La razón por la que Zelenski nunca se excede de los 30 minutos en sus comparecencias

Volodímir Zelenski lleva semanas de gira por los principales parlamentos e instituciones del mundo. Vestido con su ya clásica indumentaria militar y habitualmente con una pared blanca de fondo, el presidente ucraniano ha aprovechado la visibilidad que le confieren esas intervenciones para recordar las atrocidades de Rusia en estas seis semanas de ofensiva y pedir ayuda a los gobiernos. Siempre con voz calma, pero firme y contundente, el exactor se dirige a sus oyentes con discursos salpicados de referencias a la historia nacional de cada parlamento.

Pero además de la vestimenta y la puesta en escena, hay otro patrón que se repite siempre en las intervenciones del mandatario: su duración. En sus más de 15 videoconferencias en instituciones de todo el mundo, el presidente no se ha excedido nunca de los 25 minutos de conexión.

Y la razón, sorprendentemente, no tiene que ver con la famosa regla de los «20 minutos», según la cual los espectadores de un auditorio pierden la atención del orador transcurrido ese tiempo. Zelenski debe despedirse y abandonar a su público por motivos de seguridad.

Para evitar ser geolocalizado por los servicios de inteligencia del Kremlin, el mandatario no puede permanecer más de media hora en el mismo lugar. Una circunstancia que le obliga a cambiar de ubicación varias veces al día y que con frecuencia le ocasiona problemas de conexión debido al contexto bélico.

Para intentar eludir estas dificultades, el presidente utiliza un teléfono satelital Iridium 9575 proporcionado por EE.UU. para comunicarse con Washington de manera segura.

Valorado en 1.000 euros, el terminal es indetectable para el espionaje ruso, razón por la que es empleado por los agentes de inteligencia estadounidenses. No solo eso: en caso de sabotaje de las telecomunicaciones, Zelenski podría mantener el contacto con el exterior gracias a él.