos consultados por El Debate, el margen de triunfo de Macron será menor al de 2017.
Crisis como las de los chalecos amarillos, iniciada un año después de su toma de posesión y motivada en un primer momento por el incremento del impuesto sobre el carbono, han dejado al descubierto los dos principales lastres del proyecto de Macron: más desigualdad, debido a la reducción del gasto social, y un mayor empobrecimiento de las clases menos favorecidas. Unas grietas de las que ha conseguido desviar la atención en el último momento gracias a su papel en la guerra de Ucrania, donde ha emergido, poco menos de 30 días antes de los comicios, como estadista y mediador de primer nivel en el conflicto.
«El balance que podría hacer un francés de su presidencia es el de que, de alguna manera, no la ha liado mucho. Ha tenido sus complicaciones pero al final digamos que, en términos futbolísticos, no ha hecho un mal partido. No ha brillado mucho en algunas cuestiones, pero acabará ganando porque en los últimos 10 minutos ha tenido suerte de cara al gol, y esto se debe sobre todo a la situación de conflicto bélico, donde ha aparecido como un hombre de Estado fiable ante la incertidumbre que representan Le Pen y Melénchon», valora Luis Rodrigo de Castro, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad CEU San Pablo.

Mejor en el exterior

Algo similar apunta el politólogo y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Joan Botella, que valora más positivos los resultados cosechados en política exterior que en la interior.
«Tal vez ha tenido un poco mas de visión de fronteras afuera, donde ha intentado dar un cierto realce al papel de Francia, especialmente tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El Brexit ha dejado a Francia como el único país del bloque comunitario con armamento nuclear, y también como el país que ha desempeñado un papel más destacado ante las varias crisis que ha habido en el Norte y el África subsahariana y en Ucrania, donde ha actuado con mayor decisión en comparación con Alemania y, ya no digamos, España o Italia», analiza Botella, que junto a Rodrigo de Castro destaca la posición de visibilidad que a nivel comunitario le otorga la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, que ostentará hasta junio.
Un arrojo que no ha tenido lugar, por el contrario, en el interior de la política social francesa, donde se «han intentado promover unas ciertas reformas» –comenta el politólogo de la UAB– que han sido finalmente frenadas por la movilización de los chalecos amarillos.
Con todo, Macron acudirá a las urnas en un panorama de fragmentación política, marcado por el desplome en intención de voto de los dos partidos tradicionales: Los Republicanos, herederos de la Unión por un Movimiento Popular (derecha), y el Partido Socialista. Y sabiendo que un candidato de extremos, como pueden ser Le Pen o Melénchon, nunca concitarán el apoyo de una formación más centrista como La República en Marcha, el movimiento que encabeza, de cara a la segunda vuelta, que tendrá lugar el próximo día 24.
Con estos mimbres, Emmanuel Macron enfila un camino libre de obstáculos hacia la primera reelección en Francia en 15 años, tras la derrota de Nicolas Sarkozy ante François Hollande en 2012 y la renuncia de este último en 2017.

Retos para el próximo quinquenio

¿Y en los próximos cinco años? ¿Qué le queda al presidente por hacer? Aparte de las reformas internas inacabadas en esta primera legislatura, Rodrigo de Castro destaca fundamentalmente dos cuestiones de cara a la segunda: consolidar la recuperación post-covid en casa, por un lado, y dar continuidad a la relación francoalemana tras el cambio en la cancillería del país vecino, por otro.

«En el próximo quinquenio hay dos acontecimientos importantes a los que prestar atención: los Juegos Olímpicos de 2024 en París, de los que Macron puede sacar algo de rédito si se gestionan bien, y la reconstrucción de Notre Dame, un símbolo del país galo y al que su Gobierno se comprometió a arreglar en un tiempo breve», añade.
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