Dinámicos… y de derechas
Sánchez vuelve a mostrar su gran calidad humana omitiendo todo recuerdo al fallecido Manuel de la Calva solo porque no pensaba como él
Supone una curiosa paradoja que Pedro PSOE Almodóvar eligiese la canción «Resistiré», del Dúo Dinámico, para cerrar una de sus películas. O que esa misma tonada se convirtiese en un himno oficioso del sanchismo en los días que nos vendía una entrañable solidaridad social «progresista» frente al covid para tapar la clamorosa incompetencia del Gobierno. Y es que existe una circunstancia que ha sido púdicamente omitida en casi todas las informaciones sobre la muerte de Manuel de la Calva, la mitad más sonriente y bajita del tándem: los componentes del Dúo Dinámico eran -¡horror!- de derechas.
Además, también resultaron alérgicos al separatismo. De ahí tal vez el cicatero -o mezquino- espacio que han dedicado los periódicos catalanes al artista barcelonés en sus ediciones impresas. Los integrantes del Dúo Dinámico olfatearon pronto las miserias del provincianismo y Manolo acabó instalándose cómodamente en Madrid, donde ha muerto, y su compañero y amigo de 70 años de carrera, Ramón Arcusa, en Miami, donde triunfó en la corte de Julio Iglesias.
Manolo y Ramón representan algo en las antípodas de lo que promueve la ingeniería social del poder actual, que inculca el victimismo, la subvención y el funcionariado. Eran dos personas de clase baja que se comieron el mundo a finales de los cincuenta y en los sesenta. Compusieron un millar de canciones e inventaron varias cosas en España: la importación del pop romántico de Paul Anka y las armonías de los Everly Brothers, la puesta en escena jovial y luminosa, el fenómeno de las fans… Encadenaron números uno hasta que en 1972 pasó un poco su hora y se reconvirtieron en exitosos compositores y productores para otros (el triunfal La, la, la eurovisivo de Massiel es obra suya). Ya talluditos, retornaron con algún éxito más y con constantes giras de conciertos en el boyante circuito de la nostalgia.
Manolo era hijo de emigrantes vascos llegados a Barcelona. El padre trabajaba en el Ayuntamiento y la madre, de portera. Cursó un poco de formación profesional y a los 16 ya estaba trabajando de aprendiz en una fábrica de componentes de aviación, donde entraba a las 7.30 de la mañana. Allí conoció a Ramón, cuando ambos intentaban convertirse en delineantes. Pero en realidad vivían para sus sueños musicales. Tras cantar un villancico a dúo en una fiesta navideña en la fábrica, algunos compañeros los animaron a presentarse en la radio. Lo hicieron bajo el nombre de Dynamic Brothers. Al locutor aquello le pareció lioso, extravagante, y los rebautizó sobre la marcha como el Dúo Dinámico. Y así se quedaron.
El Dúo Dinámico no hacía música «comprometida», ni iban de trascendentes. Vendían optimismo, eran intencionadamente comerciales y representaban la alegría de vivir juvenil en una España que lo había pasado muy mal no hacía demasiado. Es decir: no eran de izquierdas. Y eso no mola. Ramón Arcusa deja bien claro su posicionamiento en su cuenta de X, donde se presenta como «hartito de la corrección política, de la Agenda 2030 y de los woke». Manuel de la Calva era menos explícito, pero era también un hombre de familia conservador y, a su manera, un patriota español.
El año pasado les concedieron una medalla por sus 65 años de carrera (de la SGAE, que no del Gobierno «progresista»). En una entrevista al hilo de la distinción hicieron pleno al quince contra el régimen. Se definieron como «unos currantes de familias humildes» y le arrearon duro al «relato del cambio climático», a «los bulos de este Gobierno», al «feminismo radical, que nos presenta a todos los hombres como violadores», a la Agenda 2030... Como guinda, elogiaron la seguridad que imperaba en el franquismo: «Para los mortales no politizados, la vida en esos años era plácida, con más seguridad que hoy y solo pensabas en trabajar duro para conseguir un mejor estatus que los padres», explicó Manolo. Escándalo en los medios oficialistas. El Dúo Dinámico ingresaba formalmente en la odiosa Fachosfera.
Sánchez se declaraba hace tres días en X «impactado» por la muerte de Verónica Echegui, que perdió la vida con solo 42 años, una auténtica lástima. Era una buena actriz, sí. Pero no alcanza ni de lejos el peso en la escena española que ha tenido el Dúo Dinámico. Sin embargo, no hay ni una línea o palabra de Sánchez en recuerdo de Manuel de la Calva. Queda omitido porque no era de la correcta cuerda. Esa reacción refleja, una vez más, la gran calidad humana del presidente no electo por el voto en las urnas.
El día que muera Miguel Ríos, y Dios le conceda muchos años y varias giras de despedida más, le dedicarán tantas flores que parecerá que se acaban de marchar de una tacada Enrico Caruso y J. S. Bach. Pero es que Ríos tiene lo que hay que tener: comulga con el único pensamiento permitido. Manolo, en cambio, era de los malos: un triunfador liberal y de derechas, ¡anatema!