Fundado en 1910

15 de mayo de 2024

editorial

Una victoria histórica de Florentino Pérez

El presidente del Real Madrid revoluciona como nadie el fútbol mundial con un fallo de la Justicia europea que avergüenza a la UEFA y a la FIFA

Actualizada 10:43

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha avalado, con una sentencia histórica, el derecho de los clubes de fútbol a crear una competición nueva, la llamada Superliga, sin el veto, la tutela o la participación de la UEFA o la FIFA, las dos estructuras que llevan décadas gestionando el deporte más masivo en régimen de monopolio.
Es una victoria del sentido común, de la libertad comercial, del espectáculo deportivo y de la afición, sin la menor duda, pero sobre todo lo es de Florentino Pérez, el visionario inductor de un desafío ganador a las estructuras de poder burocrático tradicionales.
El presidente del Real Madrid es el pionero que se preguntó si tenía sentido depositar en organismos ajenos el desarrollo deportivo y empresarial de un producto, el fútbol, que retrata como pocas cosas más al ser humano, a menudo construido sobre la identidad con unos colores que le acompañan de por vida. Pero que ha de ser viable y atractivo para sobrevivir, adaptarse a nuevos hábitos de consumo y progresar como espectáculo de masas.
Que ante esas certezas la reacción de UEFA y FIFA fuera el veto y la amenaza de represalias, patrimonializando caprichosamente un producto que gestiona pero no es de su propiedad, avaló un pulso judicial que ha ganado quien debía ganarlo y ha perdido quien merecía perderlo.
El fútbol no va a dejar de ser nunca un producto nacional que, más allá de diferencias deportivas, catalice la identidad de un país y genere un ambiente inigualable con independencia de los resultados y las clasificaciones. Pero puede ser mucho más si, a esa seña fundacional, le añade el salto que otros deportes como el baloncesto dieron en su día con la creación de la NBA.
Al nepotismo y la corrupción que ha menudo han estigmatizado a las estructuras de gestión del fútbol comercial se le añade así una falta de pulso galopante, imperdonable siempre, pero especialmente cuando se trata de recursos ajenos.
Si la UEFA o la FIFA no entienden que a los aficionados les gustará ver un choque entre el Real Madrid y el Manchester City, o entre el Bayern de Munich y el Barcelona, con una frecuencia mayor, es su problema. Pérez les pidió que se apartaran y dejaran de molestar, y la Justicia le ha avalado.
Comentarios
tracking