O jolgorio o banquillo
Es el momento de iniciar el derrumbamiento de esta pesadilla que estamos viviendo. De la mentira y el jolgorio, al banquillo. De la cueva de Alí Babá a la ventana de la celda en Alcalá Meco. Y de las osas, la verdad, me he olvidado porque no tenían motivo ni lugar en este texto
Conozco a muy pocas Úrsula. Las que me han llegado más cerca del corazón han sido Úrsula von der Leyen, la empleada de los laboratorios Pfizer, y la osa del monte Igueldo, que no aceptaba patatas sobrantes del día anterior. Era una exquisita y, a pesar de ser una osa prisionera, no olía mal del todo. Los asiduos a pasar la tarde en Igueldo jamás recibimos de Úrsula una queja o un gruñido. Miraba hacia arriba y se alegraba con nuestra visita con bolsas de patatas, pedazos de coco, y almendras garrapiñadas. La otra Úrsula, la alemana de la UE, solo cambia de semblante cuando a lo lejos, con esos andares tan naturales, se acerca su hortera español para pedirle ayuda. Pero me temo que esa ayuda no acudirá al Senado a la sesión de examen de corrupción del paquete pitillo. Y en el PSOE, especialmente los que tienen acceso a la caja, están que se comen los meñiques de las manos, porque saben lo que puede pasar.
Hoy no solo se examina el acusado, sino también los acusadores. A pesar de que hay más de mil asesores trabajando para evitar que el sobrecogedor salga airoso del trance. Es de esperar que Paiportín sea más respetuoso con el Senado que su señora ante el juez, y de esa abundancia de incorrecciones, desvíos, gastos puteros, sospechas de capital viajado a las Américas y demás fechorías, se examina el PP. Si el pollo huye con la cabeza escondida, habrá que cambiar al pollo del corral de enfrente. Lo que nadie puede poner en duda es en el estado lamentable que presenta el mentiroso. Piel acartonada, ojos huidizos, sonrisa forzada y necesidad de cariño. Puede contar con el mío.
Pedro de mi corazón,
Ven y acepta mis regazos,
Aunque te vea remolón
De recibir mis abrazos.
Si los acusadores fallan y se dejan engañar o pactan, será el momento de cambiar radicalmente de líderes, programa y escorias de adversidades cobardes. Por lo menos que tengan pericia para incrustar un perdigón en el culo de un hipopótamo. Pedro está vencido si el PP no condiciona con falsas bondades su derrota. Y todavía, puedo prometerlo y lo prometo, nunca he votado a Vox, que en este asunto está más resuelto y revuelto que el PP. Las dudas crecen.
Es el momento de iniciar el derrumbamiento de esta pesadilla que estamos viviendo. De la mentira y el jolgorio, al banquillo. De la cueva de Alí Babá a la ventana de la celda en Alcalá Meco. Y de las osas, la verdad, me he olvidado porque no tenían motivo ni lugar en este texto.