Los rebeldes sirios empiezan a tomar las calles de Damasco y hacen temblar al régimen de Al Asad
La coalición insurgente ha logrado ingresar en Damasco tras la toma de Deraa, poniendo al régimen de Bashar al-Asad contra las cuerdas
La coalición insurgente liderada por el Organismo de Liberación del Levante, un grupo islamista respaldado por Turquía, ha logrado tomar el control completo de la provincia de Deraa, en el sur del país. Este avance ha llevado a los rebeldes a las puertas de Damasco, donde los combatientes opositores ya están entrando en los barrios periféricos de la capital siria, un hecho que pone en jaque al régimen de Bashar al Asad.
La ofensiva comenzó el 27 de noviembre y, en menos de dos semanas, los rebeldes han logrado capturar las principales ciudades de la provincia, incluidas las de Deraa y Al Sanamayn, las cuales tienen gran significado histórico. Deraa, en particular, fue el epicentro de las protestas de 2011 que iniciaron la guerra civil siria. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los combates se intensifican ahora a tan solo unos kilómetros de la ciudad vieja de Damasco, lo que pone en riesgo la seguridad del gobierno de al Asad.
Con la caída de Deraa, la coalición rebelde ha logrado consolidar un importante avance hacia el centro del país, lo que ha dejado al régimen de Al Asad en una situación extremadamente vulnerable. Los insurgentes, con el apoyo continuo de Turquía, están avanzando rápidamente hacia la capital, mientras las fuerzas del gobierno comienzan a replegarse.
El Ejército sirio ha comenzado a retirar tropas de la zona, reubicando sus unidades hacia otras regiones del sur, especialmente hacia Al Sueida, una provincia de mayoría drusa. El régimen de Al Asad ha intensificado sus ataques aéreos y terrestres en las provincias cercanas, como Hama y Homs, para intentar frenar el avance insurgente.
El avance rebelde hacia Damasco representa un desafío directo para la estabilidad del gobierno sirio. Si los opositores logran tomar la ciudad de Homs, podrían cortar la vital conexión terrestre de Damasco con la costa mediterránea, lo que aislaría aún más a la capital y podría suponer un golpe devastador para el régimen de al Asad. Esta conexión es esencial para la logística y el suministro de recursos, especialmente en tiempos de conflicto prolongado.
Con Damasco ahora bajo amenaza directa y los combates acercándose cada vez más al centro del poder de Al Asad, el futuro del conflicto sigue siendo incierto, pero lo que parece claro es que el régimen sirio está enfrentando uno de los momentos más críticos de su existencia.