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Aquilino Cayuela
AnálisisAquilino Cayuela

Las cosas que la OTAN puede aprender de Rusia en la guerra de Ucrania

A los expertos les gusta decir que los ejércitos dan forma a la guerra, pero la guerra también da forma a los ejércitos

Ensayo del desfile militar del 9 de mayo donde se celebra la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial

Ensayo del desfile militar del 9 de mayo donde se celebra la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra MundialAFP

A partir de la invasión de Ucrania, en 2022, Rusia ha puesto en marcha un esfuerzo sistemático para examinar su experiencia en combate y extraer lecciones para aplicar en sus fuerzas armadas. A principios de 2023, Moscú había construido discretamente un ecosistema de aprendizaje que incluye la base de fabricación de defensa, las universidades y los soldados de toda la cadena de mando.

Hoy en día, el Ejército ruso está institucionalizando sus conocimientos, reorganizando sus fabricantes de defensa y sus organizaciones de investigación en estrategia para satisfacer las necesidades en tiempo de guerra. El resultado los ha llevado a alcanzar nuevas tácticas en el campo de batalla, en entrenamiento, manuales de combate y mejorar de sus armas.

Moscú ha desarrollado nuevas formas de utilizar drones para localizar y matar a soldados ucranianos y destruir sus activos. Ha construido mejores misiles y ha creado sistemas blindados más resistentes. Está dando a los comandantes subalternos más libertad para planificar. Se ha convertido en un ejército capaz, tanto de evolucionar durante esta guerra, como para prepararse en futuros conflictos.

A causa de estos cambios, Ucrania debe enfrente a una destrucción aún mayor en los próximos meses. Tendrá que hacer frente a ataques con drones rusos más rápidos y numerosos, que causarán más daños a sus ciudades, población civil e infraestructuras críticas.

Es posible que estos cambios no representen un avance espectacular para Rusia, gracias a las defensas de Ucrania y las mejoras de sus fuerzas. Pero sí significan que Moscú puede seguir sacrificando la vida de sus soldados a cambio de lentos avances en el Donbás.

El Ejército ruso saldrá de este conflicto con una experiencia y una visión clara del futuro del combate, y está compartiendo esta experiencia con China, Irán y Corea del Norte. Rusia estará, posiblemente, más preparada para las nuevas formas de guerra que cualquier otro Estado del entorno, a pesar de las limitaciones de sus recursos.

Soldados de países de la OTAN en ejercicios militares

Soldados de países de la OTAN en ejercicios militaresx.com/NATO

Los socios de la OTAN deben aprender de la guerra en Ucrania y particularmente, analizar lo que Rusia está haciendo e investigando para introducir sus propios cambios estratégicos. Esto suena políticamente incorrecto, pero el momento histórico debería impeler a los estrategas de la OTAN a imponerse sobre los políticos y políticas de despacho.

El Ejército ruso se ha a adaptador a las circunstancias desde los primeros días de la invasión. Para sobrevivir a los contraataques ucranianos, las unidades rusas injertaron blindajes en los vehículos, aprendieron nuevos estilos de camuflaje y adoptaron tácticas de asalto con pequeñas unidades, entre muchas otras adaptaciones.

Los soldados rusos también compartieron consejos de manera informal a través de redes sociales, canales cerrados de redes sociales y manuales de consejos autoeditados. Este tipo de aprendizaje informal, de persona a persona o de unidad a unidad, es una primera etapa importante de la adaptación en tiempos de guerra. Pero, a menos que la organización militar de Europa occidental, en su conjunto, capte estas lecciones, se pierde el tiempo. Cuando quedó claro que la guerra se prolongaría, Rusia comenzó a cumplir la mayoría de estos criterios. Lo que comenzó como una adaptación ad hoc al campo de batalla.

En 2022, por ejemplo, el Ejército ordenó a oficiales de Estado Mayor e investigadores dedicados que se trasladaran a los puestos de mando militares de primera línea para que pudieran observar la guerra de cerca y comprender el rendimiento de las tropas. Investigadores rusos revisaron los resultados de las batallas, examinaron minuciosamente los registros de los comandantes y entrevistaron al personal para elaborar informes analíticos.

La segunda etapa del aprendizaje incluye la institucionalización de esos cambios, por ejemplo, mediante la revisión de programas de entrenamiento, los planes de adquisición y los conceptos operativos. Después, los ejércitos deben dedicarse al aprendizaje predictivo sobre el futuro de la guerra y reconocer la necesidad de reformas o cambios transformadores.

Los ejércitos que mejor aprenden siguen cinco pasos: adquirir experiencia de combate, analizarla, proponer recomendaciones, difundir las recomendaciones y lecciones en toda la fuerza y, por último, aplicarlas. Con la ayuda de la orden de movilización de Moscú de septiembre de 2022 y un presupuesto de defensa en creciente aumento, el Ejército ruso reorganizó su estructura de mando y modificó sus tácticas y su postura militar en Ucrania.

Para no quedarse atrás, los socios de la OTAN deben intensificar su análisis estratégico

Moscú cambió su sistema logístico para hacerlo más resistente. Introdujo nuevas tecnologías o formas de utilizar la tecnología antigua para mejorar tanto su precisión en los objetivos como sus capacidades de guerra electrónica. Estas adaptaciones provisionales ayudaron a Rusia a estabilizar sus frentes en 2023.

Desde entonces, el ecosistema de aprendizaje de Rusia se ha ampliado aún más. En Moscú, el Ejército ruso cuenta con más de 20 comisiones dedicadas a aplicar las recomendaciones basadas en la información que recibe del frente y de los investigadores rusos. El Ejército se ha dedicado a difundir las lecciones aprendidas entre sus fuerzas, resumiéndolas en boletines, organizando talleres temáticos y celebrando conferencias para resolver problemas y compartir lo aprendido.

Para no quedarse atrás, los socios de la OTAN deben intensificar su análisis estratégico, sobre todo porque Moscú está transmitiendo sus conocimientos a sus socios. Pero eso significa que deben ver al Ejército ruso tal y como es: imperfecto, pero fuerte y resistente. Sus problemas estructurales son muy reales y serían especialmente graves en caso de entrar en conflicto con la OTAN. Tener en cuenta que el proceso de aprendizaje de Rusia está resultando óptimo sobre el terreno. Las fuerzas rusas seguirán modificando sus tácticas, introduciendo nuevas armas y expandiéndose a medida que comienzan un esfuerzo de reconstitución a medio plazo.

A los expertos les gusta decir que los ejércitos dan forma a la guerra. Pero la guerra también da forma a los ejércitos.

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