
La política francesa Marine Le Pen
Marine Le Pen, ante la Justicia: causas y consecuencias de la sentencia que podría inhabilitarla
algunos analistas expusieron la teoría de que, detrás de la caída del Gobierno del conservador Michel Barnier el pasado mes de diciembre, después de una moción de censura presentada por la izquierda y apoyada por Marine Le Pen, se escondía un intento de la líder de la Agrupación Nacional (RN) de remover todo lo posible el tablero político francés para empujar al presidente, Emmanuel Macron, a convocar eleccciones presidenciales, donde Le Pen esperaría ganar y, ocupando el trono del Elíseo, ser inmune de cara a la sentencia que se conocerá este lunes.

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Si estas eran las intenciones de Le Pen, aunque cuesta creerlo pues, aunque lo fuesen, habría ido extremadamente justa de tiempos, no le salieron. La fractura de la coalición de izquierdas, el Nuevo Frente Popular, posibilitó la supervivencia del sucesor de Barnier, François Bayrou, y ahora Marine Le Pen se enfrenta a una sentencia que, de prosperar, la apartaría de las elecciones presidenciales de 2027 —donde ahora mismo es la favorita—, con una pena de cinco años de cárcel, 300.000 euros de multa y cinco años de inhabilitación para cargos públicos.
Por si fuese poco, la hija del histórico líder derechista Jean-Marie Le Pen sufrió otro revés el pasado viernes, cuando el Consejo Constitucional de Francia dictaminó que los políticos locales pueden ser inhabilitados para ejercer su cargo inmediatamente si son declarados culpables de un delito. Un fallo que abre la puerta al que sería el peor de los desenlaces posibles para Marine en este juicio por malversación de fondos públicos y que entraría en vigor de inmediato, incluso si Le Pen apelara.
Preguntada sobre esta cuestión en la entrevista que mantuvo en exclusiva con El Debate el pasado mes de febrero, la política sostuvo que no estaba «ni preocupada ni tranquila», pero que no creía que «los jueces tomen una decisión destinada a impedir que un tribunal de segunda instancia pueda analizar este caso, que no deja de ser muy complejo y que tiene evidentemente un origen político».
¿De qué se le acusa?
Marine Le Pen se empezó a sentar, junto a otros 25 miembros de su partido, en el banquillo de los acusados del Tribunal de París el pasado mes de septiembre, juzgada por un caso de desvío de fondos europeos. Este escándalo fue, supuestamente, una acción dirigida por la cúpula del partido, Agrupación Nacional, para utilizar los fondos que recibía de Bruselas —cuando tenía más presencia en Europa que en la propia Francia— fuera de su perímetro legal.
En total, se les acusa de desviar 6,8 millones de euros a través de un «sistema fraudulento de desvío de fondos» que utilizaban para asuntos domésticos de la formación en el país galo.

Jordan Bardella junto a Marine Le Pen
Además de Marine Le Pen también estaba acusado su padre, Jean-Marie (fallecido en el mes de enero), 11 eurodiputados en ese periodo, además de otros miembros de la formación y el propio partido político. Marine ha rechazado en todo momento las acusaciones e insiste en que ni ella ni su partido han cometido «ninguna infracción ni irregularidad», pero muchos ven en la preparación que ha tenido Jordan Bardella, actual presidente del partido, un paragüas de Marine para reducir daños en caso de que ella sea inhabilitada.
La inhabilitación en el horizonte
Después de varias semanas de juicio, el pasado mes de noviembre los fiscales del caso pidieron la condena de cinco años de prisión, otros cinco de inhabilitación y una multa de 300.000 euros. Dos días después de dicha petición, la líder política calificó las acusaciones como «repugnantes» y expresó que estaban pidiendo «sentencias desproporcionadas».
Pese a esta dialéctica beligerante inicial, la estrategia de Marine ha cambiado y, en estas últimas semanas, ha vuelto a recalcar que «no piensa en la sentencia» y que se mantiene «tranquila». Difícil de creer, pues sabe que su futuro político está en juego.
«Potencialmente, millones y millones de franceses se verán de hecho privados de su candidato presidencial», expresó Marine Le Pen durante el último interrogatorio en el juicio. Ahora, los jueces dictarán si efectivamente es así o si, por el contrario, a Le Pen se le despeja el camino para cumplir el viejo sueño de su padre y entrar, triunfante, por las puertas del Elíseo en 2027.