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Cosas que pasanAlfonso Ussía

La Mahoma

Estoy harto de escribir de Sánchez, de la mujer de Sánchez, del padre de Sánchez, de Ábalos, de Koldo, y de Cerdán. Pero mientras ellos tengan clausurada la información, o me busco tirar de la memoria o rendirme a la evidencia

Hay muchos lectores que han manifestado su opinión acerca de mis artículos diarios. Me afean irme por las ramas y rebuscar en el anecdotario, para que mis artículos sean indigeribles. Ellos tienen razón, pero no me evado de mis críticas si yo considero que esos textos, aderezados con la anécdota, son imprescindibles para no perder la ilusión, la sorpresa y el encuentro con lo inaudito.

Estoy harto de escribir de Sánchez, de la mujer de Sánchez, del padre de Sánchez, de Ábalos, de Koldo, y de Cerdán. Pero mientras ellos tengan clausurada la información, o me busco tirar de la memoria o rendirme a la evidencia.

Gustavo Pérez Puig, que era murciano/fenicio -y una gran persona- me contó de qué manera gloriosa fue suspendido por su profesor de historia. Estaba suspendido y aprovechó la segunda convocatoria para optar al aprobado. Se incorporó y le salió del bombo la bolita mágica.

- Ahora sí ha tenido suerte, Señor Pérez Puig. Le ha tocado bailar con la más fea, pero sé que usted no me va a fallar. Bolita 117. ¿Quién descubrió América?

- Esa sí que me la sé. Lo descubrió La Mahoma.

- ¿Está usted seguro?

- Hay pruebas y evidencias que así lo confirman.

- Hágame el favor de intentar responderme una vez más. ¿Insiste en La Mahoma?

- Insisto.

-¿No es capaz de encontrar una barbaridad mayor?

- Por supuesto que sí. Usted es un desastre como profesor. Y con preguntas tan complicadas creo que está cometiendo un continuado delito de prevaricación. Y si no le importa la conclusión de mi respuesta, le aseguro que es usted un delincuente por inventarse la historia de América. A propósito, usted no es un catedrático, es usted un cantamañanas.

Y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Por ejemplo, sin el revestimiento de este artículo, caería en manos del tópico, del rencor, y del odio, y yo quiero que todos tengamos un buen amanecer. Me quedo con la inseguridad de haber concedido a La Mahoma el cambio de sexo, pero queda mucho mejor que en la versión de mi amigo en el que el protagonista es Alá.

Y espero que a Alá y a ustedes les enorgullezca mi artículo.

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