Fundado en 1910
Dos bolas de la Lotería de Navidad 2024

Aquellos primeros spots de finales de los 50 y principios de los 60 eran piezas de una sobriedad espartanaEduardo Parra / Europa Press

Así fue el primer anuncio televisivo de la Lotería de Navidad en España

La pantalla mostraba imágenes estáticas de los bombos o de los billetes, acompañadas por una voz en off profunda y autoritaria

Hoy en día, el estreno del anuncio de la Lotería de Navidad es un evento cinematográfico esperado casi tanto como el propio sorteo. Estamos acostumbrados a cortometrajes emotivos dirigidos por cineastas de renombre, con presupuestos millonarios y guiones que apelan a la solidaridad. Sin embargo, si rebobinamos la cinta hasta los albores de la televisión en España, nos encontramos con un panorama distinto.

El primer anuncio televisivo de la Lotería no vendía emociones, vendía, simple y llanamente, dinero. Con la llegada de Televisión Española en la segunda mitad de la década de 1950, la Lotería Nacional encontró un nuevo escaparate que dejaba atrás los carteles impresos y las cuñas de radio.

Aquellos primeros spots de finales de los 50 y principios de los 60 eran piezas de una sobriedad espartana. En un riguroso blanco y negro, y con una duración de apenas unos segundos, la publicidad carecía de cualquier narrativa o storytelling.

No había abuelos entrañables ni fábricas de sueños; la pantalla mostraba imágenes estáticas de los bombos o de los billetes, acompañadas por una voz en off profunda y autoritaria —típica de los locutores de la época— que recordaba la fecha del sorteo y la cuantía del premio.

Comprar para solucionar su vida

La estrategia comunicativa de aquellos años era puramente funcional y directa. Mientras que el lema moderno es «El mayor premio es compartirlo», el mensaje de aquel primer anuncio apelaba al deseo individual de riqueza y al cambio de estatus social.

Se instaba al espectador a comprar para solucionar su vida, sin los matices sentimentales que definirían las campañas posteriores. La estética era casi institucional, más cercana a un aviso de servicio público que a la publicidad comercial, reflejando la austeridad técnica de una televisión que estaba dando sus primeros pasos.

Hubo que esperar hasta 1998 para que se produjera el gran salto conceptual con la aparición del «Calvo de la Lotería» (el actor Clive Arrindell) y la música del «Doctor Zhivago», que introdujeron la magia y la fantasía en la ecuación.

No obstante, aquellos primeros anuncios en blanco y negro, toscos y directos, tienen el encanto de lo genuino. Fueron los pioneros que sembraron la costumbre de ver la lotería a través de la pantalla, iniciando una tradición publicitaria que, siete décadas después, se ha convertido en parte fundamental de la cultura navideña española.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas