León XIV: de Chicago a Chiclayo o cómo salvar vidas en la pandemia
En Perú, durante el covid, no se cansó de llamar a las puertas para recaudar fondos. La gente moría por falta de respiradores en los hospitales. Gracias a sus colectas se pudo acondicionar una «planta de oxígeno» en la diócesis que permitió salvar muchas vidas

Habitación de Robert Prevost en el convento de Santo Tomás de Villanueva de Trujillo (Perú) donde vivió de 1988 a 1998.
Más misionero que político, americano del norte de nacimiento y del sur de adopción, con documento nacional de identidad de Estados Unidos y de Perú. Es León XIV, Roberto o Monseñor Prevost Martínez, para la gente de Chiclayo, Iquitos, Piura, Arequipa, Lima o Trujillo. También para los argentinos de Buenos Aires, ciudad en la que conoció a Jorge Mario Bergoglio, el Pontífice que le nombró cardenal y con el que hablaba el mismo idioma.
El sucesor de Francisco se desenvuelve en español con fluidez, pero con acento peruano y «extranjero», como recuerdan los que le conocieron. El nuevo Papa conoce los problemas del continente, del mundo y del Vaticano, porque en Roma también hay cuestas empinadas y obstáculos que sortear.
Leon XIV pasó media vida en Perú, 40 años. En Chiclayo, ciudad norteña en la costa del Pacífico (a unos 15 kilómetros y con 600.000 habitantes), le recuerdan por su bondad, generosidad y tenacidad. Durante la pandemia no se cansó de llamar a las puertas y a las empresas para recaudar fondos: la gente se moría por falta de respiradores en los hospitales y gracias a sus colectas al menos se pudo acondicionar una «planta de oxígeno» en la diócesis, que permitió salvar muchas vidas.
"La instalación y el funcionamiento de la planta de oxígeno aliviará, en parte, la economía de los lambayecanos que, por falta de dinero, no pudieron salvar la vida de sus seres queridos”, anunció Monseñor Prevost.
«Mi pequeña diócesis de Chiclayo»
Aquellos años le dejaron una huella profunda como expresó en sus primeras palabras como Papa al enviar «un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi pequeña diócesis de Chiclayo en el Perú».
«Caminando», como le recuerdan sus feligreses ,se recorrió un país que todavía no era el suyo. Lo sería en 2015, año en el que cumplió la palabra empeñada y se nacionalizó.
La prensa peruana lo presenta y lo celebra como uno de los suyos. La Embajada de Estados Unidos en Lima colgó un tuit con rapidez donde celebraba su proclamación y su doble nacionalidad: «Una celebración para los católicos del mundo y una alegría especialmente compartida entre el pueblo estadounidense y el pueblo peruano. De Chicago a Chiclayo».
De su «bolsillo puso mucho para la construcción. Lo esperamos. Lo vamos a recibir con los brazos abiertos», recuerda en la emisora RPP María Yopla, la mujer que le acompañó a levantar dos iglesias en Trujillo. El padre Alexander, agustino peruano que trabajó con el Papa al que conoció en Ecuador, destaca su trato afable: «Entre nosotros era Roberto, Roberto. Es muy sensible, muy cercano, sabe escuchar... Trata de entenderte. Te dice lo justo, lo adecuado para el momento. No es de los que habla y habla».
El presidente del Congreso interrumpió la sesión de la Cámara para celebrar la designación del Papa peruano
El presidente del Congreso interrumpió la sesión de la Cámara para celebrar la designación del Papa peruano. Donald Trump, pletórico, escribió en su red Truth Social: «...Es un gran honor saber que es el primer Papa estadounidense. ¡Qué emoción y qué gran honor para nuestro país! Espero con ansias conocer al Papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!». En Francia hablaban de raíces compartidas y en Italia apuntaban en el mismo sentido. Dicho de otro modo, para el mundo, este Papa ya es de todos.
El 9 de abril 2023, el obispo de la diócesis de Chiclayo, Monseñor Prevost Martínez, ofició su última misa. Se declaró «un misionero» y definió su significado: «El misionero va donde no es querido pero sí lo necesitan, y se queda hasta que es querido pero no lo necesita». Amén. Habemus Papam.