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02 de mayo de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

Cuando la mafia te fusila

El 'príncipe de las tinieblas', que también responde al nombre de Mauricio Casals, desde hace muchos años el hombre para los medios del grupo Planeta, propietario de Atresmedia, invitaba a comer a relevantes ministros. Les citaba a todos en el reservado de un restaurante de lujo. El ritual era siempre el mismo

Actualizada 02:09

He leído con escasa sorpresa el despido de Arcadi Espada de Onda Cero. Empezaré por aclarar que Espada no es amigo mío. Creo haber dialogado con él una única vez, hace bastantes años, comiendo en casa de mi amigo Carlos Griñón, que en Gloria esté. Es bien sabido que Espada es un hombre de principios firmes, que los defiende sin rubor. Y con el que muchas veces no estoy de acuerdo. Recuerdo que un amigo común que lo tenía como contertulio en su programa de radio de enorme éxito –y todavía mayor hoy– cambió de emisora y no le animó a trasladarse con él en la seguridad de que Espada tendría problemas con la línea editorial de la nueva cadena que lo iba a acoger. Sentido común.
Espada ahora se ha visto despedido de Onda Cero por denunciar en su columna de El Mundo el perverso matrimonio mediático entre Antonio García Ferreras, director de Al Rojo Vivo, y Eduardo Inda, director de OK Diario, según Ferreras OK Corral. Partamos de la base de que es sorprendente el que un diario que más o menos pretende tener una línea de oposición al Gobierno tenga a su director de estrella invitada en una televisión –no sólo en el programa de García Ferreras– que ha sido desde su nacimiento el mayor insulto al centroderecha español, hasta extremos de tergiversar la verdad sin pudor. Pero ahí estaba Inda como estrella invitada con constancia digna de mejor causa.
No soy el mejor especialista para hablar del grupo Atresmedia al que pertenecen La Sexta, Antena 3, Onda Cero y La Razón. Mi colega Alfonso Ussía podría escribir enciclopedias sobre la materia. Y supongo que José María Aznar y Mariano Rajoy podrían hacer sustanciales apuntes sobre lo que es intentar apoyar el que un grupo mediático se convierta en un referente del centroderecha contra el virtual monopolio que tiene la izquierda en los grupos multimedia en España. Y cómo ese grupo consiguió faltar a la palabra dada a ambos Gobiernos.
Son varios los miembros del entorno de Rajoy que me han contado la escena. El 'príncipe de las tinieblas', que también responde al nombre de Mauricio Casals, desde hace muchos años el hombre para los medios del grupo Planeta, propietario de Atresmedia, invitaba a comer a relevantes ministros. Les citaba a todos a la misma hora en el reservado de un restaurante de lujo –cuando recibe en Horcher, lo hace en el apartado que hay entrando a la izquierda donde lamenté ver con quién comía el pasado 8 de junio–. El ritual con los hombres de Rajoy era siempre el mismo. Les decía algo así como: «¡Oye! He estado hablando con el presidente del Gobierno y me ha dicho que eres el mejor ministro que tiene. Que vales muchísimo. Y nosotros queremos apoyarte…». Los elogios y la necesidad de cooperación duraban un buen rato hasta que le sonaba el teléfono y tras unas breves amabilidades con el interlocutor le pasaba con Antonio García Ferreras para que éste también le explicara lo grande que era ese interlocutor al que Casals invitaba a comer. La mafia siciliana no lo hacía mejor: «Como no te portes bien, te vas a enterar».
Confieso que yo también caí durante un tiempo –unos tres años– en la tentación de acudir al programa de García Ferreras hasta que así lo confesé en una columna de ABC en la que me reconocí «un tonto útil» y doné a Cáritas los 30.000 euros que había cobrado del programa durante esos años. Mi reacción me valió el que el vicepresidente de esa compañía, Maurizio Carlotti, me llamase en Twitter «Ramon P€r€z Maura», pero la infamia duró poco, porque se precipitó a borrarlo. Sospecho que a Espada le esperan unas semanas parecidas. La mafia lo fusilará por denunciar que ha sido despedido, poniendo en evidencia los principios editoriales de Atresmedia. Ánimo.
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