
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder islamista de Siria, Ahmed al-Sharaa, junto con MBS, en Arabia Saudí
Trump se reúne con el líder sirio y exmiembro de Al Qaeda para que normalice sus relaciones con Israel
Se trata del primer encuentro entre un presidente de Estados Unidos y sirio en 25 años
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y como ya adelantó este martes durante su intervención en un foro de inversiones en Arabia Saudí, se ha reunido hoy con el presidente interino de Siria, el islamista Ahmed al-Sharaa, antes de continuar con su gira por el golfo Pérsico y poner rumbo a Qatar. Según ha confirmado la Casa Blanca, el encuentro, en Riad, empezó sobre las 10:07 (hora local) y se alargó hasta las 10:40.
Tras esta reunión, la primera en 25 años entre un mandatario estadounidense y otro sirio, fuentes saudíes aseguraron a la cadena de noticias CNN que este breve encuentro fue «extremadamente positivo a todos los niveles», sin ofrecer más detalles. Por su parte, Washington apuntó que el republicano instó al líder islamista sirio a que su país normalizara las relaciones con Israel y firmara los Acuerdos de Abraham. Ya a bordo del Air Force One y rumbo a Qatar, el estadounidense describió a su homólogo sirio como un «tipo joven y atractivo. Un tipo duro. Un pasado fuerte. Un pasado muy fuerte. Luchador».
Horas antes, Trump había anunciado que su país levantará todas las sanciones económicas impuestas a Siria. «Tras hablar de la situación en Siria con el príncipe heredero [Mohamed bin Salmán] y con el presidente turco (Recep Tayyip) Erdogan, que me pidió el otro día algo muy similar, y son amigos míos que respetan mucho Oriente Medio, voy a levantar las sanciones contra Siria», declaró el republicano este martes desde la capital saudí.
El presidente estadounidense, durante su intervención, defendió que las restricciones, impuestas al régimen de Bashar al Asad, han sido «devastadoras» y que, tras la caída de la dictadura el pasado mes de diciembre, es el momento de Siria de «brillar». «Creo que dará paz a la gente», prorrumpió Trump. El pasado mes de diciembre, la organización islamista liderada por Al-Sharaa, Hayat Tahrir al-Sham (HTS) –exfilial de Al-Qaeda–, consiguió derrocar al dictador sirio Bashar al Asad, quien se vio obligado a abandonar el país y refugiarse en Rusia.
Desde entonces, el líder islamista –conocido también por su nombre de guerra Abu Mohammed al Golani–, ha tratado de dar una imagen de moderación y estabilidad para, principalmente, que Occidente levante las sanciones económicas que pesan sobre Siria. Al-Sharaa, reconvertido en el presidente interino del país árabe, ha prometido una transición pacífica, pero en los últimos meses se ha visto salpicada por una oleada de violencia sectaria. Primero contra la minoría alauí –un rama del islam chií y a la que pertenecía la dinastía Al Asad– y posteriormente contra los drusos.
Estados Unidos, así como Europa, ha condicionado el levantamiento de las restricciones económicas al respeto de los derechos de las minorías. De hecho, hasta el pasado mes de diciembre, Washington aún ofrecía una recompensa de diez millones de dólares –unos nueve millones de euros– por la cabeza de Al-Sharaa, que sigue engrosando la lista oficial de terroristas. A pesar de ello, Trump ha accedido a mantener un encuentro, auspiciado por el hombre fuerte de Arabia Saudí, Bin Salmán, con el líder islamista para, según aclaran desde la Casa Blanca, que firme los Acuerdos de Abraham y que «todos los terroristas extranjeros abandonen Siria», también los «terroristas palestinos».
Uno de los mayores logros en política exterior del republicano, durante su primer mandato, fue la normalización de relaciones en 2020 entre Israel y cuatro países árabes –Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Sudán y Marruecos–, un proceso conocido como los Acuerdos de Abraham. Durante su segunda Administración, Trump busca ampliar este pacto e incluir a Arabia Saudí, la gran potencia de la región, así como a Siria. Desde la caída del régimen de Al Asad, Israel ha aprovechado el caos generado para ocupar aún más territorio y bombardear ocasionalmente el país vecino, llegando a atacar barrios de la capital, Damasco.
Durante el encuentro, entre Trump y Al-Sharaa, que también contó con la intervención telefónica del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el republicano reafirmó la ayuda de Estados Unidos para impedir el resurgimiento del autodenominado Estado Islámico y ofreció que su país asumiera la responsabilidad de los centros de detención del los terroristas, ubicados al norte de Siria, actualmente en manos de las milicias kurdas. Por su parte, el presidente interino de Siria, según informó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, trató de cortejar al republicano e «invitó a las empresas estadounidenses a invertir en petróleo y gas sirios».