Analfabetismo periodístico
Me mueve a escribir estas líneas la sectaria y disparatada noticia publicada ayer en el diario balear «Última Hora» en la que se critica al Gobierno de las Islas Baleares por «celebrar» el centenario de la muerte de don Antonio y no «conmemorar» el aniversario de la muerte de Franco. Ni para criticar saben emplear correctamente el lenguaje
El dinero de todos los españoles que se gasta este Gobierno en promover la desmemoria histórica, la falsificación de nuestro pasado, podía invertirlo en enseñar un poco de Historia. Al menos los datos incuestionables. Ni siquiera pido interpretaciones de la historia en un sentido u otro, vade retro Satana. Eso, con esta gente, tiene el mismo peligro que una piraña en un bidé.
Como bien recordaba el domingo en El Debate Carlos Urquijo, este año es el centenario de la muerte de don Antonio Maura. Están en marcha una serie de actos académicos rememorando su figura: hasta donde me consta, a día de hoy están convocados un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander; una conmemoración de su dirección de la Real Academia Española, cargo para el que fue elegido cuatro veces a pesar de haber llegado a Madrid sin hablar español y expresándose en mallorquín; una serie de conferencias en la Real Academia Mallorquina de Estudios Históricos, Genealógicos y Heráldicos que empieza este mes; un Congreso Internacional de la Universidad San Pablo-CEU y otra conmemoración por parte del Instituto de Estudios Baleáricos, centro dependiente del Gobierno balear. No me consta, pero sería de esperar que la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación rememorase de alguna manera su paso por aquella institución que presidió en dos etapas.
Me mueve a escribir estas líneas la sectaria y disparatada noticia publicada ayer en el diario balear Última Hora en la que se critica al Gobierno de las Islas Baleares por «celebrar» el centenario de la muerte de don Antonio y no «conmemorar» el aniversario de la muerte de Franco. Ni para criticar saben emplear correctamente el lenguaje.
Aquí los únicos que quieren «celebrar» la muerte de nadie son los miembros de este Gobierno. Se están gastando el dinero de todos en «celebrar» la muerte de un español, algo que sólo un miserable puede hacer. Yo no celebraría ni la muerte de Stalin, pero ellos sí. Como es lógico, el Gobierno de las Islas Baleares no quiere celebrar la muerte de Antonio Maura sino conmemorarla. Que es muy distinto. Y como es lógico también, el Ejecutivo de Marga Prohens no quiere celebrar la muerte de Franco ni la manipulación de la Historia de España que el Gobierno Sánchez está perpetrando en torno a esa fecha histórica.
Pero claro, cómo podemos pretender que la redactora de la noticia que publica Última Hora, de nombre Nekane Domblás, que debe ser mallorquina de pura cepa, entienda la diferencia entre celebrar y conmemorar si en su «información» nos cuenta que don Antonio «fue presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera». Acabáramos. El dictador Primo de Rivera ¿tuvo presidentes del Gobierno? Eso sí que es una novedad histórica.
El grado de analfabetismo periodístico es verdaderamente notable. Hoy en día es muy fácil cotejar los datos básicos de cualquiera en la Wikipedia, que sobre fechas suele ser bastante exacta. Antonio Maura fue presidente del Consejo de Ministros cinco veces. La primera entre diciembre de 1903 y diciembre de 1904 y la última entre agosto de 1921 y marzo de 1922. Y para disgusto de las nekanes de este mundo, se enfrentó frontalmente a la dictadura de Primo de Rivera hasta su muerte en diciembre de 1925. No como el PSOE y la UGT.
A estas alturas, a nadie puede sorprender que este Gobierno miserable quiera hacer una celebración de la muerte de Franco, al que la izquierda nunca pudo echar del poder. Pero tampoco que no quieran conmemorar la vida de un gran español, hecho a sí mismo, que debería ser ejemplo de cómo la tenacidad y el esfuerzo personal son armas suficientes para triunfar. Pero claro, eso demuestra que Maura representaba la antítesis de lo que prima hoy en España.