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23 de abril de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

Odian la libertad religiosa

¿Por qué será que esta izquierda que nos asola cree que gobernar es prohibir? Ya va siendo hora de que el centroderecha se dé cuenta de que su mejor bandera es la reivindicación de la libertad, además de denunciar la catástrofe económica a la que nos lleva este Gobierno

Actualizada 04:09

Para encontrar un país tan contrario a la libertad de culto como está empezando a serlo España habría que irse a Arabia Saudí, Reino en el que el Sagrado Corán forma parte en la integridad de su Constitución. Con esos mimbres es imposible hablar de libertad de culto, obviamente. Pues España empieza a andar por esa senda. La coalición «Sanchezstein» que nos gobierna va a introducir un nuevo tipo en el código penal que castigará con penas de entre tres meses y un año a los que se reúnan a hacer vigilias y /o oración ante las clínicas donde se practican abortos. Por cierto, un aborto no es una «interrupción voluntaria del embarazo». En El Debate no tenemos sitio para el lenguaje políticamente correcto. En todo caso, un aborto es una «terminación voluntaria del embarazo». Algo muy distinto. Porque se interrumpe lo que se puede reanudar. Pero un embarazo que se interrumpe jamás se puede reanudar salvo que se produzca un milagro y en este contexto se dan más bien poco.
Los promotores de esta flagrante violación de los Derechos Humanos hablan de un delito de coacción. En España ya existe ese delito en el artículo 172 del Código Penal y nunca se ha condenado a nadie por ese tipo de vigilias. El delito conlleva una pena de entre seis meses y tres años de cárcel. Cuesta entender por qué hace falta especificar una coacción sólo para quienes hagan vigilias de oración. Está claro que el factor diferencial es que se rece o se mire a las mujeres que entran en las clínicas abortistas con una mirada tan intensa que opten por dar la vuelta y no abortar a su hijo. Eso es intolerable. No hay que convencer a nadie de que no aborte. He oído muchas veces decir que ninguna mujer quiere abortar, pero que si lo hace finalmente es porque no tiene más remedio. Conmovedor argumento. ¿Por qué entonces no se puede explicar pacíficamente, con buenas formas, a las mujeres que van a abortar que hay posibilidades de dar la vida al hijo al que esperan? ¿Dónde está la violencia?
En España se pueden hacer sentadas ante instituciones públicas y cortar calles sin pedir ningún permiso y por las causas más variopintas sin ninguna consecuencia. Pero con la hemiplejia que nos gobierna, esas causas siempre están alineadas del mismo lado del espectro político y son tolerables. Me gustaría saber en qué otra democracia occidental existe en su código penal un artículo por el que se prohíba hacer vigilias pacíficas de oración en la calle. Odian la libertad religiosa. Con el agravante de que se va a introducir esa prohibición por la senda de una proposición de ley orgánica presentada por el Grupo Socialista y no por la vía normal, lo que sería un proyecto de ley orgánica presentado por el Gobierno que requeriría el informe del Consejo de Estado.
¿Por qué será que esta izquierda que nos asola cree que gobernar es prohibir? Ya va siendo hora de que el centroderecha se dé cuenta de que su mejor bandera es la reivindicación de la libertad, además de denunciar la catástrofe económica a la que nos lleva este Gobierno, por más que el nuevo El Socialista lo negase en la página 2 de su edición de ayer.
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