Fundado en 1910

18 de abril de 2024

Maria Gabriela

Maria GabrielaFototeca municipal de la ciudad de Luxemburgo

S.A.R. La Princesa María Gabriela de Luxemburgo (1925-2023)

Esa generación excepcional de la realeza europea que desaparece

Hermana y tía de grandes duques, con dotes artísticas, presenció la mejor época de su dinastía

maria gabriela icono
Nació el 2 de agosto de 1925 en Colmar-Berg (Luxemburgo) y falleció el 10 de febrero de 2023 en Selandia (Dinamarca)

María Gabriela de Borbón-Parma

Pasó su infancia en su país natal y la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña. Empezó a desarrollar una vocación de pintora, interrumpida por su matrimonio con el conde Knud de Holstein Ledreborg, padre de sus siete hijas.

Ha dejado de ser frecuente, desde hace ya algún tiempo, que los miembros de las casas reales europeas contraigan alianzas entre ellos. Es aún más infrecuente que se produzcan uniones matrimoniales entre un príncipe y una princesa que comparten un parentesco extremadamente cercano. Curiosamente es lo que ocurrió hace dos años y medio con motivo de la boda de la Archiduquesa Gabriela de Austria y el Príncipe Enrique de Borbón Parma.
La novia es, por parte de madre –la Princesa María Astrid–, nieta del Gran Duque Juan de Luxemburgo; el novio, también por parte de madre –la condesa Lydia de Holstein Ledreborg–, lo es de la Princesa María Gabriela de Luxemburgo, hermana del Gran Duque fallecido en 2019. Los contrayentes eran, pues, primos segundos, formando parte de la abundante prole de la Gran Duquesa Carlota de Luxemburgo y su marido, el Príncipe (consorte) Félix de Borbón Parma, primos hermanos entre ellos. La endogamia entre ambos se intensifica a través del padre del novio, el Príncipe Eric, era asimismo hijo de un primo hermano de Juan y María Gabriela.
Este acontecimiento sirvió también para volver a proyectar brevemente los focos sobre la muy discreta María Gabriela de Luxemburgo, tercera hija y cuarta descendiente de Carlota y Félix, Una posición que le permitió vivir la mejor época de una Monarquía, la luxemburguesa, que aún no ha cumplido los 190 años de existencia. Un prestigio que se forjó gracias a la valentía y la dignidad exhibidas por la Gran Duquesa desde la invasión alemana de Luxemburgo hasta su liberación.
Así las cosas, María Gabriela vivió en primera línea la apresurada huida de Luxemburgo en mayo de 1940, el paso por Francia, el viaje a través de buena parte de España y la llegada a Portugal. Desde Lisboa, la familia reinante embarcó rumbo a Estados Unidos, donde la Gran Duquesa, además de su papel como referente de la Resistencia, entabló una cercana relación política con el presidente Franklin Roosevelt, que sirvió para poner a Luxemburgo «en el mapa» y en la agenda de Estados Unidos.
La siguiente etapa del periplo fue Canadá, más precisamente Montreal, ciudad en la que María Gabriela completó su formación secundaria en un colegio de monjas, su formación secundaria. De ahí se trasladó en 1943 a Londres para pasar el resto del conflicto, junto a sus hermanas Isabel y María Adelaida, sirviendo como voluntaria en la Cruz Roja británica. En abril de 1945, participó a la vuelta apoteósica de su madre a Luxemburgo.
Por fin María Gabriela pudo dar rienda suelta a sus dotes artísticas, bajo la autoridad del pintor Auguste Trémont, llegando incluso a exponer sus obras en París. Bajo seudónimo, por supuesto. La Princesa podía haber seguido con su vocación de no haberse cruzado su camino con el del conde danés Knud de Holstein Ledreborg.
Persiste una duda sobre dónde se conocieron. Según la periodista e historiadora de la realeza Marlene Eilers Koenig, que maneja fuentes de gran solvencia, el encuentro se produjo en las bodas de plata de Renato de Borbón Parma y Margarita de Dinamarca. Lo cierto es que el conde era rara avis dentro de la nobleza escandinava, pues profesaba la fe católica, hecho que facilitó un matrimonio solemnizado en 1951 en Luxemburgo.
La Princesa se trasladó entonces, y para siempre, a Dinamarca, donde, además de criar a siete hijas, ayudó a su marido en la gestión del imponente castillo de los Ledreborg y la finca adyacente. Volvía a Luxemburgo para los acontecimientos familiares. Por ejemplo, para ser la madrina de bautizo del actual Gran Duque, Enrique.
María Gabriela de Luxemburgo ejemplificaba a la perfección una generación de la realeza europea que hizo del deber y de la discreción su modo de vida y cuya última representante es la Archiduquesa Carlos Luis de Austria, casi centenaria. Es la viuda de un primo hermano de María Gabriela y cuñada de su hermana menor, la Princesa Alix de Ligne. Si el mundo es un pañuelo, la realeza lo es aun más. O lo era.
Comentarios

Más de Obituarios

tracking