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Pecados capitalesMayte Alcaraz

David Sánchez y las casualidades

El reputadísimo músico David Sánchez abandonó su brillante carrera en San Petersburgo y Milán por un cargo merecidísimo de coordinador de dos ¡dos! conservatorios en Badajoz

Actualizada 07:21

La jueza Beatriz Biedma, titular del juzgado número 3 de Badajoz, es una amante de las conjeturas. Ha conjeturado, siguiendo la santa doctrina de la Fiscalía de Don Alvarone que ha pedido el archivo de la causa contra el hermano del presidente del Gobierno, que el reputadísimo músico David Sánchez abandonó su brillante carrera en San Petersburgo y Milán, donde las grandes orquestas del mundo se lo rifaban y donde los maestros de la batuta adivinaban en él al nuevo Barenboim, por un cargo merecidísimo de coordinador de dos ¡dos! conservatorios en Badajoz. Teniendo una proyección ecuménica, sabiéndose objeto de deseo de los grandes de la música clásica, supo apreciar una oferta de trabajo de la Diputación de Badajoz, dirigida por un socialista a las órdenes de su hermano, oferta laboral que él leyó casualmente en Google, como quien encuentra un mueble de Ikea de segunda mano.

Y las casualidades no terminan ahí. Unos meses antes de que se convocara el empleo, entre los trabajadores de la Diputación ya se hablaba de un trabajo para el «hermanito». Y el azar llevó al conocido como David Azagra a interesarse por un alojamiento en tierra pacense un día antes de que acudiera a la entrevista de empleo. Hay que reconocer que la suerte ha hecho horas extras en este caso. Conjetura tanto la jueza que cuando le preguntó al maestro Azagra por la dirección de su curro, el melómano del progresismo le dijo que no sabía dónde estaba su oficina. Un hito en la historia laboral de España que solo podrían igualar Unai Sordo y Pepe Álvarez.

Al azar también se debe que un asesor de la sede de la Presidencia del Gobierno, Luis Carrero, íntimo amigo de David, terminara trabajando en la Diputación para quien se creó el cargo de jefe de Sección de Coordinación y Programa de Actividades Transfronterizas de la Delegación de Cultura de la Diputación de Badajoz (ni Begoña Gómez hubiera mejorado el galimatías). El afortunado venía directamente del Palacio de La Moncloa, donde había desempeñado funciones en la Unidad de Mensaje del Departamento de Asuntos Políticos, dependiente del Ministerio de Presidencia. En los mensajes que se cruzaron los dos amigos entre 2020 y 2023, mientras Luis estaba en Madrid de asesor, este llamaba a su colega «hermanito». También fue pura chiripa que Ópera Joven y Operegrina, dos de los proyectos de Azagra, tuvieran apoyo y financiación de la Diputación socialista el primero y del Gobierno de Portugal, directamente negociado por el Gobierno de España, el segundo.

Pero cuando la chamba no ha dado abasto es con Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación, y a quien se debe que David terminara de jefecillo en Badajoz. Este socialista que defendió a Susana Díaz frente a Pedro Sánchez, pero que supo cuadrarse ante el segundo por si terminaba en Ferraz, como así ocurrió, no dudó en crear una plaza de trabajo -once días después de que el actual presidente recuperara el poder- pese a que desde la Diputación se le había pedido financiación para una biblioteca y otros servicios públicos y siempre negó los recursos. Gallardo, alcalde de Villanueva de la Serena, fue premiado por el presidente nombrándole líder del PSOE extremeño, en sustitución de Guillermo Fernández Vara -ya saben, el «petardo» e «impresentable» expresidente autonómico. Gracias a Gallardo, David pudo teletrabajar y ha acumulado unos ingresos de 273.074,33 euros en su puesto «ad hoc».

Pues bien, Gallardo también ha jugado a la lotería y le ha tocado. Ahora acaba de renunciar a su puesto en la Diputación para ingresar en la Asamblea de Extremadura, desplazando para ello a cinco compañeros, que han tenido que ceder su escaño al camarada amigo de David. A pesar de que el socialista extremeño hoy imputado había negado que jamás usaría esa treta para estar aforado ante el TSJE –«prefiero que quede cerrado este caso porque de otra forma se podría entender que quiero aforarme y estoy absolutamente tranquilo», dijo en la SER hace unos meses-, lo cierto es que las casualidades existen. Badajoz es una mina.

Y ahora también casualmente la Fiscalía que depende de quien depende acaba de pedir el archivo de la causa del pequeño de los Sánchez Pérez-Castejón por la «ausencia de indicios racionales de criminalidad». Aunque las acusaciones pedían tres años de cárcel y que devuelva los salarios, el Ministerio Público sostiene que el músico que dice vivir en Badajoz, pero tributa en Portugal, no tiene ni una mácula en su expediente laboral. La jueza que tanto conjetura, según García Ortiz, lo ha procesado con pruebas que ha atesorado en diez meses de impecables pesquisas.

«Existen indicios de que David Sánchez Pérez-Castejón habría utilizado influencia en la Diputación de Badajoz para obtener un beneficio propio», sostiene la instructora. La Fiscalía lo niega. Todo tiene que ver con las casualidades. Que haberlas, como las meigas, haylas.

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