Pues claro que sí
Creo que Iván Espinosa de los Monteros es hoy uno de los pocos políticos capaces de reunir a nuestra quebrada y estúpida derecha. Su salida de Vox produjo escalofríos. Su brillantez parlamentaria, serena y con un deje británico, atemorizaba al Gobierno
He leído mensajes ecuánimes, faltones, inteligentes, esperanzados, ofensivos y necios, referidos al libro de Iván Espinosa de los Monteros, España tiene solución, que hoy se distribuye para su venta en las librerías. Es decir, que ninguno de los mensajes o tuits publicados, ni los favorables ni los dinamiteros, son a tener en cuenta. Y se anuncia que, efectivamente, seré yo el que tenga el honor de presentarlo en el Ateneo de Santander en unas semanas. Lo haré en silla de ruedas, que en estos días me acompaña, sin dejarme influir por ella. Y no es justo olvidar el entusiasmo y coraje del presidente del prestigioso centro cultural santanderino, Manuel Ángel Castañeda, un intelectual al servicio de la libertad de opinión y expresión.
Por otra parte, coincido con Iván Espinosa de los Monteros y su honesto sentido de la independencia, a pesar de que, en mi juventud, estuve a punto de perder la vida en tres o cuatro ocasiones, jugando al fútbol, y salvando por milímetros las entradas de un defensa contrario llamado Bosco Espinosa de los Monteros, tío del político y escritor. Su hermano Carlos, padre de Iván, tampoco era blando defendiendo a su equipo, pero mi agilidad le desbordaba una y otra vez, y a la tercera también. Eran dos tochos de cuidado, y rotundamente inteligentes fuera del terreno de juego.
Creo que Iván Espinosa de los Monteros es hoy uno de los pocos políticos capaces de reunir a nuestra quebrada y estúpida derecha. Su salida de Vox produjo escalofríos. Su brillantez parlamentaria, serena y con un deje británico, atemorizaba al Gobierno. Un debate entre Iván y las Montero –cualquiera de las dos–, se podría interpretar como un cambio de impresiones entre Tarzán y Chita. El futuro de la derecha española pasa por eliminar los complejos y los egoísmos. Iván Espinosa es capaz de aunar en su entorno a lo mejor del auténtico PP –Isabel Ayuso, Cayetana Álvarez de Toledo– a lo mejor de Vox y a los más brillante de Ciudadanos. Esta legislatura nos ha demostrado que la cúpula del PP actual –Feijóo, Cuca Gamarra, Bendodo, González Pons, Sémper, y demás ejecutivos y ejecutores del centro y la derecha, no sirven. No sirven para nada. Su capacidad de equivocarse es infinita. Necesitamos ilusión para volver a vivir en España. Hoy somos millones los españoles que nos sentimos ajenos a nuestras raíces y nuestras costumbres, gobernados por una pandilla de malvados majaderos que se mantienen en el poder con el apoyo de los comunistas, de los poligoneros, los nuevos ricos, de los puteros y de los enemigos más encarnizados de España. Y deseamos una ilusión de unión y eficacia. No palabras. Palabras, por otra parte, desaprovechadas. Que un partido como el PP no haya aprovechado la ridícula y corrupta trayectoria del Gobierno más chungo, amoral y antidemocrático de la Historia de España, no tiene perdón. Un PP que ha olvidado que Vox fue el PP hasta que Pablo Casado y el lanzador de huesos de aceitunas abandonaran los principios y valores del partido para que Vox los recogiera. El PP es el gran partido de centro-derecha de España. Y tiene que demostrarlo admitiendo o pactando con los partidos que se crearon desde la desilusión. Y una de las pocas personas, por su estructura intelectual, su brillantez académica, su dominio de los idiomas y su capacidad de reunir, es Iván Espinosa de los Monteros.
Presentaré en Santander su libro. Con orgullo. Claro que sí.