Lorenzo Olarte (1932-2024)

Casi se le aplica el 155

Unas diferencias con Felipe González sobre el régimen arancelario de Canarias estuvo a punto de desembocar en la intervención del archipiélago

Lorenzo Olarte Cullén

Nació en Puenteaereas (Pontevedra) el 8 de diciembre de 1932 y falleció en Las Palmas de Gran Canarias el 2 de febrero de 2024.

Fue procurador en Cortes desde 1974 hasta 1977, presidente del Cabildo de Gran Canaria (1974-79), diputado en el Congreso (1979-82 y 1993-95), presidente de Canarias entre 1989 y 1991 y vicepresidente en dos ocasiones: 1987-88 y 1995-99.

El artículo 155 de la Constitución, que contempla la intervención, por parte del Estado, de una comunidad autónoma que incumpliese sus obligaciones, estuvo a punto de ser aplicado en Canarias en 1989. No porque el archipiélago tuviera veleidades independentistas, sino porque la adhesión de España a lo que entonces era la Comunidad Económica Europea implicó para Canarias unas consecuencias específicas.

Lorenzo Olarte, a la sazón máximo dirigente canario, se negó a cumplir los amenazantes requerimientos del presidente del Gobierno, Felipe González. Al final, se evitó lo peor gracias a unas negociaciones in extremis pilotadas conjuntamente por Josep Borrell, secretario de Estado de Hacienda, y sus homólogos en el Ejecutivo que presidía Olarte, que desembocaron en acuerdos arancelarios y financieros muy favorables para Canarias. Sobre todo, se logró paralizar la aplicación del artículo 155.

Fue el momento de mayor tensión entre Madrid y una Comunidad Autónoma hasta la intentona independentista de 2017 en Cataluña. El episodio no dejó de ser paradójico porque Olarte era principalmente un muñidor de consensos. Hijo de un jurista oriundo de Galicia destinado a Fuerteventura, Olarte, tras licenciarse en Derecho y aprobar las, oposiciones de perito judicial, dio sus primeros pasos en política de la mano de Matías Vega Guerra, presidente del Cabildo de Gran Canaria durante 15 años y una de las personalidades del Régimen con más capacidad para el diálogo. Un aperturista antes de tiempo.

Unas virtudes que heredó Olarte cuando, en 1974, es decir, en pleno tardofranquismo, asumió, simultáneamente, los cargos de presidente del Cabildo de Gran Canaria y de Procuradores. Un cúmulo de ocupaciones idóneo para iniciar la Transición en el archipiélago. Además, en esos años conoció a Adolfo Suárez, a la sazón presidente de Entursa, una empresa pública dedicada al sector de la hostelería. Ambos congeniaron y Olarte se convirtió en un visitante asiduo del Palacio de la Moncloa, haciendo las veces de «hombre del Presidente» en Canarias. Súarez le nombró presidente de Aviaco, aerolínea pública hoy desaparecida.

Olarte se dedicó a la política local durante la mayor parte de los ochenta y los noventa, alcanzando la presidencia autonómica a principios de 1989 mediante una cuestión de confianza perdida por su antecesor Fernando Fernández Martín. La perdió en 1991, cediendo el puesto al socialista Jerónimo Saavedra, pero conservando su sempiterna función de centrista por excelencia. En Canarias y en Madrid.

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