El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a su homólogo de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la Casa Blanca
Trump da a Ucrania un ultimátum hasta el próximo jueves para ver si aceptan su propuesta de paz
Los acontecimientos se están desarrollando con rapidez en las últimas horas. Ayer por la tarde, la Presidencia ucraniana confirmó que había recibido el borrador de 28 puntos para la paz ideado por Estados Unidos para ponerle fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. Menos de un día después de eso, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que Ucrania tiene hasta el próximo jueves para decidir si aceptan o rechazan la propuesta. La fecha no es ninguna casualidad. El próximo jueves, 27 de noviembre, es el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, y Trump quiere celebrar tan simbólica jornada con otra victoria en su política internacional.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha tenido una jornada de lo más ocupada después de recibir el borrador. Por la mañana ha mantenido una llamada telefónica con los mandatarios de Alemania, Francia y Reino Unido –Friedrich Merz, Emmanuel Macron y Keir Starmer respectivamente–, donde ha afirmado que coordinará junto a ellos su respuesta, aunque recalcando que el plan de paz «debe respetar los intereses ucranianos y de la Unión Europea».
Poco después, el mandatario ucraniano se ha dirigido a su nación afirmando que el país puede enfrentarse a tener que elegir entre perder su dignidad –renunciando a territorio que iría a parar a manos rusas– o desprenderse de un aliado clave, en referencia a Estados Unidos que podría darles la espalda si rechazan su propuesta. Por si fuese poco, antes de que Trump anunciara el plazo, Zelenski también ha mantenido una conversación telefónica con el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, según ha anunciado la agencia pública ucraniana, Ukrinform.
El plan presentado por Washington a Kiev consta de 28 puntos que incluyen algunas líneas rojas que Ucrania, hasta ahora, siempre se ha negado a cruzar, como es la reducción de su Ejército, la entrega del Donbás –que incluye las regiones de Donetsk y Lugansk– o incluir en la Constitución ucraniana la promesa de que el país no ingresará en la OTAN.
El resto de puntos, que han sido adelantados por medios como Axios o el Financial Times, también incluyen que Ucrania aceptaría ser un Estado no nuclear, que la electricidad producida por la central nuclear de Zaporiyia se repartiría en iguales proporciones entre Rusia y Ucrania, la celebración de elecciones en Ucrania en un plazo de 100 días, la congelación de la línea del frente en las regiones de Jersón y Zaporiyia o la promesa de que la OTAN no estacionará tropas en territorio ucraniano, entre otros puntos que también incluyen compensaciones económicas para Washington y la reintegración de Rusia en la economía global.
Un miembro de la 68 Brigada Jaeger cerca de Pokrovsk
Uno de los interrogantes del borrador es hasta qué punto Washington lo ha realizado en conjunto con Moscú dejando de lado a Kiev –y por supuesto a Europa, a quien nadie espera ya en estas conversaciones–. Esta mañana, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha afirmado que no han sido informados «oficialmente» sobre el plan de paz, y ha insistido que Moscú sigue siendo fiel a lo acordado entre Putin y Trump en la cumbre que mantuvieron en Alaska el pasado mes de agosto.
Por su parte, Rusia ha lanzaso su propio ultimátum a Ucrania, afirmando que continuar la guerra «carece de sentido y, además, es peligroso». Ciertamente, en el plano militar, las tropas rusas han logrado importantes victorias en las últimas semanas y ayer mismo anunciaron la conquista de la ciudad de Kúpiansk, un importante nudo ferroviario en la región de Járkov, mientras continúan los avances para tomar la estratégica ciudad de Pokrovsk. En la pasada madrugada, Moscú ha lanzado un importante ataque de más de 100 drones que ha provocado, al menos, cinco muertos en la ciudad de Zaporiyia.
Además de las derrotas en el terreno, Zelenski también enfrenta una grave crisis política después de que una agencia anticorrupción haya expuesto una trama que salpica directamente a un antiguo socio del presidente y a varios ministros del Gobierno. Cercado militar y políticamente, ahora Zelenski enfrenta también la presión de un Donald Trump que quiere seguir sumando puntos hacia su Nobel de la Paz.