Moratinos, la personificación del sanchismo
Yo no sé muy bien qué papel juegan Caracas, Rabat, Santo Domingo y Malabo en la Alianza de Civilizaciones para que Moratinos las visite tanto. Quizá un poco Rabat, pero ¿las otras dos? ¿Por qué será que esta gente no es capaz de hacer negocios en estados de derecho democráticos?
Todos hablamos mucho del papel internacional muy activo de Zapatero, que tiene la hazaña de ser señalado por un subsecretario de Estado norteamericano como candidato a perder el visado de acceso a Estados Unidos. En El Debate hemos publicado las propiedades inmobiliarias que va sumando lo que hace suponer que debe haber ganado muchísimo dinero desde que dejó el Gobierno. Porque en La Moncloa no acumuló un patrimonio para tener lo que ahora guarda y no era rico por su casa. Ni su mujer tampoco. Yo no dejo de preguntarme dónde hace la Declaración de la Renta cada año.
Pero, también en El Debate, como en todos los medios, nos preguntamos poco por el papel muy activo en las sombras internacionales que mantiene el que fuera su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Moratinos fue el canciller de José Luis Rodríguez Zapatero desde 2004 a 2010, seis de los siete años que estuvo Zapatero en la Moncloa.
Poco después de dejar el Gobierno, Moratinos encontró un chollo en Qatar en una organización internacional de seguridad alimentaria. Y cuando llegó al poder el sanchismo, Moratinos fue recolocado en enero de 2019 como alto representantes de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones, un chiringuito que se inventaron Zapatero y él mismo y que a mí me gustaría descubrir qué ha aportado a la humanidad. Hasta donde alcanzo a entrever, absolutamente nada, salvo pagar un buen sueldo. A Moratinos.
Además de cobrar ese sueldo hemos visto a Moratinos moverse con la cobertura que le da un cargo en Naciones Unidas. Una cobertura que viene muy bien a algunos socialistas muy próximos que están en las grandes ligas más oscuras. El primero Rodríguez Zapatero, por supuesto. Pero además se mueven en el mismo entorno José Bono, José Blanco y algún día conoceremos las cuentas de Pedro Sánchez si sigue en España y no se ha ido.
Yo no sé muy bien qué papel juegan Caracas, Rabat, Santo Domingo y Malabo en la Alianza de Civilizaciones para que Moratinos las visite tanto. Quizá un poco Rabat, pero ¿las otras dos? ¿Por qué será que esta gente no es capaz de hacer negocios en estados de derecho democráticos? Probablemente porque no son empresarios y sólo saben hacerse ricos fuera del mercado y trabajándose los despachos. No compitiendo limpiamente con ningún legítimo rival.
Y a todo esto, nuestro inveterado Napoleonchu siempre al servicio de la causa. Porque no se entiende si no cómo es posible que no haya hecho nada para impedir que uno de los más fieles escuderos de Moratinos haya continuado en el ministerio de Albares con una sucesión de destinos que, oh casualidad, le han llevado a Santo Domingo, Malabo y Rabat.
Lo que queda del Ministerio de Asuntos Exteriores está para lo que está. Es la plataforma que ayuda a que algunos se forren. Y Napoleonchu, muy obediente respecto a sus mayores, no pone trabas ni barreras. Igual a estas alturas ya está esperando a dar el salto y pasar al otro lado. Porque con los enemigos que se ha ganado en la Carrera, dudo que pueda pretender a aspirar al consulado en Tombuctú cuando cese.