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Así derribó el Ejército de Estados Unidos una segunda narcolancha en el Caribe

El Ejército de Estados Unidos preparado para atacar la narcolancha venezolana en el Caribe

 Tensión militar entre EE.UU. y Venezuela: Caracas acusa a Washington de «agresión directa»

El régimen venezolano despliega 2,5 millones de milicianos tras los ataques ordenados por Trump en el Caribe, mientras Petro condena los ataques como «asesinatos»

Washington lanza misiles, Caracas responde con advertencias y Bogotá lo llama asesinato. En menos de tres semanas, el mar Caribe ha sido testigo de dos ataques militares estadounidenses contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico y, según el propio presidente Donald Trump, procedentes de Venezuela. La tensión ha escalado hasta niveles inéditos, mientras la comunidad internacional observa con inquietud el posible desenlace de esta crisis que se enmarca en una ofensiva más amplia de Washington contra el régimen del dictador, Nicolás Maduro.

Este lunes, Trump confirmó desde la Casa Blanca que una segunda lancha fue hundida por el Ejército estadounidense en aguas internacionales del Caribe sur. El resultado: tres narcotraficantes venezolanos muertos y toneladas de cocaína y fentanilo —según el mandatario— esparcidas por el mar.

«Todo lo que tienes que hacer es mirar la carga que estaba esparcida por todo el océano, grandes bolsas de cocaína y fentanilo por todas partes», afirmó el presidente estadounidense, quien calificó a los ocupantes como «terroristas» y aseguró que ya «no hay barcos en el océano».

Dos ataques en 15 días

El primer ataque tuvo lugar el pasado 2 de septiembre. Once personas murieron tras el impacto de un proyectil estadounidense contra una lancha vinculada al grupo criminal Tren de Aragua, según declaraciones del secretario de Estado, Marco Rubio. En ambos casos, Washington ha justificado sus acciones en el marco de la «guerra contra el narcotráfico».

Sin embargo, esta segunda operación ha provocado una respuesta más dura por parte de Caracas y también de Bogotá. Nicolás Maduro denunció una «agresión en toda la línea» por parte de Estados Unidos y aseguró que Venezuela se reserva el derecho a responder «por tierra, mar o aire».

«Venezuela ejerce el legítimo derecho a la defensa y lo ejercemos plenamente. No es una tensión: es una agresión militar en camino», afirmó el presidente venezolano durante una rueda de prensa con medios internacionales. Maduro, además, advirtió que ya se han desplegado 2,5 millones de militares y milicianos como parte de un plan de defensa por la «paz y la soberanía».

Pesca bajo fuego

Las declaraciones de Trump no pasaron desapercibidas tampoco por lo que insinúan. «Si yo fuera un pescador, no saldría a pescar», sentenció el mandatario republicano, reconociendo el impacto colateral que estas operaciones pueden tener sobre la población civil.

Aunque defendió el endurecimiento de las acciones, admitió que «el negocio de la pesca se verá dañado», en lo que parece ser una advertencia directa a pescadores venezolanos sospechosos de facilitar actividades ilícitas.

Desde la plataforma Truth Social, Trump fue más lejos: «¡ATENCIÓN! Si transporta drogas que pueden matar a estadounidenses, ¡te vamos a cazar!».

Petro condena: «Es un asesinato»

El presidente colombiano, Gustavo Petro, alzó la voz de forma contundente: «Así lleven cocaína, matar con un misil a tres pasajeros de una lancha desarmada y no blindada es un asesinato. El Gobierno de los Estados Unidos está asesinando gente latinoamericana en su propia tierra».

Petro, que ha buscado proyectar una política exterior centrada en la diplomacia y los derechos humanos, calificó el incidente como un acto desproporcionado, sumándose así al creciente coro de voces en la región que cuestionan la escalada militar promovida por la Casa Blanca.

La narrativa de Maduro sostiene que Estados Unidos no busca combatir el narcotráfico, sino provocar un cambio de régimen. «Quieren apoderarse del petróleo, del oro y de nuestras riquezas», denunció, acusando a Washington de querer imponer «un gobierno títere».

Sin embargo, en un giro inesperado, el líder bolivariano también apeló a la diplomacia. Dijo confiar en que los canales políticos y de comunicación «han funcionado» para detener una guerra, y propuso una conferencia regional por la paz, liderada por la Celac.

La militarización del Caribe

Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en la región con el despliegue de al menos ocho buques, incluyendo un submarino nuclear y más de 4.500 soldados. Oficialmente, la operación forma parte del Comando Sur y busca «neutralizar amenazas de narcotráfico y terrorismo».

No obstante, Venezuela y varios analistas regionales interpretan esta presencia como una maniobra de presión geopolítica, especialmente en un año electoral para Trump, cuyo discurso de «mano dura» resuena entre su base electoral.

¿Qué sigue?

Mientras tanto, las investigaciones en Venezuela sobre los ataques siguen «en curso», según afirmó Maduro, quien evitó ofrecer detalles, pero deslizó la posibilidad de que las embarcaciones destruidas no fueran narcotraficantes, sino pescadores civiles.

El escenario es volátil. Las acusaciones cruzadas, las muertes en el mar y el riesgo de un conflicto mayor obligan a la región a mirar con preocupación un episodio que podría pasar de ser un incidente naval a una crisis hemisférica.

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