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Personas lloran junto a los cuerpos envueltos en sudarios de las víctimas de los ataques israelíes en Yabalia, en el hospital indonesio de Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza

Personas lloran junto a los cuerpos envueltos en sudarios de las víctimas de los ataques israelíes en Yabalia, GazaAFP

Las matanzas de Israel en Gaza ponen a prueba la paciencia de Trump con Netanyahu

Coincidiendo con la gira del presidente estadounidense por Oriente Medio, las bombas israelíes han acabado con la vida de más de 300 gazatíes, en su mayoría mujeres y niños

La primera gira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por Oriente Medio acaba sin visita a Israel, su gran amigo y aliado en la región. Trump se ha codeado con jeques, emires y príncipes en Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Un ambiente en el que el republicano se ha sentido demasiado cómodo, tanto que el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, ha tratado de empañar esas reuniones de tan alto postín con uno de los peores ataques contra la franja de Gaza desde que decidió romper la tregua el pasado 18 de marzo.

Desde el martes, coincidiendo con el primer día de la gira del presidente estadounidense por el golfo Pérsico, hasta este viernes, los bombardeos israelíes han matado a más de 300 personas en la Franja, la mayoría mujeres y niños, según informan las autoridades gazatíes, en manos de Hamás. La jornada más mortífera se registró este jueves con la muerte de más de un centenar de palestinos por ataques aéreos tanto contra el norte como el sur del enclave palestino. El campo de refugiados de Yabalia, en el norte de la Franja, se ha convertido en la zona cero de estas masacres.

Un niño palestino herido llora mientras se une a las oraciones por las víctimas de los ataques israelíes, frente al hospital Nasser en Jan Yunis, al sur de Gaza

Un niño palestino herido llora por las víctimas de los ataques israelíes en Jan Yunis, al sur de GazaAFP

Los bombardeos, justificados desde el Ejecutivo hebreo por apuntar a «terroristas de Hamás», también van dirigidos contra la poca infraestructura esencial funcional que aún resiste. Uno de los objetivos más recientes de las tropas israelíes ha sido el hospital Europeo, en Jan Yunis, al sur de Gaza, el último centro sanitario en la Franja capaz de ofrecer atención oncológica y cardíaca, y que tras el ataque ha quedado fuera de servicio. «Los repetidos ataques a establecimientos de salud son un ejemplo más de las adoptadas por las autoridades israelíes para hacer invivible la franja de Gaza», denunció Médicos Sin Fronteras.

Israel explicó que la ofensiva tenía como objetivo al actual líder de Hamás, Mohammad Sinwar –hermano de Yahya Sinwar, cerebro de la masacre del 7 de octubre de 2023–, quien, según las autoridades hebreas, se encontraba refugiado en una estructura subterránea ubicada en el hospital. Aún se desconoce si, efectivamente, el ataque consiguió alcanzar a Sinwar. Mientras las imágenes de cadáveres, ríos de sangre y escombros se suceden, Trump se ha reunido con los líderes de las grandes petromonarquías que abogan por poner fin al conflicto en la Franja lo antes posible.

Trump, tras cuatro días en la región, ha sido claro al denunciar que «están pasando muchas cosas malas» en Gaza. «Quiero que sea una zona de libertad. Y si es necesario, creo que estaría orgulloso de que Estados Unidos la tuviera, la tomara y la convirtiera en una zona de libertad. Que ocurran cosas buenas», insistió el presidente estadounidense desde Qatar, según recoge la agencia de noticias Reuters. Una vez, en Emiratos Árabes Unidos, Trump advirtió de que «mucha gente se está muriendo de hambre».

Palestinos luchan por conseguir sus raciones de comida fuera de un abarrotado centro de distribución en Beit Lahia, en el norte de la Franja

Gazatíes luchan por conseguir sus raciones de comida en Beit Lahia, norte de la FranjaAFP

Los 2,3 millones de gazatíes que se hacinan en la Franja no solo sufren los ataques y bombardeos diarios de Israel, sino que están sometidos, desde el pasado 2 de marzo, a un bloqueo total de ayuda humanitaria. «No somos inmunes ni en modo alguno insensibles al sufrimiento del pueblo de Gaza, y sé que aquí hay oportunidades para brindarles ayuda», aseveró este jueves, desde Turquía, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio. El alto diplomático se refería así al plan propuesto por Washington a Netanyahu para la entrada de asistencia al enclave a través de contrastivas privados. Esta propuesta, sin embargo, se ha topado con el rechazo frontal de las organizaciones humanitarias que defienden que el reparto debe hacerse de manera imparcial.

«Es la forma más inhumana de tortura y asesinato», denunció recientemente ante el Consejo de Seguridad de la ONU el embajador palestino, Riad Mansur. A pesar, incluso, de las reticencias públicas de Estados Unidos, Israel no tiene intención de dar marcha atrás en sus planes bélicos, sino todo lo contrario. Netanyahu anunció a principios de este mes de mayo un plan para expandir la ofensiva y ocupar de manera permanente gran parte de Gaza. Ante el inmovilismo del Ejecutivo israelí, Trump ha decidido ir por libre e iniciar contactos con Irán –el mayor enemigo de Israel en la región–, así como con los hutíes de Yemen, Siria o, incluso, Hamás.

En las últimas semanas, la Administración de Estados Unidos ha logrado un acuerdo de alto el fuego con los rebeldes yemeníes, además de la liberación del único rehén estadounidense vivo, Edan Alexander, por parte de la organización terrorista palestina. Movimientos que no han contado en ningún momento con la participación de Israel. La gira de Trump por el golfo Pérsico ha sido la estocada final para Netanyahu. En Arabia Saudí, el republicano anunciaba el levantamiento de todas las sanciones económicas a Siria, estrechaba la mano del presidente interino sirio y exmiembro de Al Qaeda, Ahmed al-Sharaa, y, para colmo, aseguraba que un acuerdo sobre el programa nuclear de la República Islámica «se acerca».

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